miércoles, 26 de agosto de 2015

QUÉ ES Y PARA QUÉ SIRVE EL PARLASUR Por Federico Vázquez





POLÍTICA REGIONAL

Qué es y para qué sirve el Parlasur

En octubre, por primera vez los ciudadanos en Argentina votarán diputados al Parlasur. La pobreza periodística y la operación política de bajo vuelo convierten en una proeza informarse de qué se trata esta institución. Sin embargo, el Parlasur es un salto clave en la muchas veces declamada pero poco practicada integración regional.




Es como si el repertorio de argumentos para hacer una operación política estuviera limitado por ley: una vez cerradas las listas para diputados al Parlasur, medios y políticos opositores volvieron con la idea de que elegir por vía directa a los representantes del Mercosur era una artimaña para conseguir fueros a granel.

Exactamente lo mismo que habían dicho a fines de 2014, cuando el Congreso Nacional aprobó la ley 27.120 que modificó el Código Electoral y estableció que con las elecciones generales de octubre también se vote en forma directa a 43 diputados para el Parlasur. La diferencia era que el 29 de diciembre de 2014 todavía se especulaba con que Cristina Kirchner podía estar en la boleta. Esa posibilidad se evaporó al conocerse las listas, lo que no impidió que la operación siga su curso.

Más allá de eso, también es absurdo pensar que el Parlasur puede funcionar como un mágico paraíso de fueros: sus diputados tienen los mismos beneficios y obligaciones que ya existen en cada uno de sus países. Y en el caso de la Argentina, la ley 25.320 (sancionada por el gobierno de la Alianza en el año 2000, después del escándalo de los sobornos en el Senado) deja en claro que la inmunidad parlamentaria se limita a preservar de la detención física, pero no del curso de la imputación ni, desde ya, de la condena.

Despejada la inverosímil duda de que se esté creando un organismo internacional para dar cobertura e impunidad a delitos cometidos por políticos argentinos, intentemos ver de qué se trata el Parlasur y para qué puede ser útil.

Primer dato básico: el Parlasur funciona desde el 2007, tiene sede en Montevideo y lo componen los países miembros del Mercosur (Brasil, Argentina, Venezuela, Paraguay y Uruguay).

Durante estos ocho años, el Parlasur fue poco más que un órgano consultivo y simbólico. La razón principal es que sus diputados son elegidos por los parlamentos de cada uno de los países y no por los ciudadanos. Ergo, las decisiones que puedan tomar están acotadas, ya que no tienen origen en la soberanía popular en forma directa.

En un principio cada país tenía la misma cantidad de miembros (18), algo que no preocupaba a nadie, en tanto el órgano no poseía un peso político relevante.

Con el tiempo, después de muchas negociaciones, se llegó a un acuerdo en el Mercosur para lograr una “representación atenuada” entre todos sus socios. Esto significa que cada país tendrá un peso vinculado a su volumen electoral, pero sin que ninguno pueda alcanzar una mayoría absoluta por sí sólo. De esa combinación salió entonces que Brasil tenga 75 diputados, la Argentina 43, Venezuela 33 y Paraguay y Uruguay 18 cada uno. 

Ese acuerdo permitió iniciar el camino para el segundo y decisivo paso: que los propios ciudadanos del Mercosur voten a sus representantes al Parlasur.

En el 2013 Paraguay, que volvía a los foros regionales después del quiebre democrático que expulsó a Lugo del gobierno, picó en punta y eligió a sus 18 miembros en elección directa. Argentina será el segundo país, cuando en octubre elija a sus 43 diputados.

Esta dinámica sin duda acelerará el proceso, imponiendo al resto de los países una agenda electoral menos flexible. Brasil anunció que hará lo propio en las próximas elecciones generales de 2018 y Uruguay en el 2019. La fecha en Venezuela es una incógnita, pero una vez que Argentina y Brasil tenga su representación directa, seguramente buscará ajustarse a la norma general.

Lo más interesante y menos comentado del futuro Parlasur es que, por primera vez, la integración regional va a dejar de ser un asunto exclusivo de las cancillerías y los Presidentes, y tendrá un espacio político conformado por la voluntad de los ciudadanos.

Ese cambio, cambia todo. Porque, entre otras cosas, va a permitir que por primera vez se dejen de ver los asuntos de la integración desde las perspectivas nacionales (Lo que quiere “Brasil”, lo que quiere “Argentina”, lo que quiere “Uruguay” y así) para pasar a un debate donde afloren los acuerdos y diferencias ideológicas. Por ejemplo, en el futuro Parlasur, sería muy lógico que las bancas del Frente para la Victoria voten en sintonía con las del PT de Brasil o el Frente Amplio Uruguayo. Y, al mismo tiempo, las del PRO hagan lo mismo con el Partido Blanco o Colorado de Uruguay o el PSDB brasileño.

Es decir, va a existir un órgano político regional donde el debate se parezca mucho más al debate político que existe en cada uno de los países y no a negociaciones vaporosas y tecnicismos totalmente ajenos para los ciudadanos de a pie.

Algo más. Así como hace años se conoce la sintonía que existe entre los presidentes progresistas, cada vez más se conocen los contactos entre los líderes políticos de la oposición. En general, eso es leído como “intromisiones”, o alianzas por conveniencia. Ahora existirá un espacio para que germine una política regional a la luz del día y donde las alianzas y cercanías tengan un origen y un resultado electoral.

Como todo, el Parlasur está lejos de ser una panacea ni de resolver los escollos gigantes que tiene el proceso de integración.
Pero después de tantos “gestos”, ideas y venidas y tiempos muertos, el avance en la elección directa de los diputados regionales es un hecho concreto, palpable y auspicioso para el proyecto integrador. En octubre, Argentina da un paso clave en ese objetivo.



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martes, 25 de agosto de 2015

TUCUMÁN: EL FEUDO NO SE TOCA...



Nuevamente una feroz represión, nuevamente la violencia brutal contra la gente, nuevamente el sistema descarga su "seguridad" para salvar la casta: el reino de la impunidad sigue en pie.

No hay análisis que resista los palos y los gases, no hay nada que explique ni justifique tamaña agresión. Ayer fue una noche de furia policial con sangre y balazos de goma; ayer fue una noche que demostró con claridad vergonzosa que el feudo no se toca... 

Una noche de caballos montados sobre el odio, una noche de noches oscuras de nuestro pasado reciente. 

aportes en la crisis.- 





"GRAVE REPRESIÓN DE LA PROTESTA EN TUCUMÁN" Comunicado Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS)



Martes, 25 agosto 2015

25/08/2015

Grave represión de la protesta en Tucumán



Anoche la policía de Tucumán reprimió una manifestación frente a la casa de gobierno provincial.


Los funcionarios policiales emplearon escopetas con balas de goma, muchos disparos fueron hechos de manera directa al cuerpo de los manifestantes en contradicción con las normativas sobre uso de la fuerza. Como resultado, hay decenas de heridos por proyectiles policiales. Además, se lanzaron gases lacrimógenos, la policía montada golpeó a personas que estaban manifestándose y policías de civil sin identificación realizaron detenciones, muchas de ellas con violencia.

Hoy el gobernador de la provincia de Tucumán, José Alperovich, declaró que está en desacuerdo con la represión y que la justicia está investigando las responsabilidades. Sin embargo, él es quien está a cargo del gobierno de la policía provincial que llevó adelante un operativo violento, descontrolado y sin profesionalidad. Este operativo estuvo a cargo de una fuerza que ya mostró importantes niveles de autonomía y capacidad de extorsión, sin que fuera reformada.

