lunes, 29 de octubre de 2018

LAS TRES HERENCIAS QUE EXPLICAN EL FENÓMENO BOLSONARO Por Raúl Zibechi


artículo destacado.-




bolsonaro-colonialismo-herencia4




Las tres herencias que explican el fenómeno Bolsonaro



¿Cómo llegó la mayoría de los votantes a tener la percepción de que los negros, los pobres y los que practican sexualidades diferentes son los verdaderos culpables del desastre brasileño?



Por Raúl Zibechi para El Salto

En la conformación del “bolsonarismo”, esa oleada ultra y conservadora que está aupando a un excapitán a la presidencia, pueden distinguirse causas coyunturales como la crisis económica y social, la tremenda sensación de inseguridad —en gran medida real— y las desviaciones del PT en el poder. Una población empobrecida, unas clases medias presas del miedo y la rampante corrupción de la izquierda en el Gobierno alfombraron el tsunami derechista.
No hubiera sido posible que creciera de forma exponencial si no existieran tradiciones que avalan la percepción de que los negros, los pobres y los que practican sexualidades diferentes son los verdaderos culpables del desastre brasileño. Propongo repasar algunas de esas tradiciones porque están muy presentes en la coyuntura actual: la esclavitud o un colonialismo nunca superado, el coronelismo como forma de control social en los pequeños pueblos y la continuidad de una dictadura que proyecta su sombra sobre la sociedad.
bolsonaro-colonialismo-herencia




(Imagen: Midia Ninja)


La herencia de la esclavitud

Formalmente, la esclavitud fue abolida el 1888 con la Ley Áurea, decretada por la princesa Isabel, entonces regente del Imperio en nombre de su padre el emperador Don Pedro II. Brasil consiguió la independencia de Portugal en 1822, pero el entonces príncipe regente fue proclamado emperador de un Imperio que se extiende hasta 1889 cuando un golpe militar instala la República Vieja. La abolición formal de la esclavitud se produce en plena crisis del Imperio, pero el trabajo obligatorio y el tráfico de personas continuaron durante décadas, incluso hasta la actualidad.
En contraste, en Uruguay la esclavitud fue abolida en 1837 y en lo que luego sería Argentina se decretó la “libertad de vientres” en 1813, por la cual los hijos de esclavos eran libres. Fue posible porque en el Río de la Plata se trataba de una esclavitud doméstica, con escasa incidencia económica, frente a la esclavitud de las plantaciones de azúcar que fue clave en las economías de la colonia portuguesa y del Brasil independiente. La temida Policía Militar se generaliza en Brasil en 1889, meses después de la abolición de la esclavitud.

Esa herencia colonial permanece viva en Brasil. La esclavitud formal duró medio siglo más que en otros países latinoamericanos y se continúa con la permanente agresión que sufre el 53% de los brasileños negros y mestizos, que ocupan los escalones más bajos de la pirámide social y económica.


Esta semana donde se definía el futuro presidente, pude conversar largamente con personas y compañeras en las favelas de Maré, como Timbau y Alemão, donde casi toda la población es negra y pobre, predominan los jóvenes y muy pocas las que tienen acceso a la universidad.
Sus actitudes políticas son bien diferentes a los barrios de clase media donde se afinca la izquierda. No sienten miedo por Bolsonaro, quizá porque nunca conocieron relaciones verdaderamente democráticas con sus patronas en el empleo doméstico o con los capataces en las empresas constructoras. Sus problemas son otros. Se desplazan cinco y seis horas diarias en autobuses atestados en los que viajan siempre de pie. Llegan molidos a sus casas sin otro deseo que tomarse una cerveza y escuchar música. Una buena parte están politizados, pero de otro modo: no emiten discursos y sus energías las dedican a la supervivencia y, cuando pueden, a que sus hijos accedan a la universidad.
bolsonaro-colonialismo-herencia2



(Imagen: Midia Ninja)


La herencia del coronelismo

La segunda herencia es coronelismo. Se trata de una estructura de poder nacida en el ámbito municipal durante la República Vieja como forma de control del voto de la población, a través de la violencia o del intercambio de favores. El coronel de la Guardia Nacional era un título casi nobiliario, concedido por el poder central a los grandes terratenientes que financiaban campañas políticas para perpetuarse en el poder.
La cultura del coronelismo se expandió a todo el país y luego de 1930, cuando el golpe de Getúlio Vargas proclama la Primera República, se mantiene a través de un caudillismo que no apela a la violencia sino a los medios de comunicación para mantener la vigencia de la vetusta estructura de poder.
En el Brasil actual, luego de casi nueve décadas de república, el poder de las elites locales sigue intacto y se sigue renovando en cada consulta electoral. El partido que mejor representa esta tradición es el MDB (Movimiento Democrático de Brasileño) nacido bajo la dictadura. Es el partido del presidente Michel Temer, que cogobernó con el PT durante 13 años.Su principal objetivo es mantenerse en el poder y sus dirigentes tienen infinidad de acusaciones de corrupción.
Brasil: militares celebran triunfo de Bolsonaro


