32 años...
"Claro, él era mi hijo. Pero creo que para él eran todos mis hijos".
"Todos eran mis hijos, Arthur Miller, p.170, p.79
Fuego en el cielo, todos eran mis hijos, todos eran mis hermanos,
fuego en el cielo, todos eran mis hijos, todos eran mis hermanos...
Enviados como corderos al matadero,
todos eran mis hijos, todos eran mis hermanos,
entre cobardes con cien galones y "generales" desde el balcón,
soledades en la Soledad, vista adelante, vayan al frente,
ellos cubiertos, marchando atrás...
Nieve en la noche, sangre hecha hielo,
se deshelaron todos los brazos, cañones blancos vomitan hielo,
caen los hombres, caen los chicos, ojos abiertos,
cuerpos flotando, armas en mano, 18 años...
La Vida y más...
La Vida y más...
Los genocidas no pierden mañas ni cambian pelo,
todos eran mis hijos, todos eran mis hermanos,
hambre y tortura, cuerpos y estacas,
la tempestad de la Negra Noche,
la tempestad de la Negra Noche,
sigue en los chicos, sigue en Malvinas...
Gloria de héroes que se agiganta, pasos de marcha,
pasos hundidos en barro rojo, barro y fusiles ensangrentados,
y una mirada que no se va...
pasos hundidos en barro rojo, barro y fusiles ensangrentados,
y una mirada que no se va...
todos eran mis hijos, todos eran mis hermanos,
no más desfiles, no más palabras, no más mentiras, no más , no más!!
Cementerio de Darwin, gélidos vientos braman al pasar,
nada se mueve, nadie hace nada, rosarios mudos frente a la mar,
tierra de cruces aun confinada, hileras blancas,
soles sin soles en las mañanas de Soledad,
padres y hermanos: llanto en la piedra que se humedece con la verdad...
Cementerio de Darwin, gélidos vientos braman al pasar,
nada se mueve, nadie hace nada, rosarios mudos frente a la mar,
tierra de cruces aun confinada, hileras blancas,
soles sin soles en las mañanas de Soledad,
padres y hermanos: llanto en la piedra que se humedece con la verdad...
Tumbas allende en ultramar, lapidas blancas,
piedras y cruces que hablan y claman, cuerpos en tierra en la Soledad,
piedras y cruces que hablan y claman, cuerpos en tierra en la Soledad,
todos eran mis hijos, todos eran mis hermanos,
sobre aquel cementerio de vidas truncas,
vive la patria en su oquedad,
vive la patria en su oquedad,
solo los albatros ondulan la tarde,
sobrevuelan vanos la yerma agonía,
confines de voces, frontera de llantos,
sendas de verdad...
Sus risas perdidas, sus ojos brillantes, sus sueños inmensos,
esos que no están...
Todos eran mis hijos, todos eran mis hermanos,
todos los caídos, los chicos, los héroes,
todos son mi sangre, mi alma, mis huesos,
son todos mi cielo,
mi cielo infinito,
mi perpetuo cielo en este universo,
en esta llanura plena de orfandad.
sobrevuelan vanos la yerma agonía,
confines de voces, frontera de llantos,
sendas de verdad...
Sus risas perdidas, sus ojos brillantes, sus sueños inmensos,
esos que no están...
Todos eran mis hijos, todos eran mis hermanos,
todos los caídos, los chicos, los héroes,
todos son mi sangre, mi alma, mis huesos,
son todos mi cielo,
mi cielo infinito,
mi perpetuo cielo en este universo,
en esta llanura plena de orfandad.
Raúl Olivares.-
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