Los preocupantes intentos de desestabilizar el proceso electoral y deslegitimar su resultado no pueden justificar una actuación policial como la ocurrida. Por el contrario, las autoridades deben encontrar formas de canalizar el conflicto político, garantizar la protección del ejercicio del derecho a la protesta y la integridad física de todas las personas involucradas.




http://cels.org.ar/comunicacion/




domingo, 23 de agosto de 2015

LA CASA DE LA CALLE 30, LA PLATA: "CASA DE LA RESISTENCIA" / SITIO DE MEMORIA

Casa Mariani-Teruggi



El hecho de la Calle 30


La ciudad de La Plata fue una de las más golpeadas por la última dictadura cívico-militar. Miles de jóvenes fueron perseguidos, torturados, asesinados y desaparecidos; con el objeto de diezmar sus pensamientos e ideologías, destruyendo así su sueño de construir una Latinoamérica mejor, y una patria grande, libre, justa y soberana.

La injerencia política, social y cultural que ellos poseían tanto en el ámbito universitario como en el laboral, y su compromiso con la conquista de derechos para la sociedad, fueron el punto de partida de mayor relevancia que provocó la reacción de sectores económicos, eclesiásticos y militares, que resolvieron disciplinar a la sociedad a través de la toma del poder político en manos de una dictadura militar.






Entre los acontecimientos más importantes se encuentra el hecho ocurrido en la calle 30 N° 1134, entre 55 y 56, una de las tres casas operativas de la organización Montoneros en La Plata, donde funcionaba una imprenta clandestina de la revista “Evita Montonera”. La tirada fue publicada clandestinamente entre 1975 y 1979. En ella se difundían directivas de la conducción, formación de cuadros y propaganda como medio alternativo de difusión que contrarrestara la censura. En la casa donde funcionaba la imprenta vivían Diana Teruggi, Daniel Mariani y su hija de 3 meses Clara Anahí.

El 24 de noviembre de 1976 la casa fue atacada por más de cien efectivos del Ejército y la Policía Bonaerense. En este operativo estuvieron presentes importantes personalidades de la represión estatal: Carlos Guillermo Suárez Mason, jefe del Primer Cuerpo del Ejército; Adolfo Sigwald, jefe de la 10° Brigada de Infantería; Ramón Juan Alberto Camps, jefe de la Policía dela Provincia de Buenos Aires; Miguel Osvaldo Etchecolatz, jefe de la Dirección de Investigaciones de la Policía de la Provincia de Buenos Aires; Roque Carlos Alberto Presti, jefe del Regimiento N°7, área operacional 113; José Clemente Forastiero, jefe del Cuerpo de Infantería Motorizada; Oscar Ioppolo, jefe de la Unidad Regional 4ta de La Plata y Osvaldo Sertorio, jefe de la Comisaría 5ta de La Plata.


El ataque a la casa de 30 duró más de tres horas, todas las personas adultas que estaban allí ese día fueron asesinadas: Diana Teruggi, Roberto Porfidio, Daniel Mendiburu Eliçabe, Juan Carlos Peiris y Alberto Bossio. Clara Anahí Mariani, hija de Diana Teruggi y Daniel Mariani, fue secuestrada y apropiada por alguien próximo a los represores, del mismo modo que más de quinientos hijos e hijas de detenidos desaparecidos durante la última dictadura militar.


El asalto se inició entre las 12:30 y las 13:00 del mediodía, los compañeros se preparaban para almorzar mientras la cuadra era cortada y algunos militares se posicionaban en los techos de las viviendas vecinas. Fue entonces cuando dieron la voz de alto, pero seguido ese acto comenzaron a disparar. La embestida fue tal que el lugar quedó semi-destruido, el frente muestra aún hoy una cantidad impresionante de impactos de bala y un enorme boquete provocado por un proyectil de tanqueta, que atravesó también una pared interior. Finalmente utilizando un helicóptero se arrojó a la casa una bomba de fósforo que incendió los cuerpos, ya asesinados, de quienes se hallaban allí.


Daniel Mariani se encontraba en Buenos Aires trabajando en el momento del ataque, fue asesinado en el mes de agosto de 1977 en las calles 132 y 35, cuando estaba terminando de colaborar en la mudanza de Laura Carlotto (una de las hijas de la Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Barnes de Carlotto).


La madre de Daniel, “Chicha” Mariani, comenzó una incesante lucha por la justicia luego de los acontecimientos que la llevará a fundar Abuelas y ser su primera presidenta. Y en su camino descubre que su nieta Clara Anahí podría haber salido con vida. Diferentes personas le cuentan que la habían visto salir de la casa en brazos de un hombre, y otras le aseguran que se encontraba con personas de mucho poder. Pero solo se conoció ante la ley, que Clara Anahí aun vivía gracias a la declaración que realizó un ex conscripto, Juan Carlos Scelso, en el juicio oral por el Circuito Camps en La Plata: “volteé mi cara y veo a una persona de civil con el FAL colgado en el hombro, campera de jean, pantalón jean, pelo relativamente largo, barba de un par de semanas, con un pequeño bulto por así decirlo en los brazos. Me di cuenta de que era un bebé por la forma que lo tenía tomado, por cómo lo trasladaba y porque alcanzó a cubrirlo con una especie de cortina o de manta de color fucsia con motivos verdes. Pasó por mi lado con el supuesto bebé, porque hasta ese momento yo no sabía de qué se trataba, y lo llevaron hasta una camioneta que no estaba identificada con los distintivos del Ejército”.


Hoy la casa de la calle 30, luego de haber funcionado durante algunos años como “Casa de la resistencia Diana Teruggi” , es un sitio de memoria que el 19 de marzo de 2011 fue inaugurado como Museo “Mariani-Teruggi”. El mismo conserva casi la misma apariencia desde el día del ataque. Recorrerlo en la actualidad de la mano de Chicha, en el marco del los procesos judiciales que castigan a los responsables de esta masacre, simboliza que el odio puede ser derrotado con el amor. El amor de una abuela a su nieta, el amor a la verdad, el amor de un militante a una causa. 








Publicado por Mariani Teruggi en 17:39


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LA CASA DE LA CALLE 30, LA PLATA: IMÁGENES DE MEMORIA PARA LA JUSTICIA


Clara Anahí Mariani con su mamá, Diana Teruggi 


Buscando a Clara Anahí


Los crímenes impunes de la dictadura

Clara Anahí Mariani nació el 12 de agosto de 1976, es hija de Diana Teruggi y Daniel Mariani. El 24 de noviembre de 1976 fuerzas policiales y del Ejército Argentino asaltaron a sangre y fuego la casa de sus padres, quienes pertenecían a la organización Montoneros, en la ciudad de La Plata, Argentina. En la casa que habitaban funcionaba una imprenta clandestina y quedó semidestruida, hoy es un monumento a la Memoria. Allí fue asesinada Diana junto a otras personas y secuestrada Clara Anahí, que tenía entonces 3 meses de vida.

El padre de Clara Anahí, Daniel Mariani, también fue asesinado en La Plata el 1º de agosto de 1977. María Isabel Chorobik de Mariani, "Chicha", fue fundadora y presidenta de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, institución a la que dejó de pertenecer en 1989. Es la fundadora de la Asociación Anahí, dedicada a promover, preservar y defender los Derechos Humanos. Desde 1976 Chicha no ha dejado de buscar incansablemente a su nieta.

Cualquier información se ruega hacerla llegar a la Asociación Anahí:
Casilla de Correo 518 (1900) Tel/Fax: (054-0221) 4212681
Domicilio Legal: 30 Nº 1134. La Plata. República Argentina
Web: http://www.asociacionanahi.org.arEmail personal de Chicha: mariaisabelchorobik@sinectis.com.ar















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sábado, 22 de agosto de 2015

UNA HERIDA CLAVADA EN MI COSTADO por Eduardo Luis Duhalde



Una herida clavada en mi costado


Por Eduardo Luis Duhalde | 19 de julio de 1988


En agosto de 1972, con mi socio profesional Rodolfo Ortega Peña, teníamos cerca de trescientas defensas jurídicas de presos políticos. No fue de extrañar entonces que lo de los 19 prisioneros que se entregaron a las autoridades en el aeropuerto de Trelew -tras haber fugado de la cárcel y no poder abordar el avión en que se alejaron sus restantes seis compañeros- fueran defendidos nuestros, en algunos casos, en patrocinio compartido con otros abogados.

