miércoles, 26 de diciembre de 2018

HASTA SIEMPRE / El adiós a Osvaldo Bayer, que falleció a los 91 años Por Silvina Friera





Imagen: Daniel Paz







El adiós a Osvaldo Bayer, que falleció a los 91 años


Hasta siempre



Murió Osvaldo Bayer, escritor, historiador, periodista, anarquista, dirigente gremial y defensor de los desprotegidos y de los luchadores populares. Lo despiden los organismos de derechos humanos y referentes sociales, sindicales, políticos y culturales. Todos recuerdan la solidaridad y el compromiso del columnista de PáginaI12






La patria de Osvaldo Bayer es la rebeldía. “Me he propuesto no tener piedad con los despiadados. Mi falta de piedad con los asesinos, con los verdugos que actúan desde el poder, se reduce a descubrirlos, dejarlos desnudos ante la historia y la sociedad y reivindicar de alguna manera a los de abajo, a los que en todas las épocas salieron a la calle a dar sus gritos de protesta y fueron masacrados, tratados como delincuentes, torturados, robados, tirados en alguna fosa común”, explicó el queridísimo periodista, historiador y escritor, que tuvo acaso un último “gesto” de rebeldía: morir el día de la Nochebuena, a los 91 años, en El Tugurio, su casa sobre la calle Arcos, en el barrio de Belgrano. El viejo rebelde, que prometió que viviría hasta los 100 años, deja una obra fundamental para la cultura política argentina: La Patagonia Rebelde y la biografía de Severino Di Giovanni, el idealista de la violencia. Osvaldo vivió luchando por un país más democrático e igualitario desde muy joven, cuando denunció la explotación y muerte de peones rurales en la Patagonia y demostró cómo las familias patricias y los sectores dominantes oprimen a los obreros y trabajadores. Siempre alzó la voz con coraje, valentía, coherencia y una ética que lo convierten en el último gran anarquista del siglo XX. Las amenazas, la persecución y la censura de la Tripla A lo obligaron a exiliarse en Alemania, desde donde denunció el terrorismo de Estado durante la última dictadura cívico-militar.

La tristeza no tiene fin en estas fiestas, las primeras sin Osvaldo. Había nacido el 18 de febrero de 1927 en la provincia de Santa Fe. Se negó a hacer el servicio militar y a modo de castigo lo destinaron a barrer y encerar pisos de los despachos de los oficiales durante dieciocho meses. En 1952 estudió Historia en la Universidad de Hamburgo (Alemania). En la ciudad de Esquel, en Chubut, fundó junto a Juan Carlos Chayep La Chispa, un periódico del que circularon solo ocho números, entre el 20 de diciembre de 1958 y el 4 de abril de 1959, que el sello Editores Ignorantes publicó en una notable edición facsimilar. No viene mal recordar que la primera edición La Chispa desplegó una serie de notas de investigación que explican paso a paso el despojo de las tierras del Cushamen mediante tretas comerciales, en el que estaban implicados comerciantes locales y Julio Telleriarte, que luego sería elegido diputado provincial por la Unión Cívica Radical (UCR); las mismas tierras que hoy sigue reclamando la comunidad mapuche a su nuevo dueño, Benetton, y que en febrero de 2017 terminó con una salvaje represión de la gendarmería contra los integrantes de esa comunidad.

La vida de Osvaldo es una catarata de anécdotas trenzadas por la atípica convivencia de la ingenuidad y la radicalidad. Un año después de haber ingresado a Clarín –donde realizó la primera huelga en la historia de la redacción de ese diario– viajó a Cuba como secretario general del Sindicato de Prensa, invitado al primer aniversario de la Revolución, en 1960. Y se reunió con el Che Guevara, quien durante dos horas y media habló sobre cómo haría la revolución en Argentina. Casi nadie de los presentes se animaba a preguntar o balbucear algún comentario. Excepto uno. “Compañero Che, es muy interesante, hasta poético lo que usted nos ha relatado, pero la represión en la Argentina es más dura que la del dictador Batista en Cuba –le retrucó Bayer–. Son fuerzas de represión muy importantes, torturan, asesinan, tienen las armas más sofisticadas y modernas”. El Che lo miró muy fijo y luego de un silencio prolongado le respondió: “Son todos mercenarios”; frase que para el historiador en ciernes fue como si le dijera “no hay que tenerlos en cuenta”. La espina de esa intervención se clavó en el imaginario del entonces joven Bayer. “Así que quedé muy mal conmigo mismo –le confesó muchos años después al periodista Julio Ferrer–. Porque digo, qué le estoy poniendo impedimentos a alguien que hizo la revolución. No tengo ningún derecho (…) Siempre pensé que para qué le hice esa pregunta; era una pregunta demasiado racional”. Para colmo de males, Susana “Pirí” Lugones se coló en un agasajo al Che, acompañada por Bayer. Aunque la guardia cubana dejó entrar a “Pirí” sin invitación, el que pagó “los platos rotos” fue Osvaldo. Lo acusaron de jugar con la seguridad del Che y lo expulsaron de la isla. Recién pudo volver en 1995.

Luchador infatigable que viajaba por los pueblos de todo el país para acompañar las causas contra los genocidas del pasado –ya sea el genocidio contra los indios como contra los militantes políticos en los años 70–, lo que vamos a extrañar de Osvaldo es su extrema persistencia, ese no bajar los brazos ni embargar la voz, aun en las peores condiciones políticas. Esa maestría con la que peleaba, con la palabra como su principal arma de combate. En la ciudad bonaerense de Rauch promovió una consulta en 1963 para cambiar el nombre del coronel prusiano por “Arbolito”, el nombre del indio ranquel que le había dado muerte. Terminó detenido por orden del general Juan Enrique Rauch, ministro del Interior de la dictadura, bisnieto de Federico Rauch. Estuvo 62 días preso en la cárcel de mujeres de la calle Riobamba. Investigó durante más de diez años la historia de los 1500 obreros rurales de Santa Cruz asesinados entre 1920 y 1921. Tuvo la suerte de encontrar a muchos sobrevivientes entre los soldados fusiladores, suboficiales y estancieros. La Patagonia Rebelde es el volumen que reúne los cuatro tomos de Los Vengadores de la Patagonia Trágica, publicados los tres primeros en Argentina, entre 1972 y 1974, y el cuarto tomo fue editado en Alemania, en 1978.