La herencia de la dictadura

La tercera herencia es la dictadura que se instaló en 1964 y finalizó recién en 1985. Brasil es el único caso en la región en el que no hubo un Nunca Más, ni juicios a los militares y civiles del régimen. Para buena parte de la población la dictadura fue un buen momento económico, representó el modernización de Brasil y el ascenso social de los más pobres que migraron en masa a las ciudades a trabajar en la industria.
La dictadura realizó importantes inversiones en obras de infraestructura y consiguió un crecimiento económico sostenido en la década de 1960. Durante la dictadura el país se expandió por la región, a caballo de las tesis geopolíticas brasileña del general Golbery do Couto e Silva que llevó al país a tener una presencia determinante entre sus vecinos y convertirse en la principal potencia regional.

Hay quienes sostienen, como el filósofo Vladimir Safatle, que la dictadura se acomodó a la democracia formal pero permaneció de modo subterráneo, ya que no hubo ruptura y se conservó tanto al personal militar que participó en torturas como a los partidos de la dictadura. Por eso cuando aparece una crisis tan potente como la actual, tanto económica como del sentido de país, el imaginario de 1964 reaparece como el horizonte deseable.


Tal vez el lulismo haya sido el último proyecto de país capaz de entusiasmar a buena parte de la población. Pero el derrape del PT en el lodazal de la corrupción, se ha llevado por delante cualquier alternativa. La derecha ultra tiene el campo despejado, aunque de seguro tropezará con sus propios exabruptos en un tiempo imprevisible pero no lejano. Cuando esta derecha fracase, la izquierda social deberá estar en condiciones de generar una cultura que supere las tres herencias (racismo, machismo y militarismo) que se anudan en el bolsonarismo.

* Por Raúl Zibechi para El Salto / Imagen de tapa: Leo Correa (AFP)


https://latinta.com.ar/

EL FACHO AL LADO Por Emiliano Guido


artículo destacado.-


“El neofascismo en un país periférico como Brasil no puede ser igual al fascismo de sociedades europeas de los años treinta. En primer lugar, porque no responde al peligro de la revolución. Responde a la experiencia de sectores de la clase media durante los catorce años de gobiernos de colaboración de clases del PT, y al estancamiento económico y regresión social de los últimos cuatro años, la mayor de la historia contemporánea. El antipetismo de los últimos cinco años es la forma brasileña de anti izquierda, anti-igualitarismo, o anticomunismo de los años treinta. No fue una apuesta del núcleo principal de la burguesía contra el peligro de una revolución en Brasil. Hasta hace pocas semanas la inmensa mayoría de la burguesía apoyaba a Alckmin. Bolsonaro es un caudillo. Su candidatura es la expresión de un movimiento de masas reaccionario de la clase media, apoyado por fracciones minoritarias de la burguesía, ante la regresión económica de los últimos cuatro años”, puntualiza Arcary.










El facho de al lado


Por Emiliano Guido 




Nace un nuevo Brasil. El próximo presidente, el ex militar Jair Bolsonaro, logró ganar los comicios blandiendo un programa extremo, ultraliberal en lo económico y segregacionista en lo cultural. ¿Hay margen para seguir profundizando el ajuste y en alineamiento con los EE.UU. tras la feroz reforma antilulista ejecutada por Michel Temer? ¿Desplazará Bolsonaro a Macri como el principal interlocutor de Trump en el Cono Sur? ¿Podrá el nuevo presidente implementar un modelo de censura y persecución aún no visto en el siglo XXI en América Latina? Opina Frei Betto: “Será un gobierno terrorista”.









El número, 55, resuena con fuerza. Jair Bolsonaro, un ex capitán del Ejército que venía orillando los margenes del sistema político representativo brasileño, será el 42 presidente de Brasil tras ganar en segunda vuelta al candidato del Partido de los Trabajadores Fernando Haddad con el 55% de los votos. Podrá aducirse, claro, que un quinto del padrón electoral del vecino país no se pronunció, ya sea faltando a la cita o votando de forma nula o blanca, en la segunda vuelta electoral. Pero, lo cierto, es que un dirigente proveniente de una fuerza política experimental, el Partido Social Liberal, y con un saco de ideas certeras en lo económico -más ajuste y alineamiento con los Estados Unidos al establecido por Michel Temer- y muy agresivas hacia el cuerpo social de Brasil que es minoritario en poder pero mayoritario en población. Es decir, enarbolando un discurso de odio y furia hacia los negros, las mujeres, el pueblo organizado, los homosexuales, los indios. Bolsonaro, su voz, fue durante mucho tiempo una referencia que causaba escalofríos y tensaba el cuerpo. Hoy, en unos meses, esa amenaza que fue rodeando al gobierno como una sombra, primero desde lejos, y después cada vez más cerca, será poder y gobierno. Tendrá bastón de mando.