Aquella madrugada en que nos anoticiamos por llamadas periodísticas de lo ocurrido en el atardecer y la noche anterior entre la Cárcel de Rawson y el aeropuerto, los primeros nombres conocidos nos indicaban que se trataba de varias de las personas cuyas defensas técnicas teníamos a nuestro cargo. No vacilamos en tratar de viajar a la cárcel de Rawson: fue imposible hacerlo en avión. El gobierno militar había bloqueado todas las plazas para el vuelo de ese día. Fue así como, a media mañana, iniciamos con Ortega Peña junto a otros abogados (Rodolfo Mattarollo, Carlos González Gartland, Miguel Radrizzani Goñi, Pedro Galín) un tenso viaje en dos automóviles, que de Bahía Blanca para abajo fue objeto de trabas en sucesivos controles policiales, tendientes a impedir o demorar nuestro arribo a destino.

Al llegar, comenzó una de las situaciones más dramáticas que me tocó vivir en mi larga e intensa vida profesional. Muy pocas veces sentí tanta impotencia y pude comprobar en tal grado el desamparo que trae aparejado la ausencia de respeto a ley y a las garantías individuales con que someten los gobiernos militares a los ciudadanos.

Desde la mañana del 17 de agosto, Rawson parecía, por un lado, una ciudad ocupada, las patrullas militares la controlaban, incluyendo hasta el comedor del Hotel Provincial. Pero, por otro, era un páramo sólo recorrido por los fuertes vientos invernales: los habitantes -sensatamente- sólo se dejaban ver lo indispensable. Una indescriptible sensación de muerte nos embargaba, era una crónica anunciada. íbamos de la cercanía de la cárcel a la zona próxima a la base Almirante Zar, donde tenían a los prisioneros, sin que en ningún lado nos permitieran acercarnos. Constantemente pedíamos entrevistar al juez de la Cámara Federal Jorge V. Quiroga, que había viajado desde Buenos Aires y que instruía el sumario, sin que accediera a recibirnos: hasta llegamos a presentarle escritos pasándolos por debajo de la puerta de su habitación del hotel, reclamándole seguridad para nuestros defendidos.

Todo era vano. Salíamos a la calle y éramos vigilados, mientras los despachos militares y judiciales continuaban herméticamente cerrados para nosotros. El clima era cada vez más lúgubre: advertíamos que estábamos jugando tiempo de descuento: a vida de los prisioneros corría cada hora más peligro y se nos escurría entre las manos. Ortega Peña, Mattarollo, González Gartland y yo fuimos detenidos junto al abogado de Trelew, Mario Amaya, asesinado luego por el golpe del 76, que no le perdonó su participación en la defensa de aquellos prisioneros. Se nos amenazó con fusilarnos, y tras un recurso de hábeas corpus presentado en Buenos Aires, fuimos liberados. Amaya continuó detenido. Intentamos entonces hacer una conferencia de prensa en el estudio de Romero, otro abogado de dicha ciudad. Un explosivo en su puerta, impidió hacerla.

Comprendimos que nada podíamos hacer allá. Nos embargaba el dolor, la impotencia, el sentirnos absolutamente inútiles frente a la negación de todo derecho. Lo único posible era volver de inmediato a la ciudad de Buenos Aires, a denunciar que el crimen avanzaba a pasos agigantados.

En la tarde del 22 de agosto, en la sede de la Asociación Gremial de Abogados, en nombre de los profesionales intervinientes, Rodolfo Ortega Peña, en conferencia de prensa, hizo pública denuncia de la situación y reclamó por la vida de los 19 prisioneros. Esa noche un artefacto explosivo estalló en dicho organismo.

Concomitante con aquella denuncia, en la base Almirante Zar la pedagogía criminal del terrorismo de Estado producía la masacre de Trelew. Una danza de horror, en el pasillo y las celdas, dejaba 16 cuerpos inertes y tres heridos graves. La sangre en las paredes, los restos de masa encefálica, las marcas de los centenares de balas disparadas contra las víctimas indefensas, mostraba en plenitud la furia homicida y ejemplificadora.

Masacraban a estos jóvenes militantes, pero apuntaban más que a sus corazones, a matar las utopías que anidaban en ellos, sus sueños transformadores y su pasión argentina: no se condenaba su metodología violenta; por lo contrario, aquel hacer de los marinos a cargo del capitán Sosa era un himno a la violencia más extrema (sólo la perversión hipócrita asesina sin piedad en nombre del derecho a la vida).

Tampoco fue el exceso de una guardia ebria. Esta había sido la mera ejecutora de una orden secreta y directa del presidente Lanusse y de los comandantes en jefe. Trataban de restablecer la autoridad de los militares, golpeada en su orgullo envanecido, ahogando en sangre a los que habían osado desafiarla.

Pero la vida de la Nación, que es mucho más rica que los lineales propósitos dictatoriales, hizo que Trelew fuera para el régimen de Lanusse lo que Malvinas para el gobierno de Galtieri. Un gran espasmo, un enorme escalofrío e indignación recorrió el cuerpo social. Un creciente sentimiento colectivo de repudio y espanto embargó al pueblo argentino. Ocho meses después, el 25 de mayo de 1973, esos militares debieron entregar el gobierno, aunque tres años más tarde volverían a asaltar el poder para producir el vasto genocidio.

En mi modesta historia personal, percibí en Trelew, tan palpable como nunca antes, la diferencia entre un estado de derecho y la barbarie autoritaria. En esa comunión con la tragedia sentí la reafirmación del compromiso con los derechos humanos y con la vida, que en medio de tanta impotencia y fracaso recibía como un mandato irrenunciable.

Palabras de un padre

A un año de la matanza, Manfredo Sabelli, padre de María Angélica, revivió su último encuentro con su hija en el texto emocionado que se transcríbe a continuación.

Llegué a Rawson el domingo 13, preocupado por las noticias de una epidemia de gripe en la cárcel, pero mi hija me tranquilizó apenas la vi. Ella también había caído enferma, y a pesar de que se la notaba débil y pálida, tenía un aspecto animoso. Sus compañeros médicos la habían tratado con vitaminas y antibióticos (me contó ella) y lo único que echaba de menos eran los mimos de esos días. Hablamos de nuestras cosas y nos divertimos en grande. Siempre sonreía, María Angélica, con la mirada despierta y la cara llena de luz.

No nos importó separarnos ese domingo, sentíamos que aún nos quedaban muchas horas juntos y esperábamos disfrutarlas sin pensar en la soledad de mañana. Desde algún tiempo atrás, el régimen de visitas al Penal primero se había extendido a cinco días por semana y luego reducido a cuatro, de 9 a 11.30 y de 14.30 a 16. Las horas pasaban volando y yo me preguntaba si habría una red para cazar las horas que se iban, como si fueran mariposas.

Siempre era lo mismo en Rawson: yo me alojaba en casa de unos parientes de buena voluntad y llenaba mis ratos vacíos hablando de María Angélica. El martes llegué al Penal a las 9 en punto. Al rato apareció ella en la capilla. Sonreía, me acuerdo.

Volvimos a hablar de su madre y de Chela, de mis máquinas de escribir y calcular. Yo le repetí las historias que ya le había contado.

Al despedirnos me dijo: -No vengas esta tarde, papá. Tengo una conferencia con las chicas delegadas. Amagué una protesta. ¿Te molestaría no venir, papá?, insistió ella. Yo le mentí que de ningún modo, que me daba lo mismo. Al fin de cuentas, nos quedaba todo el miércoles para vernos y todos los días del año para escribirnos cartas.

Me acuerdo bien de aquel 15 de agosto: hacía frío, con un poco de viento y el cielo estaba nublado. De lo que no me acuerdo es de si besé a María Angélica por última vez en la frente o en la mejilla.