“Por Dios, patria y hogar”, los tres primeros tomos La Patagonia Rebelde fueron quemados. “Jamás se hizo nada contra los quemadores de libros; no se hizo una reivindicación de los escritores cuyos libros fueron quemados, jamás se indemnizó a las editoriales”, planteaba Osvaldo en una entrevista en 2009, cuando PáginaI12 publicó sus Obras Completas, que incluyen –además de La Patagonia… y Severino Di Giovanni– Exilio (1984), escrita junto a Juan Gelman; Fútbol argentino (1990), ensayos prologados por Osvaldo Soriano; Rebeldía y Esperanza (1993), En camino al paraíso (1999), su primera novela Rainer y Minou (2001) y Ventana a la Plaza de Mayo (2006), las crónicas que publicó en el periódico de las Madres de Plaza de Mayo, entre otros libros. Nunca se olvidó de lo que le dijo ese milico de apellido Santuccione, en junio del 76, en Ezeiza, cuando comenzaba su exilio: “Usted va a salir ahora, pero nunca más va a volver a pisar el territorio de la patria, ¿entendió?”. Esa frase, suerte de maldición, lo perseguía y la repetía a periodistas, escritores y artistas que lo visitaban en “El Tugurio”. Una vez bromeó sobre lo que podría haber pasado si la pila de libros y carpetas se hubiera desmoronado, mientras él caminaba por el pasillo de su casa: “Sería una muerte soñada, moriría sepultado por los libros”. Osvaldo Soriano decía, con razón, que “Bayer es un hueso duro de roer. Sin él sería más fácil olvidar”.


REP


Nadie como él desenmascaró a los asesinos, a los verdugos que han actuado desde el poder. Nadie como él defendió y reivindicó a los humillados y ofendidos –en las contratapas que escribió en este diario y en los libros que publicó–, a quienes en todas las épocas pusieron el cuerpo en las calles y fueron masacrados, tratados como delincuentes, torturados, robados y tirados a fosas comunes. Nadie como él desnudó la saña practicada especialmente contra los anarquistas, las mentiras y demonizaciones que se construyeron desde los medios de comunicación. Una de sus últimas batallas fue pedir el traslado del monumento a Roca, ubicado sobre Diagonal Sur, que homenajea al ex presidente argentino que comandó las matanzas de miles de comunidades indígenas en lo que historia oficial denomina “la conquista del desierto”, para que en su lugar se levante un monumento a la mujer originaria.

Osvaldo sabía que había que poner el cuerpo y la palabra en viejas-nuevas batallas. Si antes había denunciado la explotación y muerte de peones rurales en la Patagonia y acompañó a las Madres de Plaza de Mayo, en estos últimos años no dudó en protestar contra el avasallamiento neoliberal de los derechos humanos y sociales. “El gobierno de (Mauricio) Macri es como volver a la Edad Media –afirmó el escritor en la última entrevista con este diario, en agosto de 2016–. No saber que hubo 30.000 desaparecidos, que es uno de los hechos fundamentales de la política de derechos humanos del país, es de una ignorancia que no se puede perdonar, no se puede disculpar (…) Los 30.000 desaparecidos va a ser siempre la vergüenza más grande de la historia argentina”. El viejo rebelde, díscolo como solo él podía serlo, nos deja el mejor legado posible: la rebeldía que persigue por más libertad, más democracia y más igualdad.




https://www.pagina12.com.ar







¿QUÉ FUE DE TU VIDA? OSVALDO BAYER / Homenaje



¿Qué fue de tu vida? Osvaldo Bayer 













Compartimos la entrevista de Felipe Pigna al historiador, escritor y periodista, Osvaldo Bayer. Su infancia en Buenos Aires, sus estudios en Hamburgo, su comienzos en el periodismo, el encuentro con el "Che" Guevara, sus investigaciones históricas, sus ensayos, la persecución a sus ideas, el exilio y su presente cargado de proyectos.





https://www.youtube.com/watch?v=ij-dWZ-TLuU



jueves, 20 de diciembre de 2018

“DEBEMOS DEMOSTRAR LA EFICACIA DE LAS VIEJAS IDEAS DE MARX” Por Horacio Tarcus / Marx 200 años





Marx 200 años



“DEBEMOS DEMOSTRAR LA EFICACIA DE LAS VIEJAS IDEAS DE MARX”









Michael Heinrich (Heidelberg, 1957) es un politólogo alemán, el más reciente exponente de una corriente de pensamiento conocida mundialmente por postular “una nueva lectura de El Capital”. Inició su formación en los campos de la matemática y la física, para consagrarse luego a los estudios politológicos. Su tesis defendida en el año 1990 sobre la teoría del valor se convertiría inmediatamente en una referencia obligada en los estudios de Crítica marxiana de la Economía Política. Ejerció la docencia en la Universidad Libre de Berlín y en la Universidad de Viena, y desde 2001 a 2016 se desempeñó como profesor de Economía Política en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Berlín. Su libro Crítica de la economía política. Una introducción a El Capital de Marx (2004) ha sido traducido a nueve lenguas, entre ellas el español (2008). En el año 2012 apareció también en español una obra complementaria: Cómo leer El Capital de Marx (2012). En 2018 publicó el primer tomo de Karl Marx o el nacimiento de la sociedad moderna, una biografía monumental de Marx en tres volúmenes. Es miembro del colectivo editor de la revista alemana Prokla, fundada por Elmar Altvater en 1971.





Horacio Tarcus: En el siglo XX se escribieron casi medio centenar de biografías de Marx, algunas de ellas ya envejecidas, pero otras muy sólidas y documentadas. Sin embargo, en lo que va del siglo XXI ya han aparecido una docena de nuevas biografías. ¿Es que acaso en el siglo XXI sequiere reescribir ex novo la biografía de Marx? ¿Por qué escribir una nueva biografía? ¿Qué rescata de las biografías del pasado?

Michael Heinrich: Con la segunda MEGA [Marx-Engels-Gesamtausgabe, Obras completas de Marx y Engels], que se publica desde mediados de los años 1970, no sólo tenemos a disposición muchos nuevos textos de Marx y Engels, sino también un cúmulo de nuevos detalles sobre los contextos en los cuales surgieron esos textos, tanto los conocidos como los desconocidos. Además, disponemos ahora de información nueva sobre amigos, conocidos y enemigos de Marx. En particular, las biografías de Franz Mehring (1918), Auguste Cornu (1954-1968) o David McLellan (1973) fueron para su época obras muy bien escritas, pero desde entonces han envejecido en numerosos aspectos. El nuevo conocimiento sobre Marx está siendo asimilado recién en las biografías de Jonathan Sperber (2013) y Gareth Stedman Jones (2016), recientemente publicadas. Queda pendiente una asimilación completa de los nuevos hallazgos.