Días atrás, el economista y politólogo argentino Eduardo Crespo, quien reside en Río de Janeiro, comentó en sus redes sociales el asombro que le causó un acto de apoyo a los candidatos locales del entrante oficialismo brasileño. Crespo subrayó el incendiario discurso de la gente de Bolsonaro contra “las mentiras de la red O Globo” y la particular arrogancia de la militancia del nuevo presidente de Brasil cuando grita a voz en cuello en la calle que ellos combatirán “a los poderosos del país”. “Hubiera jurado que era una manifestación de la izquierda”, concluyó Crespo en su breve pero interesante rescate de la contrariada y febril mística de la ascendente ultraderecha vecina.

El escritor y teólogo Frei Betto, fundador del Partido de los Trabajadores y coordinador del programa social Hambre Cero, que fue gestado durante el primer mandato de Lula, tiene una voz clara. Su dicción en castellano es bastante limpia. Comenta, al inicio del diálogo con Nuestras Voces, que acaba de terminar en la ciudad de Natal donde reside dos piezas editoriales: el libro “Por una educación crítica y participativa” y una cartilla de divulgación masiva sobre orientación sexual, contra la homofobia, y a favor de la diversidad de género.

Nuestras Voces pregunta a Frei Betto en cuánto podrá asemejarse la futura administración de Bolsonaro con el largo ciclo dictatorial brasileño. “Yo aventuro un gobierno terrorista. Un peligroso gobierno terrorista. ¿Por qué digo eso? Porque Bolsonaro podría legitimar, basado en su respaldo democrático, aunque sea de forma tácita, la cacería de brujas contra los líderes de los movimientos sociales. No perdamos de vista que Bolsonaro, como pilar de su política de seguridad, podrá regularizar a las milicias. Esos escuadrones paramilitares (sospechados de ser responsables del asesinato de la concejala del PSOL Marielle Franco), formadas por soldados retirados, hoy controlan el comercio en las zonas más pobres de las ciudades. Entonces, Bolsonaro va a dar carta blanca a esa gente. Y eso sí que es peligroso”, contesta el autor de Fidel y la religión.

Augusto Taglioni, quién cubrió las elecciones desde la ciudad de San Pablo para el interesante portal Resumen del Sur, habló con Nuestras Voces apenas oficializado el resultado del balotaje. Taglioni, columnista en la revista capitalina Kamchatka, comenzó describiendo a las dos directrices económicas que estarán en disputa durante el mandato de Bolsonaro: “Los mercados respiran tranquilos. Igual, el mercado como suele decirse, confía más en (Paulo) Guedes -formado en la ultraortodoxa Escuela de Chicago, una voz económica que encuentra en Argentina al mediático Javier Milei como representante- que en Bolsonaro. En cambio, si se impone cierta línea militar en el diseño económico -reacia, se supone, por ejemplo a la extranjerización total de la Amazonía-, la tensión interna aumentará”.

A su vez, Taglioni subraya que el Poder Judicial también, quizás en un mismo renglón de influencia que la familia militar, tendrá su lugar en la mecha chica del entrante gobierno de Bolsonaro. “La Justicia jugó fuerte en todo el último proceso electoral: por ejemplo, y eso se vio durante la etapa previa al balotaje, los jueces habilitaron allanamientos violentos a las universidades donde los estudiantes se congregaban para alertar sobre el riesgo democrático e institucional que implicaba la victoria de un candidato con pronunciadas declaraciones fascistas”.

A propósito, la sorprendente victoria de un dirigente arropado con valores xenófobos y en contra de las minorías sexuales ha puesto en el centro del debate el uso de un término, el fascismo, que en el conversatorio público estaba más emparentado con la chicana o la exageración para ridiculizar a un adversario. En ese sentido, el historiador y fundador de la central sindical brasileña CUT Valerio Arcany publicó en la revista Fórum una interesante disquisición sobre la etiqueta política mencionada y advirtió que, según su perspectiva, Bolsonaro es un dirigente neofascista. Suena parecido, pero es, sostiente Arcary en términos contextuales, muy diferente a lo que implicó el movimiento reaccionario europeo del siglo pasado.