Revista La Maga, 19 de julio 1998




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jueves, 20 de agosto de 2015

BERNARDO DE MONTEAGUDO Por Felipe Pigna / Natalicio de un gran revolucionario


1789 - 20 de agosto - 2015






Bernardo de Monteagudo


(1789-1825)


Autor: Felipe Pigna



Bernardo de Monteagudo nació en Tucumán el 20 de agosto de 1789, un mes después de que estallara en París la que pasaría a la historia como la Revolución Francesa. Estudió en Córdoba y luego, como Mariano Moreno y Juan José Castelli, en la Universidad de Chuquisaca (actual Bolivia) donde, en junio de 1808, se graduó como abogado, con una tesis muy conservadora y monárquica titulada: "Sobre el origen de la sociedad y sus medios de mantenimiento". Pero vertiginosamente, al calor de los acontecimientos europeos que precipitarán las decisiones en América, sus lecturas y sus ideas se van radicalizando. Mientras Napoleón invadía España y tomaba prisionero a Fernando VII, creando un conflicto de legitimidad que será en adelante el argumento más fuerte de los patriotas para proponer el inicio de la marcha hacia la independencia, Monteagudo escribe el “Diálogo entre Fernando VII y Atahualpa”, una sátira política en la que los dos reyes se lamentan de sus reinos perdidos a manos de los invasores. El tucumano le hace decir a Fernando: “El más infame de todos los hombres vivientes, es decir, el ambicioso Napoleón, el usurpador Bonaparte, con engaños, me arrancó del dulce regazo de la patria y de mi reino, e imputándome delitos falsos y ficticios, prisionero me condujo al centro de Francia”. Atahualpa le responde: “Tus desdichas me lastiman, tanto más cuanto por propia experiencia, sé que es inmenso el dolor de quien padece quien se ve injustamente privado de su cetro y su corona.”

Allí aparece una de las primeras proclamas independentistas de la historia de esta parte del continente: “Habitantes del Perú: si desnaturalizados e insensibles habéis mirado hasta el día con semblante tranquilo y sereno la desolación e infortunio de vuestra desgraciada Patria, despertad ya del penoso letargo en que habéis estado sumergidos. Desaparezca la penosa y funesta noche de la usurpación, y amanezca luminoso y claro el día de la libertad. Quebrantad las terribles cadenas de la esclavitud y empezad a disfrutar de los deliciosos encantos de la independencia”.

Al año siguiente, exactamente el 25 de mayo de 1809, fue uno de los promotores de la rebelión de Chuquisaca contra los abusos de la administración virreinal y a favor de un gobierno propio que sería la chispa de la Revolución que estallaría un año después en Buenos Aires. Con apenas diecinueve años de edad, será el redactor de la proclama, donde dice: “Hasta aquí hemos tolerado esta especie de destierro en el seno mismo de nuestra patria, hemos visto con indiferencia por más de tres siglos inmolada nuestra primitiva libertad al despotismo y tiranía de un usurpador injusto (se refiere a España, es claro) que degradándonos de la especie humana nos ha perpetuado por salvajes y mirados como esclavos. Hemos guardado un silencio bastante análogo a la estupidez que se nos atribuye por el inculto español, sufriendo con tranquilidad que el mérito de los americanos haya sido siempre un presagio cierto de su humillación y ruina”. El virrey Cisneros ordenó una violenta represión que llevarán adelante Nieto, desde el sur, y Goyeneche, desde el norte. Ambos hacen una verdadera masacre y Monteagudo va a parar engrillado a la Real Cárcel de la Corte de Chuquisaca por el “abominable delito de deslealtad a la causa del rey”. El mariscal Nieto había enviado a todos los efectivos disponibles para combatir a los patriotas, en apoyo del Capitán de Fragata José de Córdova. La ciudad universitaria había quedado virtualmente desamparada. Monteagudo, ansioso por plegarse a las filas patriotas que se acercaban decidió preparar un plan para fugarse. Alegando “tener una merienda con unas damas” en el jardín contiguo de la prisión, obtuvo la codiciada llave que le abría la puerta de salida.1 Así, el 4 de noviembre de 1810, recuperó su libertad, partió hacia Potosí, y se puso a disposición del ejército expedicionario, que al mando de Castelli, había tomado la estratégica ciudad el 25 de noviembre. El delegado de la junta, que conocía los antecedentes revolucionarios del joven tucumano, no dudó en nombrarlo su secretario.

La dupla empezó a poner nerviosos por igual a realistas y saavedristas que veían en ellos a los “esbirros del sistema robespierriano de la Revolución Francesa”.

Monteagudo confirmó que estaba en el lugar correcto cuando fue testigo de la dureza de las medidas aplicadas por el Representante y el aplicado cumplimiento de las órdenes de Moreno que insistía: “Las circunstancias de ser europeos los que únicamente se han distinguido contra nuestro ejército en el último ataque, produce la circunstancia de sacarlos de Potosí, llegando al extremo de que no quede uno solo en aquella villa”.

Así salieron, el 13 de diciembre de 1810, los primeros 53 españoles desterrados para la ciudad de Salta. La lista fue armada personalmente por Castelli. 

El Alto Perú tenía una doble connotación para hombres como Monteagudo y Castelli. Era sin duda la amenaza más temible a la subsistencia de la revolución y era la tierra que los había visto hacerse intelectuales. Fue en las aulas y en las bibliotecas de Chuquisaca donde Mariano Moreno, Bernardo de Monteagudo y Juan José Castelli habían conocido la obra de Rousseau y fue en las calles y en las minas del Potosí donde habían tomado contacto con los grados más altos y perversos de la explotación humana admitida en estos términos por uno de los principales responsables de la masacre, el Virrey Conde de Lemus: “Las piedras de Potosí y sus minerales están bañadas en sangre de indios y si se exprimiera el dinero que de ellos se saca había de brotar más sangre que plata.”2 Allí también se habían enterado de una epopeya sepultada por la historia oficial del virreinato: la gran rebelión tupamarista. Fueron los indios los que les hicieron saber que hubo un breve tiempo de dignidad y justicia y que guardaban aquellos recuerdos como un tesoro, como una herencia que debían transmitir de padres a hijos para que nadie olvidara lo que los mandones soñaban que nunca había ocurrido.

El 14 de diciembre de 1810, Castelli firmó la sentencia que condenaba a muerte a los enemigos de la revolución y principales ejecutores de las masacres de Chuquisaca y La Paz, recientemente capturados por las fuerzas patriotas. A las nueve de la noche fueron puestos en capilla, destinándoseles habitaciones separadas para que “pudiesen prepararse a morir cristianamente”.

El día 15, en la Plaza Mayor de la imperial villa, entre las 10 y 11 horas de la mañana, se ejecutó la sentencia, previa lectura en alta voz que de la misma se hizo a los reos, hincados delante de las banderas de los regimientos.

Entre los espectadores que rodeaban el patíbulo, hubo uno que siguió ansioso el desarrollo de la escena. Bernardo de Monteagudo, que había visto las masacres perpetradas por Paula Sanz y Nieto apenas un año atrás en Chuquisaca, no olvidará nunca el episodio que sus ojos contemplaron:

“¡Oh, sombras ilustres de los dignos ciudadanos Victorio y Gregorio Lanza!3 ¡Oh, vosotros todos los que descansáis en esos sepulcros solitarios! Levantad la cabeza: Yo lo he visto expiar sus crímenes y me he acercado con placer a los patíbulos de Sanz, Nieto y Córdova, para observar los efectos de la ira de la patria y bendecirla con su triunfo”4.

Cumpliendo con las órdenes de la junta, Castelli había iniciado conversaciones secretas con el jefe enemigo Goyeneche para tratar de lograr una tregua. Una pieza clave en las negociaciones fue Domingo Tristán, gobernador de la Paz y primo de Goyeneche. Finalmente el armisticio se firmó el 16 de mayo de 1811. 
Como era de esperar, la noche del 6 de junio de 1811, las tropas de Goyeneche rompieron la tregua: una fuerza de 500 hombres atacó sorpresivamente a la avanzada patriota. Goyeneche pretendía que las que habían violado la tregua eran nuestras tropas por haberse defendido.