Las biografías no sólo se nutren de nuevos conocimientos, sino también de nuevos interrogantes, de nuevas situaciones políticas y sociales, en las cuales se debate sobre la persona en cuestión de otra manera a cómo fue etendida en el pasado. Que el mundo a comienzos del siglo XXI se desarrolla de una manera crítica –sólo nombro como palabras clave la “crisis financiera”, la “crisis económica”, la nueva fuerza de los movimientos de derecha en muchos países- no es algo que pueda discutirse. Cuando el sistema capitalista resulta cuestionable, aparece un interés renovado por los críticos del capitalismo, entre los cuales Marx tiene un rol sobresaliente. A esto hay que añadir que el marxismo dogmático, que fuera predicado por partidos y algunos Estados, también ha entrado en crisis. Entonces, hoy puede discutirse sobre Marx  de una forma completamente distinta a cómo lo hacíamos hace treinta años.

HT: En Karl Marx y el nacimiento de la edad moderna (2018) usted acepta una serie de postulados de los historiadores de la Escuela de Cambridge, que exigen situar a un autor y su obra en su contexto epocal y recusan cualquier intento de transformarlo en un “contemporáneo”. Sin embargo, usted discute expresamente con otros biógrafos recientes de Marx, como Jonathan Sperber y Gareth Stedman Jones, quienes al restituir a Marx en las coordenadas del siglo XIX, le quitan potencialidad para comprender el capitalismo del siglo XXI.



MH: Quentin Skinner y la Escuela de Cambridge tienen en primera instancia razón cuando señalan que las grandes obras de la filosofía política fueron intervenciones de filosofía política y teoría social frente a los problemas de su tiempo. Algunos adeptos de dicha Escuela sacan de ello la conclusión que esas obras sólo tienen un sentido en el seno de su época. Estoy en contra de colocar a Marx en su época para comprender mejor su argumentación, para iluminar mejor sus fuentes, para reconocer mejor aquello que ha sido condicionado por su propio tiempo si el objetivo no es volver más evidente lo que aún hoy podemos comprender del capitalismo a través de una lectura de Marx. Si bien no sé cómo, por ejemplo, se posiciona Jonathan Sperber respecto a la Escuela de Cambridge, él argumenta como si fuese uno de sus representantes más radicales. Para él, ya la mención de que Marx es un hombre del siglo XIX es un argumento central para afirmar que Marx ya no tiene hoy en día absolutamente nada para decirnos. Uno buscará en vano una discusión sobre qué es lo que ha cambiado tan radicalmente desde el siglo XIX como para que un autor de ese siglo no tenga hoy nada para decirnos. En contra de esto, ya desde el título de mi libro, trato de volver evidente que toda una serie de estructuras sociales, económicas y políticas fundamentales que se han constituido en el siglo XIX en primera instancia en Europa Occidental y Norteamérica, siguen siendo aún hoy sumamente importantes en gran parte del mundo. El siglo XIX no es  para nosotros –visto desde esas estructuras fundamentales- algo tan lejano como Sperber sugiere. Sin lugar a dudas, Marx no es nuestro contemporáneo inmediato. Hay una distancia temporal, que tenemos que considerar en  la lectura de la obra, pero no para abandonarla, sino para entenderla mejor y de manera más precisa. Y para usarla.

HT: Sus obras sobre El Capital suelen inscribirse en lo que se ha dado en llamar “la nueva lectura de Marx”. Sin embargo, la perspectiva que acentúa la crítica de la economía política y pone el problema del fetichismo en el centro de El Capital tiene grandes precedentes, como el ruso-soviético Isaac Ilich Rubin, el ucraniano Roman Rosdolsky y el alemán Elmar Altvater. ¿Cómo sitúa su propia obra dentro de las familias del marxismo? ¿Qué rol ha jugado la revista PROKLA en la renovación del marxismo alemán y en la relectura de Marx?

MH: Efectivamente, “Nueva lectura” [Neue Lektüre] es la expresión corriente, que guarda un doble significado. En un sentido amplio, nos referimos a las nuevas lecturas que surgieron desde los años 60 en muchos países; en un sentido más acotado, a aquellas lecturas que fueron iniciadas en Alemania ante todo por Hans Georg Backhaus y Helmut Reichelt.  Ahora bien, volviendo a la preunta: he aprendido mucho de Rubin y de Rosdolsky (sin por ello aceptar todas sus tesis), Elmar Altvater fue mi director de tesis doctoral y estuve junto a él por más de veinte años en la redacción de la revista alemana PROKLA (el nombre es una sigla del nombre original de la revista: Probleme des Klassenkampfs [Problemas de la lucha de clases]). En PROKLA se discutieron siempre tanto nuevos conceptos teóricos o nuevas lecturas de los conceptos disponibles como también se trató de realizar análisis concretos y empíricos del desarrollo del capitalismo, del capitalismo alemán y del capitalismo en el mundo. Precisamente, en tanto revista independiente tanto de los partidos políticos como de las organizaciones sociales, hoy como ayer PROKLA juega un importante rol, comprometida con un discurso de izquierda plural.

HT: La reciente publicación de la totalidad de los manuscritos de Marx en la MEGA permite por primera vez ahondar en la formación de lo que podríamos llamar su “pensamiento económico”. Usted recusa cualquier idea de “unidad” en el pensamiento de Marx, reconoce momentos y reformulaciones, pero rechaza la dicotomía entre cortes y continuidades, discutiendo con la escuela althusseriana respecto de un “corte epistemológico” en el año 1845 entre un Marx pre-marxista y un “Marx maduro”.

MH: Usted lo dice como si yo rechazara toda “unidad” en el pensamiento de Marx. Depende de lo que uno entienda por “unidad”. Algunos motivos, como por ejemplo la pregunta por la posibilidad de la emancipación del hombre, la posibilidad de una sociedad libre comienzan ya en un Marx muy joven y están todavía presentes en el Marx bastante más viejo. La forma y modo en que Marx analiza las condiciones para la emancipación y los resultados a los que llega, efectivamente varían drásticamente a lo largo del tiempo. Quien discuta esto, quien parta de la base que Marx ya en 1843 o 1844 había logrado sus visiones sustanciales y que todo lo que viene después no es más que elaboración, precisión y ampliación, debe (lo quiera o no) partir de una idea de un genio romántico bastante fuerte. El Marx de 25 o 26 años tenía un conocimiento aún muy limitado de la bibliografía sobre teoría económica e historia de la ciencia, su debate con la política era en muchos sentidos aún abstracto. Si uno observa el desarrollo intelectual de Marx desde 1843/44, constata un enorme proceso de aprendizaje, como consecuencia del estudio de la bibliografía respectiva, como resultado de los acontecimientos históricos de los años posteriores (la Revolución de 1848, el Segundo Imperio francés de Luis Napoleón, el ascenso de Bismarck), así como también como consecuencia de la experiencia intensiva de las relaciones económicas y políticas en Inglaterra, donde Marx pasó los últimos treinta años de vida. Si el joven Marx, antes de todos esos procesos de aprendizaje y experiencias prácticas, hubiera podido esbozar las líneas fundamentales de su obra, entonces todos los procesos de aprendizaje y experiencias serían para esa obra de un significado de segundo orden: el joven Genio ya lo habría logrado todo. Eso me parece una forma de ver las cosas de cuño muy idealista.




