jueves, 25 de junio de 2015

KOSTEKI-SANTILLAN: A DOCE AÑOS DE LA MASACRE QUE CAMBIÓ AL PAÍS Por Martín Bielski


Kosteki-Santillán: a doce años de la masacre que cambió al país


Kosteki-Santillán: a doce* años de la masacre que cambió al país

Hoy se conmemora un nuevo aniversario del asesinato de los militantes Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. Los recordarán hoy en el Puente Pueyrredón, donde los familiares reclamarán cárcel a los responsables políticos. Nota de El Argentino Sur.



Por Martín Bielski




Santillán-Kosteki. “Masacre de Avellaneda”. Palabras que, desde hace exactamente doce años*, adquirieron entidad propia. Al cumplirse un nuevo aniversario los gritos resuenan una y otra vez como cada 26 de junio. La imagen es la misma: Darío levanta la mano y grita, suplica: “Paren, lo van a matar”. Al lado de él está Maxi. Tirado en el piso, golpeado, ensangrentado y abandonado; agonizando. Las palabras de desesperación no alcanzan para frenar a la policía y que su vida tuviera el mismo final. Esta escena forma parte del paisaje natural que reviste la ex estación de tren de Avellaneda, que desde diciembre del año pasado se llama así, como están ellos en la memoria popular: “Darío y Maxi”. Otras ilustraciones decoran la escena y complementan, pero hay una que es la principal: “No están solos”.

El 26 de junio de 2002, el gobierno del entonces presidente, Eduardo Duhalde, ordenó evitar que organizaciones sociales cortaran el Puente Pueyrredón, que separa la Ciudad de Buenos Aires de la provincia. Como consecuencia, se desató una cruda represión a cargo de la Policía Bonaerense en la que murieron los jóvenes militantes sociales Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, y otros tantos resultaron heridos. Pertenecían al Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) de Guernica y de Lanús, respectivamente, nucleados en la Coordinadora de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón.

Por los crímenes ocurridos, el Tribunal Oral 7 de Lomas de Zamora condenó a siete policías: el comisario inspector, Alfredo Fanchiotti y el cabo Alejandro Acosta, a cadena perpetua; Félix Vega, Carlos Quevedo y Mario De la Fuente, a cuatro años de prisión por encubrimiento agravado, uno de ellos de cumplimiento efectivo; el ex policía Gastón Sierra, a tres años por ese mismo delito, al igual que el también ex policía Lorenzo Colman a dos años de prisión. Pero los familiares reclaman que se avance sobre las responsabilidades políticas, sobre el ex presidente y sobre su secretario de Seguridad, Juan José Álvarez. En este sentido, Leonardo, militante del Frente Popular Darío Santillán, expresó a Télam: “Hace tiempo que reclamamos que el juez Lijo active la causa y no hace nada. En un nuevo aniversario de la masacre del Puente Pueyrredón, las heridas están abiertas y queremos que la investigación se active”.

Lo que sucedió el 26 de junio fue la consecuencia inmediata de la crisis de 2001, desencadenada por las políticas económicas neoliberales de más de una década. Convertibilidad, privatizaciones de las empresas estatales, desrregulación de la economía, corridas bancarias y fugas de capitales fueron algunas de las causas que generaron un estado débil de derecho, que la pobreza trepara al 53 por ciento, con un nivel de indigencia del 24 por ciento y que la desocupación alcanzara la cifra récord de toda la historia argentina: 21,5 por ciento.

El 19 y 20 de diciembre de 2001 la gente se manifestó en las calles y la debilidad institucional del entonces presidente, Fernando De La Rúa, era cada vez mayor. Violentos episodios callejeros que dejaron 39 muertos, estado de sitio y la peor crisis económica y social de la historia reciente del país. De la Rúa, quien huyó en helicóptero, declaró: “Renuncié porque la realidad me superaba”.

Luego, cinco presidentes en apenas dos semanas. Primero, Ramón Puerta, senador por Misiones, quien convocó a una Asamblea Legislativa para elegir al sucesor. El misionero fue presidente por tres días. Inmediatamente asumió Adolfo Rodríguez Saá -y su recordado discurso del no pago de la deuda-, luego el entonces duhaldista, Eduardo Camaño, que armó un gabinete para unas horas y pasó la noche de Año Nuevo en la Rosada. El 1 de enero, la Asamblea Legislativa eligió como presidente a Eduardo Duhalde.

La devaluación del peso en enero de 2002 logró que la brecha social aumentara. Marchas, cacerolazos, protestas y cortes de rutas eran moneda corriente. En este contexto, la “Masacre del Puente Pueyrredón” el 26 de junio de 2002 tuvo también su consecuencia política. Eduardo Duhalde, jaqueado, decidió adelantar las elecciones presidenciales que le abrieron las puertas a un hombre de Santa Cruz algo desconocido para el público en general: Néstor Kirchner.

A 12 años* del asesinato de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki los familiares continúan con la lucha y no bajan las banderas del reclamo. El hermano de Darío se refirió a Eduardo Duhalde: “Ya está condenado por la sociedad. Perdió mucho poder, pero ahora opera en la sombra con (Sergio) Massa con la idea de volver a los primeros planos de la política”.





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* El articulo fue escrito en 2014.-


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