Los dos ejércitos velaban sus armas a cada lado del río Desaguadero, cerca del poblado de Huaqui. Las tropas de Castelli, Balcarce, Viamonte y Díaz Vélez, en la margen izquierda, sumaban 6.000 hombres. Del otro lado, Goyeneche había reunido 8.000. A las 7 de la mañana del 20 de junio de 1811 el ejército español lanzó un ataque fulminante. El desastre fue total. 

Pero aún en la derrota, aquellos hombres no se daban por vencidos. Quizás en aquellas noches de charlas interminables en los Valles andinos haya nacido el plan político que los morenistas sobrevivientes a la represión expondrían en la Sociedad Patriótica, y es muy probable que Bernardo de Monteagudo haya esbozado las primeras líneas del proyecto constitucional más moderno y justo de la época y que publicaría en la Gaceta de Buenos Aires meses después. Allí decía el tucumano: Los tribunos no tendrán algún poder ejecutivo, ni mucho menos legislativo. Su obligación será únicamente proteger la libertad, seguridad y sagrados derechos de los pueblos contra la usurpación el gobierno de alguna corporación o individuo particular, pero dando y haciéndoselos ver en sus comicios y juntas para cuyo efecto -con la previa licencia del gobierno- podrán convocar al pueblo. Pero como el gobierno puede negar esa licencia, porque ninguno quiere que sus usurpaciones sean conocidas y contradicha por los pueblos, se establece que de tres en tres meses se junte el pueblo en el primer días del mes que corresponda, para deliberar por sufragios lo que a él pertenezca según la constitución y entonces podrán exponer los tribunos lo que juzgaren necesario y conveniente en razón de su oficio a no ser que la cosa sea tan urgente que precise antes de dicho tiempo la convocación del pueblo, y no conseguida, podrá hacerlo".

Castelli fue enjuiciado y obligado a bajar a Buenos Aires para ser juzgado por la derrota de Huaqui y por su conducta calificada de “impropia” para con la Iglesia católica y los poderosos del Alto Perú. Ningún testigo confirmó los cargos formulados por los enemigos de la revolución. La nota destacada la dio el testigo Bernardo de Monteagudo cuando se le preguntó “si la fidelidad a Fernando VII fue atacada, procurándose inducir el sistema de la libertad, igualdad e independencia. Si el Dr. Castelli supo esto”. Monteagudocontestó con orgullo en homenaje a su compañero: “Se atacó formalmente el dominio ilegitimo de los reyes de España y procuró el Dr. Castelli por todos los medios directos e indirectos, propagar el sistema de igualdad e independencia.”.

Monteagudo se hizo cargo de la dirección de la Gaceta de Buenos Aires, donde escribía textos como el que sigue: “Me lisonjeo de que el bello sexo corresponderá a mis esperanzas y dará a los hombres las primeras lecciones de energía y entusiasmo por nuestra santa causa. Si ellas que por sus atractivos tienen derecho a los homenajes de la juventud, emplearan el imperio de su belleza en conquistar además de los cuerpos las mentes de los hombres, ¿qué progresos no haría nuestro sistema?”. Este artículo le valió el reto de Rivadavia, por entonces secretario del Triunvirato en estos términos: “El gobierno no le ha dado a usted la poderosa voz de su imprenta para predicar la corrupción de las niñas”. Monteagudo decide fundar su propio periódico el Mártir o Libre.

El 13 de enero de 1812 participa de la fundación de la Sociedad Patriótica y comienza a dirigir su órgano de difusión, El Grito del Sud. La Sociedad Patriótica junto a la recién fundada Logia de Caballeros Racionales (mal llamada Logia Lautaro) con San Martín a la cabeza participará el 8 de octubre de 1812 del derrocamiento del Primer Triunvirato y la instalación del Segundo que convocará al Congreso Constituyente que conocemos como la Asamblea del Año XIII en la que Monteagudo participará como diputado por Mendoza. La Asamblea adoptará una serie de medidas que Castelli y Monteagudo habían concretado en el Alto Perú: la abolición de los tributos de los indios; la eliminación de la Inquisición; la supresión de los títulos de nobleza y de los instrumentos de tortura.

El 10 de enero de 1815 edita el periódico El Independiente, que apoya incondicionalmente la política del director Supremo Carlos María de Alvear. Al producirse la caída del Director, Monteagudo es desterrado y viaja a Europa. Residirá en Londres, París y en la casa de Juan Larrea en Burdeos. Pudo regresar al país en 1817 cuando San Martín lo nombra Auditor de Guerra del ejército de los Andes con el grado de Teniente Coronel. Redactó el Acta de la Independencia de Chile que firmó O’Higgins el 1º de enero de 1818.

A comienzos de 1820 fundó en Santiago el periódico El Censor de la Revolución y participó de los preparativos de la expedición libertadora al Perú. Colaboró estrechamente con San Martín quien lo nombrará, poco después de entrar en Lima, su ministro de Guerra y Marina y, posteriormente, ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores. Muchas de las medidas tomadas por San Martín, como la fundación de la Biblioteca de Lima y de la Sociedad Patriótica local, fueron impulsadas por Monteagudo. Propició la expropiación de las fortunas de los españoles enemigos de la revolución:“Ya no se encuentran esos grandes propietarios que, unidos al gobierno, absorbían todos los productos de nuestro suelo; subdivididas las fortunas, hoy vive con decencia una porción considerable de americanos que no ha mucho tenían que mendigar al amparo de los españoles”.

El 25 de julio de 1822, mientras San Martín se encaminaba hacia Guayaquil (actual Ecuador) para entrevistarse con Bolívar, se produjo un golpe contra Monteagudo en Lima. El alzamiento fue promovido por los sectores más conservadores, que encontraron eco en el Cabildo de la ciudad virreinal y consiguieron la destitución y la deportación del colaborador de San Martín. Monteagudo se radicó por algún tiempo en Quito, tras ser un testigo privilegiado de la decisión de San Martín de renunciar a sus cargos y delegar el mando de sus tropas en Bolívar. El libertador venezolano lo incorporó a su círculo íntimo y le confió la tarea de preparar la reunión del Congreso anfictiónico que debía reunirse en Panamá para concretar la ansiada unidad latinoamericana. Pero entre la gente más cercana a Bolívar había importantes enemigos de Monteagudo, como el secretario del Libertador, el republicano José Sánchez Carrió, que desconfiaba del tucumano porque lo creía un monárquico. Estaba ocupado y entusiasmado en la concreción de aquel sueño de la Confederación sudamericana, cuando recibió un anónimo que decía: “Zambo Monteagudo, de esta no te desquitas”. Sin darle la menor importancia a la amenaza, la noche del 28 de enero de 1825 iba con sus mejores ropas a visitar a su amante, Juanita Salguero, cuando fue sorprendido frente al convento de San Juan de Dios de Lima por Ramón Moreira y Candelario Espinosa, quien le hundió un puñal en el pecho. Un vecino del lugar, Mariano Billinghurst, acudió al lugar y trató de auxiliarlo ordenando su traslado al convento, donde fue atendido por un cirujano y un boticario que nada pudieron hacer para salvar su vida.

Espinosa fue detenido y Bolívar lo interrogó personalmente para saber quién lo había contratado para matar a Monteagudo, pero el sicario mantuvo el secreto. Según distintas versiones nunca confirmadas, el instigador del crimen fue Sánchez Carrió quien poco tiempo después murió envenenado. 

Varios años después, el 25 de abril de 1833, San Martín le escribía a su amigo Mariano Álvarez, residente en Lima, diciéndole que debía hacerle “…una pregunta sobre la cual hace años deseo tener una solución verídica y nadie como usted puede dármela, con datos más positivos, tanto por su carácter como por la posición de su empleo. Se trata del asesinato de Monteagudo: no ha habido una sola persona que venga del Perú, Chile o Buenos Aires, a quien no haya interrogado sobre el asunto, pero cada uno me ha dado una diferente versión; los unos lo atribuyen a Sánchez Carrió, los otros a unos españoles, otro a un coronel celoso de su mujer. Algunos dicen que este hecho se halla cubierto de un velo impenetrable, en fin, hasta el mismo Bolívar no se ha libertado de esta inicua imputación, tanto más grosera cuanto que prescindiendo de su carácter particular incapaz de tal bajeza, estaba en su arbitrio si la presencia de un Monteagudo le hubiese sido embarazosa, separarlo de su lado, sin recurrir a un crimen, que en mi opinión jamás se cometen sin un objeto particular”.