Yo me opongo, en efecto, contra la tesis de una continuidad semejante, contra esa idea de “continuidad” es que y enfatizo el significado de los procesos de aprendizaje de Marx. Además, me opongo a una contraposición facilista entre el “joven” y el “viejo” Marx. En el desarrollo intelectual de Marx no sólo hay una gran cantidad de quiebres: estos quiebres toman lugar de manera asincrónica y en ámbitos bastante diferentes. Estos muchos quiebres no se dejan reducir a una gran “ruptura”, como para que uno pueda diferenciar claramente entre dos fases en el desarrollo de Marx. El desarrollo intelectual de Marx es enormemente complejo, no se puede reflejar adecuadamente ni mediante la tesis de la continuidad ni mediante la tesis de un quiebre entre el “joven” y el “viejo” Marx.

HT: Como otros lectores intensos de Marx (pienso en Louis Althusser o en Manuel Sacristán) usted ha tendido a leer El Capital y otros textos de Marx no tanto en clave de filosofía dialéctica sino de obras de carácter científico. ¿Puede el marxismo ser una Crítica y una Ciencia al mismo tiempo? ¿Cuál es estatus epistemológico de la obra de Marx?

MH: Respecto a la cuestión de la dialéctica, se me ha reprochado muchas veces que yo quiero escamotear la dialéctica de la obra de Marx. Eso es falso. Lo que he hecho es atacar la comprensión dialéctica de muchos marxistas. Siempre que algo se complica un poco, o la propia explicación se desdibuja, muchos marxistas tienden a enfatizar que se trataría allí de un “relación dialéctica”, sin poder no obstante explicar claramente qué es lo que quieren decir con ello (o si “dialéctica” se reduce a “interacción” [Wechselwirkung].

Si uno mira en los escritos de Marx, no se topa con un comportamiento semejante. Con excepción de los prólogos y epílogos de El Capital, muy raramente Marx habla de “dialéctica” en El Capital y en otros escritos. Y cuando lo hace, no lo hace en lugar de una explicación, sino luego de que ha explicado algo. En contra de esto, el uso de “dialéctica” en el caso de muchos marxistas es francamente inflacionario y sumamente superficial. Por lo mismo, en mi introducción a los tres tomo de El Capital (también disponible en castellano), he aconsejado a los lectores que le pregunten qué es lo que entienden exactamente por “dialéctica” a todos aquellos que gusta de llenarse la boca con la palabra. Mi propia comprensión de dialéctica la he esbozado en mi libro La ciencia del valor: mercancía, trabajo y dinero.





HT: Muchas de sus objeciones a ciertas tesis de El Capital de Marx, como la tendencia decreciente de la tasa de ganancia, han generado un amplio debate, sobre todo en el marco del marxismo alemán. ¿Cuáles son desde su perspectiva las categorías del pensamiento de Marx que resultan ineludibles para comprender el capitalismo contemporáneo, y cuáles son las limitaciones o los puntos ciegos de la perspectiva de Marx?

MH: Antes de que hablemos de los “puntos ciegos en El Capital” deberíamos tener en claro los puntos ciegos en la recepción de El Capital. Estamos acostumbrados a leer por separado los tres tomos de El Capital, y eso corresponde al orden de la presentación pretendido por Marx. Frecuentemente, sin embargo, pasamos por algo o realmente no consideramos que el tercer tomo de El Capital, que se basa en un manuscrito producido en 1864/65, es considerablemente más viejo que la reelaboración del primer tomo y que los manuscritos del segundo tomo, que se originaron entre 1868 y 1879. Las últimas investigaciones del Marx de fines de los años 1870s retrotraen la escritura del tercer tomo a unos doce a catorce años atrás. Las nuevas investigaciones no sólo aparecen en los último manuscritos sino también en los numerosos cuadernos con fragmentos y en los manuscritos con notas de investigación, que recién ahora se volvieron accesibles gracias a la MEGA, y que muestran un proceso de investigación bastante dinámico, que fue más allá del estadío escriturario alcanzado en 1864/65. Tendríamos entonces que despedirnos de la idea de que en los tres tomos de El Capital nos encontramos frente a una obra fundamentalmente terminada. Especialmente en el caso del tercer tomo, se trata de la etapa intermedia de un proceso de investigación inacabado.




Con esta advertencia no deben perder valor las conclusiones de El Capital. Con sus teorías del valor, el plusvalor, el beneficio y el interés, Marx descifró las estructuras centrales de toda economía capitalista. Sin embargo, la representación de estas categorías no está libre de ambivalencias: en la teoría del valor se encuentran aún restos naturalistas de la teoría del valor de la economía clásica superada por Marx; la conexión de la teoría del dinero a la existencia de una moneda no es sólo anacrónica, sino que suscita interrogantes sobre el análisis de la forma del valor. Si bien las categorías de interés y de capital de interés están bien elaboradas, el análisis del capital bancario y la relación entre mercados financieros y crisis apenas aparece, sin embargo, en sus formulaciones preliminares.

Debemos abandonar la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia: los distintos intentos de fundamentarla, que uno encuentra en una extensa bibliografía, terminan en que lo que está por demostrarse siempre está de una u otra forma presupuesto, con lo que la supuesta prueba se transforma en un argumento circular, una tautología. Este abandono no es, sin embargo, una pérdida muy grande: contra una opinión ampliamente extendida, la teoría marxista de la crisis no es dependiente de esta Ley. Que las “pruebas” de la ley no aciertan al suponer algo, ya fue frecuentemente discutido: he introducido en este debate una tesis adicional. En virtud del material publicado en la MEGA no veo no obstante ninguna prueba, pero sí indicios de que Marx mismo, ya en los años 1870s, había abandonado esa ley. Esta tesis llevó a intensos debates, no tanto en Alemania, sino en el ámbito anglosajón. La superación de viejas ideas es siempre un proceso complicado, pero debemos demostrar la eficacia de las viejas ideas de Marx, y debatir considerando los nuevos textos y conocimientos, si es que queremos emprender algo con Marx también en el siglo XXI. [traducción del alemán de Virginia Castro]










http://revistaanfibia.com






miércoles, 19 de diciembre de 2018

Argentinazo - 19 y 20 de diciembre de 2001 - "Memoria del Saqueo"













Videoclip basado en fragmentos de la película "Memoria del saqueo", dirigida por Fernando "Pino" Solanas, a quién agradecemos la gentileza de permitirnos usar las imágenes.




38 MÁRTIRES DEL ARGENTINAZO: Acosta, Graciela, 35 años. Almirón, Carlos "Petete", 24 años. Álvarez Villalba, Ricardo, 23 años. Arapi, Ramón Alberto, 22 años. Aredes, Rubén, 24 años. Avaca, Elvira, 46 años. Ávila, Diego, 24 años. Benedetto, Gustavo Ariel, 30 años. Campos, Walter, 17 años. Cárdenas, Jorge, 52 años. Delgado, Juan, 28 años. Enríquez, Víctor Ariel, 21 años. Fernández, Luis Alberto, 27 años. Ferreira, Sergio Miguel, 20 años. Flores, Julio Hernán, 15 años. García, Yanina, 18 años. Gramajo, Roberto Agustín, 19 años. Guías, Pablo Marcelo, 23 años. Iturain, Romina, 15 años. Lamagna, Diego, 26 años. Legembre, Cristian, 20 años. Lepratti, Claudio "Pocho", 35 años. Márquez, Alberto, 57 años. Moreno, David Ernesto, 13 años. Pacini, Miguel, 15 años. Paniagua, Rosa Eloísa, 13 años. Pedernera, Sergio, 16 años. Pereyra, Rubén, 20 años. Ramírez, Damián Vicente, 14 años. Ríos, Sandra. Riva, Gastón Marcelo, 30 años. Rodríguez, José Daniel. Rosales, Mariela, 28 años. Salas, Ariel Maximiliano, 30 años. Spinelli, Carlos Manuel, 25 años. Torres, Juan Alberto, 21 años. Vega, José, 19 años. Villalba, Ricardo, 16 años.





19 Y 20 DE DICIEMBRE DE 2001: RENUNCIA DE LA RUA Y ESTALLIDO SOCIAL / 17 años


MEMORIA Y JUSTICIA!!



Resultado de imagen para 19 y 20 martires de la rebelion de 2001







19 y 20 de Diciembre de 2001: renuncia De la Rúa y estallido social




En medio de una crisis social, económica e institucional sin precedentes, el presidente Fernando de la Rúa presentó su renuncia. El día anterior había decretado el estado de sitio, lo que originó una represión que dejó más de 30 muertos.



Ante la acefalia provocada por la renuncia de Fernando De la Rúa, el presidente provisional del Senado, Ramón Puerta, asumió interinamente la Presidencia de la República. De acuerdo con la Ley de Acefalía 20972, dentro de las siguientes 48 horas Puerta convocó a la Asamblea Legislativa para designar quién desempeñaría la Presidencia hasta la elección de un nuevo presidente mediante el voto popular.

El 19 y 20 de diciembre de 2001 fueron parte de un proceso inolvidable para la República Argentina. Saqueos, cacerolazos, represión y el grito de “Que se vayan todos” resuenan en el aire cuando se conmemora una de las jornadas más trágicas de la historia de nuestro país. 

En los últimos años, pocas jornadas deben haber sido tan largas para los argentinos como las del esos días. Las noticias de saqueos a supermercados llegaban a través de imágenes que se transmitían por televisión y la crisis económica azotaba a las familias. Frente a la movilización popular, el presidente De la Rúa decretó el estado de sitio. Pero el pueblo no acató y esa misma noche salió con toda su desesperación a la calle.

La Plaza de Mayo se convirtió, en pocas horas, en el epicentro del reclamo, donde el “Que se vayan todos” resonó con fuerte indignación. Pero, como suele suceder, las fuerzas de seguridad no estuvieron a la altura y la represión no tardó en llegar. El resultado fueron 39 personas fallecidas por la policía –durante las dos jornadas– entre ellos, nueve menores.

El corralito financiero que impuso el por entonces ministro de economía, Domingo Cavallo, dejó en la lona a cientos de familias de clase media, que veían cómo sus ahorros se esfumaban y salieron a la calle a reclamar junto a los sectores populares. Así nacieron los “caceroleros”, mientras los saqueos continuaban produciéndose en distintos puntos del país. Muchos comerciantes, desesperados ante la pérdida de su mercadería, decidieron bajar las persianas. La imagen de un hombre con rasgos orientales llorando a la entrada de su comercio saqueado se multiplicó en las señales de televisión.

Las protestas se extendieron durante la madrugada del 20 de diciembre frente a la casa del Ministro de Economía Domingo Cavallo, que más tarde anunciaba su renuncia. A pesar del estado de sitio decretado por De la Rúa, las calles de Buenos Aires y de otras ciudades del país se llenaron de manifestantes. Había enfrentamientos en Córdoba, La Plata y la gente llegó a cortar el puente en Corrientes, mientras el conurbano era un nudo de tensión y las provincias ardían. 




http://www.unidiversidad.com.ar/19-y-20-de-diciembre-de-2001-renuncia-de-la-rua-y-estallido-social






LOS MÁRTIRES DEL 19 / 20 DE DICIEMBRE DE 2001 / 17 años


A 17 AÑOS




Resultado de imagen para 19 y 20 martires  de 2001 lista de muertos




Los mártires del 19 / 20 de diciembre de 2001




– ACOSTA, Graciela, 35 años. Militante de DDHH. Estaba con una amiga buscando a sus hijos. Se acercó a un supermercado frente al que unas mil personas reclamaban comida. Recibió dos impactos de bala, disparados rodilla en tierra por un policía al que su amiga vio perfectamente. Provincia: Santa Fe


– ALMIRÓN, Carlos “Petete”, 24 años Petete era militante de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) y de la Coord. de Desocupados 29 de Mayo. Recibió un disparo de la policía en el pecho en Av. 9 de Julio y Av. de Mayo cuando encabezaba una columna de manifestantes que intentaba volver a la Plaza de Mayo.

– ALVAREZ Villalba, Ricardo, 23 años Asesinado en Rosario, Santa Fe.

– ARAPI, Ramón Alberto, 22 años Estaba con amigos tomando tereré en el Barrio Nuevo de Corrientes. Entró al barrio una camioneta Ford F-100 bordó sin leyendas identificatorias y sin patente, con cinco hombres, cuatro con el uniforme de combate azul-celeste de la policía de Corrientes. Arapi trató de esconderse, pero dos de los policías lo corrieron y alcanzaron. Uno lo golpeó y le pegó un tiro que entró por el pecho y salió por la espalda.

– AREDES, Rubén, 24 años Fue asesinado por la Policía federal mientras participaba en un corte de calles en Ciudad Oculta, Ciudad de Buenos Aires. Recibió cuatro balas de plomo por la espalda.