Monteagudo, previendo a sus críticos contemporáneos y futuros publicó en La Gaceta de Buenos Aires: “Sé que mi intención será siempre un problema para unos, mi conducta un escándalo para otros y mis esfuerzos una prueba de heroísmo en el concepto de algunos, me importa todo muy poco, y no me olvidaré lo que decía Sócrates, los que sirven a la Patria deben contarse felices si antes de elevarles altares no le levantan cadalsos”.


Referencias:
1 Documentación original en poder de G. René Moreno. Cfr. MARIANO A.PELLIZA, Monteagudo, su vida y sus escritos. Buenos Aires, 1880.
2 El Conde de Lemus a Su Majestad, en Contrarréplica a Victorian de Villava; en Ricardo Levene, Ensayo histórico sobre la Revolución de Mayo y Mariano Moreno, Apéndice, Buenos Aires, Peuser, 1960.
3 Revolucionarios asesinados por Nieto y Paula Sanz
4 BERNARDO MONTEAGUDO: Ensayo sobre la Revolución del Río de la Plata desde el 25 de Mayo de 1809, en Mártir o Libre, Buenos Aires, 1812.


miércoles, 19 de agosto de 2015

UNA DE CAL Y UNA DE ARENA: Galasso es optimista, Scaletta abre el paraguas (Pájaro Rojo)




UNA DE CAL Y UNA DE ARENA: Galasso es optimista, Scaletta abre el paraguas


Ya se sabe, el vaso puede verse medio lleno o medio vacío. El gran historiador Norberto Galasso explica las razones de su optimismo mientras el economista Claudio Scaletta advierte en La ilusión de la armonía por qué hay que estar prevenidos acerca de la política económica que, al parecer, Daniel Scioli quiere implementar en un artículo a mi juicio imperdible. JS




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LA ILUSIÓN DE LA ARMONÍA Por Claudio Scaletta




DOMINGO, 16 DE AGOSTO DE 2015



ENFOQUE

La ilusión de la armonía

Por Claudio Scaletta


El cambio de gobierno, aunque exista continuidad partidaria, será muy notable en lo económico. El discurso heterodoxo quedará, en el mejor de los casos, significativamente moderado. El ABC de la heterodoxia pasa por el énfasis en la demanda efectiva, pero existe también un marco cultural: es una teoría crítica del mainstream y, por extensión, del poder económico establecido. Una política económica heterodoxa no sólo mantiene pujante la demanda efectiva, sino que debe disputar y gobernar al poder corporativo. Por definición no es tibia ni consensual. El desarrollo supone elegir sectores y, a la vez; no elegir a los no elegidos, lo que implica tensión y conflicto. Lo mismo ocurre con la distribución del ingreso, aun en contextos expansivos y en el marco de relaciones ganar-ganar. Sin embargo, en torno al candidato del Frente para la Victoria, estas tensiones parecen no existir y quedan subsumidas en la ilusión de la armonía. No se trata sólo de personalidad o estilo, sino del contenido del conjunto de medidas económicas que ya trascendieron. La única diferencia a la vista residiría en la velocidad de aplicación. La palabra clave es “gradualismo”, el mensaje: “no esperar sorpresas”. No obstante, los economistas que rodean al candidato presidencial recuperaron todas las demandas del establishment.

La actual ministra de Economía de la provincia de Buenos Aires, Silvina Batakis, dijo en un reportaje concedido al diario La Nación que la principal preocupación de los economistas es “la inflación”. El contador familiar Rafael Perelmiter señala a quien quiera escucharlo que se acabarán los subsidios tarifarios a los servicios públicos. Miguel Bein, en su rol de propietario rural, afirma que sólo quedarán retenciones (más bajas) para la soja y sus derivados. El titular del Banco Provincia, Gustavo Marangoni, oficia de promotor de una regla ultramontana de superávit fiscal, según la cual el gasto público nunca podrá superar a la recaudación. El ex FMI Mario Blejer aboga por el regreso a los mercados internacionales de crédito (¿también a la supervisión de los organismos?) Todos, sin fisuras, creen que más temprano que tarde habrá que allanarse a una negociación más blanda con los fondos buitre.

¿Qué diferencia a este conjunto de medidas del sciolismo de las que propone el candidato opositor más votado en las PASO? Al parecer sólo la velocidad, pues se trata del núcleo del regreso a una macroeconomía ortodoxa en el que vale la pena detenerse.

- Cuando un economista afirma que su principal preocupación es la inflación, se define ideológicamente. La inflación es apenas un efecto inherente a la puja distributiva y al crecimiento que, en Argentina, tiene un alto componente cambiario. Desde el punto de vista de los trabajadores, lo que importa es el poder adquisitivo del salario, no su valuación nominal. Mantener el efecto inflación en niveles razonables lleva, en todo caso, a la preocupación por sus causas.

- La eliminación de los subsidios tarifarios no es un tema menor. Podría llevar a un shock inflacionario con profundos efectos fiscales y recesivos. Se trata de 168.000 millones de pesos, o el 4 por ciento del PIB, que dejarían de recibir familias y empresas y que deben restarse a la demanda. Eliminar subsidios implicaría multiplicar las tarifas por 6, unos 5 puntos de inflación y una caída del Producto de por lo menos 1,5 por ciento. Si hay un lugar que demanda gradualismo es este, precisamente el único en el que el sciolismo no lo promete.

- Las retenciones son un mecanismo de tipo de cambio múltiple y en consecuencia deben guardar relación en cada momento con el nivel del tipo de cambio. Resulta atendible reconsiderarlas, pero eliminarlas o reducirlas supone también devaluación fiscal. Luego, si ello se plantea como solución para los “problemas de las economías regionales” se dejan de lado las verdaderas dificultades de distribución del ingreso al interior de estos circuitos. Ya se demostró, en todos los casos, que la baja de retenciones nunca llegan a los productores y sólo benefician a los exportadores y a quienes controlan el proceso de comercialización.

- La regla de superávit fiscal es probablemente el punto más preocupante. Dejando de lado cuestiones elementales de la teoría, como el dato de que no hay creación de mercados sin gasto público y que el superávit del Estado es déficit privado, si la regla se hubiese aplicado con posterioridad a 2007 la economía se encontraría hoy en una profunda recesión. Como en el caso de la inflación aquí también se confunde causa con efecto. Los déficit presupuestarios suelen ser el resultado de las contracciones. Puede entenderse que la regla sea abogada por un politólogo, resulta más extraño que ningún economista de un movimiento como el justicialismo la haya refutado en voz alta. Vale agregar que el déficit intraestatal en la moneda propia es irrelevante, son movimientos entre cuentas, y que el único déficit que importa para la evolución del PIB es el externo.

- Negociar con los fondos buitre es una definición geopolítica de fondo. Se trata de allanarse a un sector del poder financiero que actuó decididamente en contra del país financiando campañas de desprestigio y buscando provocar el mayor daño posible por múltiples vías. Decir que se lo hará para regresar a los mercados financieros a menores tasas, lo que pagaría el gran sobrecosto de la decisión, significa asumir demasiados supuestos. Volver a los mercados tradicionales asesorados por ex funcionarios del FMI supone también regresar a una lógica que durante el gobierno de Néstor Kirchner logró dejarse atrás pagando un costo millonario. Por otra parte Argentina tiene vías alternativas para financiar su restricción externa. El endeudamiento y la IED sólo deberían utilizarse con el objetivo de reducir hacia el futuro esta restricción.