– AVACA, Elvira, 46 años Recibió un escopetazo frente a un supermercado frente al que pasaba con su hija en Cipolletti, Río Negro. Recibió el disparo en la zona lumbar. El calibre de la bala es policial.

– AVILA, Diego, 24 años Asesinado en Villa Fiorito, Buenos Aires.

– BENEDETTO, Gustavo Ariel, 30 años Se encontraba en la esquina entre la Avenida de Mayo y Chacabuco, Ciudad de Bs. As., donde se estaba llevando a cabo una manifestación. Recibió un balazo en la cabeza que le provocó la muerte, disparado desde el interior del Banco HSBC, donde prestaba servicios como custodio privado el ex militar Varando, represor de La Tablada.

– CAMPOS, Walter, 17 años Estaba esperando cajas de comida junto a cientos de personas frente a un supermercado en Rosario (Sta Fe), cuando un tirador de elite de las TOE (Tropas de Operaciones Especiales) le disparó a la cabeza.

– CÁRDENAS, Jorge, 52 años Fue herido la noche del 19 en las escalinatas del Congreso de la Nación, y falleció varios meses después.

– DELGADO, Juan, 28 años Estaba con otras personas reclamando alimentos frente a un supermercado en Rosario, Santa Fe. Llegó un camión que aparentaba traer comida. Cuando los manifestantes se agolparon alrededor, de atrás aparecieron seis móviles policiales que dispararon contra la gente. Delgado fue herido con balas de goma cuando huía de la represión. Un policía lo tumbó de un cachiporrazo en las piernas, lo apuntó con su itaka, pero se había quedado sin carga, por lo que sacó la pistola y le disparó a menos de un metro de distancia.

– ENRIQUEZ, Víctor Ariel, 21 años Asesinado en Almirante Brown, Buenos Aires.

– FERNÁNDEZ, Luis Alberto, 27 años Vendía sandías frente a un supermercado en la provincia de Tucumán. Durante la represión a manifestantes, un gendarme le disparó a poca distancia en la cabeza. Murió dos días después.

– FERREIRA, Sergio Miguel, 20 años Baleado durante la pueblada del 19 y 20 de diciembre de 2001. Murió un año después a raíz de una complicación hepática desencadenada por el balazo en el hígado recibido cuando la policía cordobesa reprimió duramente un saqueo a un supermercado del barrio Villa El Libertador.

– FLORES, Julio Hernán, 15 años Asesinado en Merlo, Buenos Aires.

– GARCÍA, Yanina, 18 años Recibió un disparo en el abdomen cuando, desesperada por los ruidos de las balas, salió a la vereda a buscar a su pequeña hija. En Rosario, Santa Fe

– GRAMAJO, Roberto Agustín, 19 años Un grupo de jóvenes estaba siendo perseguido por la Policía, que les disparaba balas de goma, en Alte. Brown, Buenos Aires. A la corrida se tuvieron que sumar todos los que estaban en la calle, ya que la Policía disparaba a mansalva. Un vecino pudo observar que en una obra en construcción que está ubicada en diagonal a su ventana había dos policías escondidos en las columnas. Uno de los policías disparó con balas de goma para lograr la retirada de los jóvenes, mientras que el otro policía se quedó escondido en la tercera columna de la obra en construcción y sacó el arma reglamentaria y efectuó tres o cuatro disparos. Uno de los disparos atravesó la cabeza de Roberto, que iba de su casa a la de su tío.

– GUÍAS, Pablo Marcelo, 23 años Asesinado en San Francisco Solano, Buenos Aires

– ITURAIN, Romina, 15 años Asesinada durante la pueblada del 19 y 20 de diciembre, mientras estaba en su casa, adonde ingresó una bala policial disparada contra quienes protestaban frente a un supermercado en Paraná, Entre Ríos.

– LAMAGNA, Diego, 26 años Murió después de haber sido herido en el pecho con un perdigón de plomo. Según testigos, le dispararon policías de civil desde un auto particular en la Ciudad de Buenos Aires.

– LEGEMBRE, Cristian, 20 años Asesinado en Castelar, Buenos Aires

– LEPRATTI, Claudio “Pocho”, 35 años Militante comunitario. Estaba en la terraza de la escuela en la que colaboraba (era profesor de filosofía, y ayudaba como cocinero) cuando el móvil n° 2270 del Comando de Arroyo Seco se dirigía a reprimir un corte de calles de los vecinos del barrio. Los policías detuvieron el móvil y empezaron a disparar. Pocho gritaba que no lo hicieran porque había muchos chicos. Velásquez, el efectivo condenado a 14 años de prisión, dijo en la reconstrucción que disparó sin apuntar y que no sabía si tenía balas de goma o de plomo. El proyectil que lo mató ingresó por la garganta. Fue en Rosario, Santa Fe.

– MÁRQUEZ, Alberto, 57 años Durante la manifestación en la Ciudad de Buenos Aires, de una camioneta salieron civiles y uniformados que empezaron a disparar indiscriminadamente. Alberto Márquez recibió dos balazos en el tórax a consecuencia de los cuales murió. Uno de los autores es el comisario Oliverio, jefe de asuntos internos de la PFA, quien está detenido.

– MORENO, David Ernesto, 13 años Salió corriendo cuando la policía empezó a disparar contra los vecinos que se agolpaban frente a un supermercado en la provincia de Córdoba. La autopsia determinó que David fue herido con cinco proyectiles, algunos de goma y otros de plomo. De la nuca le extrajeron una posta de plomo que pertenecería a un cartucho disparado por una escopeta calibre 12/70 de la Policía. Los impactos en su cuerpo y en los de los otros heridos fueron por la espalda, por lo que se descarta que hayan sido lesionados por otras armas que las que disparaban los uniformados.

– PACINI, Miguel, 15 años Asesinado durante en la provincia de Sta Fe, recibió varios disparos en el cuello.

– PANIAGUA, Rosa Eloísa, 13 años Había ido con su familia a buscar comida en un supermercado en Paraná, Entre Ríos, porque el comisario del barrio había hecho correr la voz de que entregarían mercadería. Al llegar los esperaban policías y gendarmes. La bala entró por la parte superior de la cabeza y salió por la boca.

– PEDERNERA, Sergio, 16 años Baleado durante la pueblada del 19 y 20 de diciembre en la provincia de Córdoba. El menor se encontraba en la calle buscando comida para su familia en el marco de los reclamos masivos que se realizaron en supermercados, cuando recibió una bala policial en el tórax que le produjo una paraplejia. Un año después falleció en el hospital.

– PEREYRA, Rubén, 20 años Baleado por la policía cuando regresaba a su casilla llevando al hombro una caja con alimentos entregados en un supermercado. En Rosario, Sta Fe

– RAMÍREZ, Damián Vicente, 14 años Asesinado de un balazo en el cuello en la esquina de Maciel y Cristianía, Gregorio de Laferrere, Buenos Aires.

– RIOS, Sandra Asesinada durante la pueblada del 19 y 20 de diciembre. Sin datos.

– RIVA, Gastón Marcelo, 30 años Circulaba en moto por la Avenida de Mayo en la Ciudad de Buenos Aires, cuando recibió un disparo en el pecho proveniente de alguna de las armas de un grupo de cuatro policías que estaban disparando.

– RODRÍGUEZ, José Daniel Asesinado en Paraná, Entre Ríos.

– ROSALES, Mariela, 28 años Asesinada en Lomas de Zamora, Buenos Aires.

– SALAS, Ariel Maximiliano, 30 años Asesinado en la esquina de Maciel y Cristianía, Gregorio de Laferrere, Buenos Aires.

– SPINELLI, Carlos Manuel, 25 años Fusilado desde un Gol blanco durante la rebelión popular del 19 y 20 de diciembre. Sucedió en Pablo Nogués, Buenos Aires.

– TORRES, Juan Alberto, 21 años Sufrió una herida de arma de fuego en la zona abdominal. En Corrientes.

– VEGA, José, 19 años Asesinado en Moreno, Buenos Aires.

– VILLALBA, Ricardo, 16 años En Rosario, Sta Fe, recibió un tiro en un ojo cuando vecinos manifestaban pidiendo alimentos frente a un autoservicio. Murió el 23 de diciembre.





Fuente: Correpi

Fuente: http://www.lavaca.org/





martes, 11 de diciembre de 2018

DEL VOTO A LAS BOTAS Por Horacio Verbitsky









DEL VOTO A LAS BOTAS

Ya en 1944 Polanyi entendió la descomposición del liberalismo como el camino al fascismo




El camino que siguen Maurizio Macrì y Patricia Bullrich es menos líneal y estridente que el de Jair Bolsonaro. La retórica de derechos humanos que el Gran Maestro Claudio Avruj inculcó a Cambiemos es un reconocimiento de los límites que la sociedad argentina y sus luchas históricas le ponen al proyecto autoritario. La hipocresía característica del discurso de Macrì, quien se pretende transparente, honesto y sincero, es el tributo que el vicio rinde a la virtud. Pero aun así es el sendero que lleva del liberalismo al fascismo, según la lectura del historiador económico húngaro, Karl Polanyi, quien se radicó en Gran Bretaña huyendo del verdadero fascismo, que en su país fue de los más crueles. Militante de la izquierda cristiana, murió en 1964, antes de que Pinochet, Thatcher y Reagan encabezaran la contrarrevolución neoliberal, pero en su libro de 1944 La Gran Transformación postuló que los excesos del liberalismo desembocan en el fascismo. Lo sufrió en patria propia.
Su obra fue retomada por el antropólogo y geógrafo marxista inglés David Harvey, autor de A Brief History of Neoliberalism. Profesor en la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY), hace algunos años asistió a un seminario sobre la Argentina y pidió que le contaran quien era Hugo Moyano, que en esos días capitaneaba un paro general.
Harvey ubica los orígenes de clase del neoliberalismo en la década de 1970, cuando los grandes capitalistas estaban en dificultades por la organización obrera que desde 1945 había logrado la mayor participación en el ingreso nacional de la historia y amplios beneficios sociales (Federico Vocos cuenta en su nota sobre los gerentes de Ford cómo se dio ese fenómeno en la Argentina). En una entrevista con el ganador del Premio Pulitzer Chris Hedges, Harvey sostiene que el orden social implantado en las dos décadas siguientes para contrarrestar ese avance popular se basó en las ideas de libertad de mercado, privatización y emprendedurismo.
La idea de que el mundo sería rico y feliz si se levantaran las regulaciones estatales, se redujeran los impuestos a los ricos, se liberara el flujo de capitales, se destruyeran los sindicatos y se firmaran tratados de libre comercio que terminarían exportando empleos a China es una estafa, dice. Pero como proyecto político fue exitoso, porque presentó la libertad de mercado como si fuera la libertad individual de elegir  que reclamaba la generación contestataria del Mayo Francés de 1968 (o del Cordobazo argentino de 1969). “¿Quieren libertad? Les daremos libertad de mercado. ¿Quieren justicia social? Olvídenlo. No se organicen”.
Su triunfo como ideología consistió en expulsar a los críticos keynesianos de la academia, las principales instituciones estatales, medios de comunicación y organizaciones financieras como el FMI y el Banco Mundial y substituirlos por intelectuales como Milton Friedman, que recibió abundante financiamiento corporativo en la Universidad de Chicago. Desde allí difundió teorías económicas desacreditadas que popularizaron Friedrich Hayek y la “escritora de tercera categoría Ayn Rand”.


Ayn Rand, el manantial en el que abrevan algunos animales políticos


Esta novelista rusa afincada en Estados Unidos que Harvey califica con tanto desdén es la lectura preferida que declara Macrì, cuyo primer regalo para su actual pareja fue la ficción política de Rand El Manantial.


El romántico regalo


Tratar como iguales a los desiguales

Así se intentó desmantelar las instituciones colectivas de la clase trabajadora, sus sindicatos y partidos. El mayor atractivo de la libertad de mercado es que parece ser igualitaria, pero no hay nada menos equitativo que “tratar como iguales a quienes son desiguales. Si sos muy rico, significa que podrás ser más rico y si sos muy pobre, es probable que llegues a ser más pobre. Marx mostró en forma brillante en el primer tomo de El Capital que la libertad de mercado produce mayores niveles de desigualdad social”, añade Harvey. Y Hedges acota que como doctrina económica el neoliberalismo fue siempre un disparate. Su validez no supera la de pasadas ideologías dominantes, como el derecho divino de los reyes y la creencia fascista en la raza superior. Ninguna de sus promesas fue ni remotamente posible. Concentrar la riqueza en manos de una elite oligárquica global (ocho familias poseen tanta riqueza como la mitad de la población mundial), al mismo tiempo que se desmantelan los controles y regulaciones estatales, siempre crea masiva desigualdad de ingresos y poder monopólico, alimenta el extremismo político y destruye la democracia.