Si el conjunto de concepciones y políticas señaladas iguala a los candidatos del oficialismo y de la oposición más votada, la pregunta siguiente es qué los diferencia. Hasta hoy, existe un solo aspecto concreto y nada menor: el énfasis industrialista y en el desarrollo industrial como una “etapa superior”. La sciolista fundación DAR elaboró un verdadero Plan de Desarrollo, con descripción de cadenas de valor y propuestas específicas para 36 sectores agroindustriales. Sin embargo, a tono con la lógica del candidato bonaerense, se presenta al desarrollo como un proceso carente de conflicto y que surgiría del consenso entre los actores sociales. Si bien en las páginas de la fundación puede encontrarse algún material que destaca la demanda efectiva, las propuestas de las distintas áreas se centran mayoritariamente en los subsidios y estímulos al capital, con apelación a términos de triste memoria como “seguridad jurídica” y “clima de negocios”




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ENTREVISTA: NORBERTO GALASSO | “Soy optimista en cuanto a lo que vendrá” Por Luciana Souza





ENTREVISTA: NORBERTO GALASSO | “Soy optimista en cuanto a lo que vendrá”

02/08/2015



Luciana Souza | Desde hace unas semanas, una Unidad Básica del barrio de la Paternal lleva el nombre de Norberto Galasso. El homenaje a esta importante figura del campo popular constituye apenas uno de los tantos reconocimientos que desde diferentes sectores se realizan a este hombre que, en pocos días, cumplirá 79 años.

Luego de ejercer casi cuatro décadas como contador, Galasso se dedicó a enriquecer el pensamiento nacional con un nutrido sistema de obras que recupera a los referentes de mayor influencia en la política y la cultura argentina y latinoamericana. Hace poco terminó una serie de libros para el Ministerio de Cultura de la Nación, en los que releva la obra de ídolos populares, como Julián Centeya, Cátulo Castillo y Leonardo Favio. Ahora, dice, sigue escribiendo y pensando, afectado por el fenómeno del macrismo.

“La influencia principal de Macri es una autora alemana cuya idea fundamental es el individualismo; si cada uno hace algo para estar mejor, todos estamos mejor”, dice, y asegura que ese pensamiento explica buena parte del electorado porteño: “Mi viejo, que tenía su negocio debajo de mi casa, me vinculó con comerciantes del barrio a quienes llevaba la contabilidad. Ser contador es enseñar a evadir impuestos. En 2001 estaban todos de brazos cruzados; habían hipotecado su casa, vendido el auto. Hoy tienen saldo importante en el banco, hacen colas en los negocios. Ellos creen que la cosa cambió porque ellos fueron inteligentes y no se dan cuenta lo que incide la política del Estado”.

–¿Qué políticas destaca de este período histórico encabezado por Néstor y Cristina Kirchner?

–Para quienes vivimos el estallido de 2001, el kirchnerismo fue un cambio notable. Familias enteras viviendo en la calle, colas de jóvenes en las embajadas, una desocupación tremenda, destruido el sistema provisional, la educación. Era difícil pensar que podía venir una recuperación, porque había una crisis muy importante en el sistema político. En ese contexto cayó como un paracaidista Néstor Kirchner y fue capaz de sacarnos del infierno; para ello hizo cosas importantes: depuró la cúpula de las fuerzas armadas y creó las condiciones para juzgar a los represores.

–¿Y en política externa?

–Negoció la deuda y consiguió una quita muy importante que implicó que el 93% fuera renegociado, quedando un sector que venía a especular con la deuda. Al mismo tiempo, le pagó al Fondo Monetario y se lo sacó de encima. Muchos argentinos no sabían que había en el Ministerio de Economía muchas oficinas ocupadas con funcionarios del FMI. Como si fuera un Estado dentro de otro Estado. Se inició una política económica distinta, que permitió ir recuperando industrias, bajando la desocupación y creando importantes avances en el consumo, al principio con planes y luego absorbiendo gran parte de los desocupados. Y se inició un proceso de estatización que incluyó el sistema provisional, Aerolíneas, el correo, la Fábrica militar de aviones, ferrocarriles e YPF.

–Un proceso de liberación nacional…

–Sí. Que como decía Kirchner en sus primeros discursos tenía por objeto desarrollar un capitalismo nacional. Los que actuamos desde una posición de izquierda nacional pensamos que la única solución es el socialismo y tenemos que explicar por qué apoyamos un proyecto que tiene como objeto el desarrollo del capitalismo, como fue el de Perón, que resultó un proceso de liberación nacional y popular que en su desarrollo implicaba una mayor participación del Estado y una menor intervención de los grandes consorcios privados.

–¿Ve al kirchnerismo como continuidad de ese proyecto de Estado?

–En la actualidad, el aparato productivo está muy extranjerizado. Además, lo que pudo haber sido una burguesía nacional al final no fue, se transnacionalizó. A empresas como Techint, Aluar, Bulgheroni o Pescarmona, que venden afuera, les interesa que haya salarios bajos. Y a las pequeñas y medianas industrias les interesa que haya salarios altos porque tiene que vender en el mercado interno, que de todos modos creció mucho con la introducción de programas como la Asignación Universal por Hijo. Esto le pesa a los sectores tradicionalmente reaccionarios. Y quedó muy claro en 2008, con el intento de aumento de las retenciones que provocó una acción destituyente de los sectores oligárquicos, organizada en el monopolio mediático. Hubo otro intento muy importante con el proyecto de ley de distribución de utilidades de las empresas, que no prosperó pero fue un avance extraordinario, impensable para todos.

–¿Qué rol juegan los trabajadores en este proceso?

–Como decía Perón, la columna vertebral del movimiento nacional es la clase trabajadora. En otros países tienen características distintas, pero aquí hay un tema espinoso para tocar que es la relación del gobierno con la clase trabajadora. Después de romper con el Gobierno, las actitudes de Moyano fueron desastrosas. Pero creo que habría que reconocer que hubo responsabilidad de ambas partes. Moyano fue una figura importante contra el menemismo. Con el MTA fue, junto con las Madres de Plaza de Mayo, la gran defensa del campo nacional frente a la traición de gran parte de la dirigencia del peronismo. Creo que de algún modo habría que haber llegado a un acuerdo. A muchos no les gusta lo que voy a decir, pero Néstor hubiera manejado el conflicto de otra manera. A partir de charlas que tuve con varios referentes como Smith, Plaini y el mismo Facundo Moyano, avizoraba la posibilidad de un gremialismo distinto. Y creo que de algún modo habría que haberles hecho entender que el país se parte, como se parte siempre en dos, y ellos tienen que estar claramente unidos, evitar la dispersión de la clase trabajadora, desentenderse de personajes como Barrionuevo y llegar a un acuerdo. Esto fue perjudicial para el Gobierno.

–En sus libros se ocupó del peronismo y de sus principales referentes. ¿Cómo caracteriza, hoy, la situación del movimiento?

–En la época de Menem yo pensé que el peronismo estaba terminado. La dirigencia, con excepciones como Germán Abdala, acompañó el copamiento del peronismo por parte de los grandes grupos económicos. Claro que el peronismo no es un partido de clases: hay, como hubo siempre, sectores empresarios en el peronismo, sectores de la Iglesia y del Ejército. Es un movimiento amplio. Pero cuando los grupos económicos como Pérez Companc, Techint, Bulgheroni o Fortabat, que crecieron durante la dictadura, se meten en el movimiento, se pierden las banderas peronistas. Esos son los grupos que coparon el gobierno de Menem con el neoliberalismo decadente. El socialismo también se desvirtuó de su espíritu original (esto lo vemos con lo que sucede en Santa Fe). Y la izquierda nacional tiene responsabilidad en esto, porque fue incapaz de construir políticamente una herramienta. En esto me incluyo, a pesar de que hay mucha gente que me dice que soy un peronista no asumido. El peronismo es propio de un momento histórico muy especial, donde la mayor parte de la dirigencia opositora es un desastre, como en 1945 y como en 2001. Tiene que ir más allá, profundizar, afectando a la propiedad privada.

–¿Cómo ve los próximos años?