Acumulación por desposesión

El neoliberalismo genera poca riqueza. Más bien, la redistribuye hacia arriba, en un proceso que Harvey llama de “acumulación por desposesión”, que va en compañía de la financierización de la economía. Uno de sus métodos es la creación de nuevos mercados de commodities. “Áreas como los servicios de salud, la educación superior, vivienda para la población de menores ingresos, que eran vistas como una obligación social, se convierten en commodities, de modo que se impone una lógica de mercado en áreas que no deberían estar abiertas al mercado”, dice. “El agua en Gran Bretaña era provista como un servicio público. Luego fue privatizada y hubo que pagar por ella. También privatizaron el transporte y los ferrocarriles”. Pero ahora la mayoría de la población ve que la privatización fue insana y tuvo consecuencias demenciales. Por eso el Partido Laborista anuncia que devolverá todos esos servicios al dominio público, porque así no funcionan, agrega.
En su libro, Harvey afirma que la desregulación permitió al sistema financiero convertirse en uno de los principales instrumentos redistributivos, “por medio de la especulación, la actividad predatoria, el fraude y el robo”. La colocación de acciones, los esquemas Ponzi (como el de Bernard Madoff), la destrucción estructurada de activos por medio de la inflación; el despojo de activos a través de fusiones y adquisiciones, la promoción de niveles de deuda que aún en los países capitalistas avanzados reduce a la servidumbre a poblaciones enteras. Por no hablar del fraude empresarial, de la desposesión de bienes, del arrasamiento del sistema previsional y los colapsos de empresas por manipulaciones de acciones y créditos. Tods ess se constituyen en rasgos centrales del sistema financiero capitalista”.
Con ese tremendo poder financiero el neoliberalismo puede engendrar crisis económicas para deprimir el valor de los bienes que le interesa capturar. Harvey menciona los casos del sudeste asiático en 1997 y 1998, que resultarán familiares a los argentinos de dos décadas más tarde. “De repente la liquidez se secó y los grandes bancos dejaron de prestar dinero. Luego de un gran flujo de capital extranjero hacia Indonesia, cerraron el grifo y el capital extranjero huyó. Una vez que todas las firmas quebraran, podrían ser adquiridas y puestas en funcionamiento. Lo mismo vimos en Estados Unidos durante la crisis de la vivienda. El remate de casas por imposibilidad de pagar permitió que los grandes inversores las compraran muy baratas. Blackstone compró 200.000 propiedades y se convirtió en el principal propietario de los Estados Unidos, a la espera de que el mercado se recupere, para revenderlas con enormes ganancias. Todos los demás perdieron en esta masiva transferencia de riqueza”.

Libertad individual y justicia social

Harvey advierte que la libertad individual y la justicia social no son necesariamente compatibles y lo desarrolla a partir de los dos tipos de libertades enunciadas por Polanyi. Una mala, la libertad de explotar a los demás para obtener enormes beneficios sin preocuparse por el bien común, incluyendo al ecosistema y a las instituciones democráticas. Mediante esas malas libertades las empresas monopolizan avances científicos y tecnológicos en su beneficio aun cuando, como en el caso de la industria farmacéutica, ese monopolio implique poner en peligro la vida de quienes no pueden pagar precios exorbitantes. La primacía de estas malas libertades asfixia o suprime las buenas: libertad de conciencia, de expresión, de reunión, de asociación, de elegir el propio trabajo.



Karl Polanyi lo padeció en patria propia.


Escribe Polanyi: “La planificación y el control son atacados como opuestos a la libertad. Se exaltan la libertad de empresa y la propiedad privada como esenciales para la libertad. La libertad que crea la regulación es denunciada como falta de libertad; la justicia, la libertad y el bienestar que producen son execrados como camuflaje de la esclavitud”. De este modo la idea de la libertad degenera en una mera defensa de la libertad de empresa, “que implica la plena libertad para aquellos cuyos ingresos, ocio y seguridad están asegurados, y migajas de libertad para quienes en vano intentan usar sus derechos democráticos para defenderse del poder de los dueños de la propiedad”. (Te hicieron creer que podías irte de vacaciones.)
Para Polanyi “no es posible una sociedad en la cual estén ausentes el poder y la coacción, ni un mundo en el que no tenga una función la fuerza”. Harvey lleva esta reflexión de Polanyi a su corolario: “Esta utopía liberal sólo puede sostenerse por la fuerza, la violencia y el autoritarismo. En opinión de Polanyi, el utopismo liberal o neoliberal está condenado a que lo frustre el autoritarismo o incluso el liso y llano fascismo. Las buenas libertades perecen, las malas quedan a cargo”.


David Harvey, la fábrica de la desigualdad


Cuando la estafa del neoliberalismo llega a ser comprendida por todo el espectro político y es cada vez más difícil ocultar su naturaleza predatoria, incluyendo sus demandas de enormes subsidios públicos (Amazon en Estados Unidos, las grandes petroleras y eléctricas en la Argentina), las élites gobernantes se alían con demagogos de derecha que usan las tácticas más crudas del racismo, la islamofobia (o el desprecio y la persecución a los pueblos originarios), fanatismo y misoginia, para alejar de las élites gobernantes la frustración y la furia crecientes del público, y reconducirlos hacia los vulnerables. Esos demagogos aceleran el saqueo que realizan las élites gobernantes y al mismo tiempo prometen proteger a ls trabajadores. Hedges pone como ejemplo el gobierno de Donald Trump en Estados Unidos, que derogó numerosas regulaciones, de las emisiones de gases que producen el efecto invernadero a la neutralidad de internet, y eliminó impuestos a las personas y las empresas más ricas, sacrificando en la próxima década ingresos estatales por 1,5 billones de dólares (trillions, en inglés) mientras practica un lenguaje y formas de control autoritarios. La similitud con Macrì alcanza hasta los detalles extravagantes, como la incontinencia verbal. El Presidente argentino desencadenó la última corrida al anunciar el acuerdo con el FMI que recién comenzaba a negociar. Trump consiguió un brusco alza del mercado de valores al afirmar que había llegado en Buenos Aires a un acuerdo con Xi Jiping. Cuando al día siguiente se supo que no era cierto, el mercado se desplomó. La diferencia es que aquí hay quienes pugnan para que no se le suelte la lengua (por eso el Hada Buena y Rodríguez Larreta han hecho una tregua con Marcos Peña Braun, que es el único que lo apacigua en sus raptos de furia) y en Estados Unidos ya ni lo intentan.
El neoliberalismo transforma la libertad para la mayoría en libertad para pocos. Su resultado lógico es el neofascismo, que suprime las libertades civiles en nombre de la seguridad nacional y estigmatiza como traidores y enemigos del pueblo a grupos enteros de personas que se oponen. Este es el instrumento utilizado por las élites dominantes para mantener el control, dividir y destruir a la sociedad y así profundizar el saqueo y la desigualdad social. La ideología gobernante, que ha perdido credibilidad, concluye Chris Hedges, es reemplazada por la dominación autoritaria (que en inglés se dice con la misma palabra que borceguí: jackboot).


Una palabra que lo dice todo



https://www.elcohetealaluna.com