–Yo creo que las elecciones se van a ganar. Se avanzó mucho: se desconfía de la prensa hegemónica, nos latinoamericanizamos. En mi juventud, nos preocupábamos por lo que pasaba en Europa, nunca escuché a nadie hablar de lo que sucedía en Bolivia o Ecuador.
Empezamos a mirar a Córdoba, a Tucumán, para ver a la Argentina real, que hace años intervino el imperio británico para formar esa cabeza monstruosa que es la provincia de Buenos Aires, con ese cuerpo raquítico, que vendría a ser el resto del país. Soy muy optimista, aunque también observo que el campo nacional tiene sus debilidades. Entre los jóvenes hay unas ganas terribles de que la Argentina cambie, pero no noto unas ganas tremendas de agarrar a Jauretche. Y eso es un déficit. En las facultades estos textos circulan poco. Todo el mundo indica un cambio. Grecia es evidencia de esto. La aparición del Papa. Estamos en un momento de cambio donde ya nadie defiende el capitalismo en su plenitud. Se vuelve a leer a Keynes y aparecen premios nobeles como Stiglitz que apoyan procesos como el de Argentina, que da ejemplo al mundo ante los buitres. Todo esto nunca lo vimos (yo lo vengo a ver un poco tarde). La mayor parte del pueblo argentino obtuvo una experiencia muy importante con el kirchnerismo, por eso soy optimista.



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martes, 18 de agosto de 2015

ATILIO BORÓN: "PUERTO RICO VA A ENCONTRAR MUCHOS AMIGOS SI ROMPE LA CONDICIÓN COLONIAL" Por Vanesa Baerga




jueves 13 de agosto de 2015

ATILIO BORÓN

‘Puerto Rico va a encontrar muchos amigos si rompe la condición colonial’

Insularidad, colonialidad, opresión, desconocimiento del resto de Latinoamérica… Puerto Rico se enfrenta a muchos retos pero Atilio Borón, reconocido politólogo y sociólogo argentino, considera que tiene mucho que ganar si sus activistas se mueven hacia al sur y tejen redes sólidas. Conoce el análisis de la situación actual de la isla caribeña.


Por Vanesa Baerga


Como parte de la jornada del Congreso Internacional Comunicación e Integración Latinoamericana desde y para el Sur llevado a cabo en Quito, Ecuador, entrevistamos al reconocido sociólogo argentino Atilio Borón sobre la situación colonial de Puerto Rico, el movimiento independentista, la campaña por la excarcelación de Oscar López Rivera, la integración de Puerto Rico a América Latina, entre otros temas. Él accedió a conversar sobre la nación que ha visitado varias veces y donde ha vivido varias temporadas impartiendo cursos como profesor visitante en la Facultad de Estudios Generales y en la Escuela Graduada de Planificación de la Universidad de Puerto Rico. 

La primera vez que visitó Puerto Rico fue a principios de la década de los años setenta, cuando cursaba sus estudios doctorales en la ciudad de Boston, en Estados Unidos, donde tenía unos compañeros estudiantes puertorriqueños que le comentaban sobre la condición colonial de Puerto Rico. “Pero era un discurso tan saturado,” recuerda. “Me decían: mira, vas a llegar allá y vas a ver lo que han sido los cien años de dominación colonial, la gente ha olvidado su idioma... Que yo iba pensando que me iba a encontrar un país donde la gente casi no hablaba español. ¿Y con qué me encuentro? Me encuentro con un país con una absoluta identidad caribeña, latinoamericana, con una gastronomía, con una música, con un baile, con una cultura. Realmente me encontré con un país que es tan latinoamericano como cualquier otro país de América Latina.”

El también profesor universitario lamentó que cuando se habla de Puerto Rico pocas veces se tiene en cuenta su condición colonial. A su vez, destacó “la labor notable del bolivarianismo” en instalar a Puerto Rico otra vez en la conversación regional latinoamericana. “La Revolución Cubana también lo había planteado desde hace mucho tiempo pero ahora adquirió más fuerza en los años recientes. Y hay un avance, ya no deja de haber una reunión latinoamericana donde se hable del fin del status colonial de Malvinas y de Puerto Rico. ¡Hay un avance enorme! Pero creo que Puerto Rico tiene que hacer un esfuerzo más grande por plantear justamente esa necesidad”. 

Puerto Rico debe moverse al Sur

El académico apuntó a que las fuerzas sociales, los movimientos sociales y políticos de Puerto Rico deben tomar posturas más definidas al incorporar sus planteamientos y discursos a la región. Además, mirar a América Latina en todo su conjunto más allá de México. “Creo que uno de los errores que he visto de los compañeros puertorriqueños es que piensan que yendo a México se integraban a América Latina. No, en esos años México era la Atenas de América Latina, pero no era América Latina. Te estoy diciendo que deben hacer un esfuerzo para venirse más al sur, para meterse más en Brasil, para meterse más en Argentina, en Colombia. En el litoral Pacífico de América Latina, en Perú y en Chile no conocen la experiencia de Puerto Rico. En Argentina tampoco. Yo voy y digo “fui a Puerto Rico” y te dicen “ah, Centroamérica”, yo digo: “Hombre, no es Centroamérica, es El Caribe”. Pero fíjate, que para los del sur todo lo que hay al norte de Colombia es Centroamérica. No distinguen entre Caribe y Centroamérica, es producto de que hay una ignorancia prefabricada por la derecha, por los grandes medios. Entonces, creo que ustedes tienen que de alguna manera salir y demostrar lo que es la cultura puertorriqueña”. 

“Creo que las redes sociales son un gran instrumento. Y yo no veo mucho de ustedes en las redes sociales y me encantaría seguirlos porque creo que es un caso extraordinariamente importante de resistencia. Porque fíjate, que allí los gringos quisieron ‘aniquilarlos’, dejarlos sin idioma, dejarlos sin cultura, dejarlos sin nada y Puerto Rico está ahí. Así que creo que es muy importante. No tienen que pensar que el gobierno lo va a hacer. Si no lo hacen ustedes, no lo va a hacer nadie. Y los de acá no saben, no entienden, no conocen. Suramérica no conoce, no tiene experiencia con lo que es el mundo de El Caribe, salvo Venezuela. Puerto Rico tiene grandes músicos, muy buena música, muy buena literatura, un montón de cosas para apreciar, pero es una isla y las islas son complicadas, es difícil de vencer la insularidad. Creo que es un mensaje optimista, no pesimista. Lo digo desde el cariño. Yo les tengo un cariño enorme.” 

Borón sigue de cerca el caso de Óscar López Rivera y la campaña por su excarcelación, a lo que afirma que “tiene que también salir Óscar.” Añadió que el caso de Óscar ahora está saliendo un poco más en los medios suramericanos. “Pero hablando en puertorriqueño, hay que meterle más candela a eso. Más candela porque él solo no va a salir. Pero yo soy un bicho raro, entonces, ustedes tienen que hacer algo más. Hay muchos interesados en que Puerto Rico se quede como un enclave colonial gringo.” 


VB: ¿Qué ganarían los interesados en que Puerto Rico siga siendo una colonia?

“¿Qué ganarían? Seguir disfrutando los privilegios que han tenido hasta ahora. Ha habido gente que la ha pasado re-bien con ese status neo-colonial. Toda una dirigencia política vinculada al imperio que le ha ido muy bien. Ahora con [Barack] Obama se les complicó toda la cosa. Tienen una crisis y Obama dijo que No. Setenta y dos mil millones de dólares es una cifra enorme. Es muy difícil la situación. Ahora, el problema grave es cómo es que no se ha logrado plantear una alternativa independentista que capte a una parte mayoritaria de la voluntad del pueblo de Puerto Rico. Pero bueno, tienen que romper eso y van a encontrar muchos amigos. Hay el espacio, te das cuenta, para hacer el trabajo político serio que permita realmente avanzar”. 

Atilio Borón fue uno de los conferencistas magistrales que participaron de este Congreso internacional y estuvo a cargo de la conferencia de clausura de dicho encuentro académico, presentando su ponencia “Los medios y la batalla por la democracia en América Latina”.





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