“El neofascismo en un país periférico como Brasil no puede ser igual al fascismo de sociedades europeas de los años treinta. En primer lugar, porque no responde al peligro de la revolución. Responde a la experiencia de sectores de la clase media durante los catorce años de gobiernos de colaboración de clases del PT, y al estancamiento económico y regresión social de los últimos cuatro años, la mayor de la historia contemporánea. El antipetismo de los últimos cinco años es la forma brasileña de anti izquierda, anti-igualitarismo, o anticomunismo de los años treinta. No fue una apuesta del núcleo principal de la burguesía contra el peligro de una revolución en Brasil. Hasta hace pocas semanas la inmensa mayoría de la burguesía apoyaba a Alckmin. Bolsonaro es un caudillo. Su candidatura es la expresión de un movimiento de masas reaccionario de la clase media, apoyado por fracciones minoritarias de la burguesía, ante la regresión económica de los últimos cuatro años”, puntualiza Arcary.

Argentina y Brasil

El gobierno argentino, los arquitectos de su política exterior, festejan sin mucha algarabía el triunfo de Bolsonaro. Durante el interregno de Michel Temer, las cabezas decisorias de los pequeños nichos que conforman, tomando la metáfora cambiemita, el circulo rojo latinoamericano demoraron cualquier tipo de inversión, ya sea financiera -si el calculo estaba hecho por un fondo especulativo- o diplomática -en caso de que el análisis partiera de un canal institucional multilateral- a ver concretado el resultado de la elección presidencial de octubre.

Esa duda ya está despejada. Brasil, la primer potencia económica latinoamericana, será gobernada por un líder político peculiar: un dirigente que toma la narrativa aperturista y antiestatal de los CEO, en eso el Jefe de Estado argentino lo emparda, pero condimentado con la pimienta anticomunista del Comando Sur. Jair Bolsonaro no delega, como lo hace Macri con su ministra de Seguridad Patricia Bullrich, su adhesión plena a las tesis de cacería social que enarbola el principal enlace diplomático de Washington con el sistema interamericano. El profesor y experto en relaciones internacionales Juan Gabriel Tokatlian suela marcar esa salvedad, el mayor protagonismo del Comando Sur -parte del Pentágono- por sobre el Departamento de Estado en la ejecución de la hoja de ruta vincular entre EE.UU. y América Latina, para remarcar que la agenda de seguridad y defensa tiene mayor apetencia para Estados Unidos, por sobre el entendimiento comercial, como marco de diálogo con los países del sur.

Hasta el momento, es decir durante el lapso donde los primeros años de mandato de Mauricio Macri presidente coincidieron con la gestión post golpe parlamentario de Michel Temer, Buenos Aires fue una plaza mucho más atractiva que Brasilia para que los halcones del Comando Sur y la agencia anti-narcóticos DEA pautaran acuerdos de cooperación o establecieran directamente bases de operación. Ahora, con Bolsonaro en el poder, ¿Volverá Brasil a ser el país pivote con el que Estados Unidos delinea, marca y proyecta su ascendencia sobre la región?








Periodista especializado en política internacional. Forma parte del Programa de Integración Regional y Financiamiento para el Desarrollo en Fundación SES (Argentina). Ganador del Premio José Martí (2006) otorgado por la agencia Prensa Latina.






http://www.nuestrasvoces.com.ar



viernes, 26 de octubre de 2018

COMUNICADO DE LA ASAMBLEA DE PRENSA DE LA TELEVISIÓN PUBLICA Rechazo a la sesgada cobertura de la Gerencia de noticias sobre la represión en el Congreso



Comunicado de la Asamblea de Prensa de la TV Pública











Piedras en el camino a la realidad


La Asamblea de Trabajadores del noticiero de la Televisión Pública expresa su rechazo a la sesgada cobertura que realizó la gerencia de noticias en la emisión central sobre la represión que tuvo lugar afuera del Congreso durante la discusión por el Presupuesto.

Mientras los trabajadores de prensa informaban sobre los incidentes, que incluyeron agresiones de policías a periodistas de nuestro noticiero y detenciones de compañeros de Télam y La Garganta Poderosa y de manifestantes, el relato frente a cámara y los invitados al canal estigmatizaban la protesta social para justificar la represión e ignorar el contenido del debate en Diputados.

La mirada parcial de la gerencia no es casual. El noticiero de la Televisión Pública atraviesa horas cada vez más críticas. El vaciamiento que encaran los funcionarios del Gobierno enquistados en el canal se traduce en el cierre durante varias horas al día de áreas fundamentales para la elaboración de noticias. También, en la eliminación de coberturas sobre hechos que otros medios ignoran, silenciando una realidad que nos involucra a todos.

La defensa de una voz distinta, federal, que comprenda a todos los sectores y no se rija por los intereses de una empresa privada forma parte de la construcción de nuestra ciudadanía. 

Debido a la falta de interés de las autoridades de la Televisión Pública respecto de la cobertura de la sesión en Diputados, la detención y posterior liberación de periodistas y manifestantes y el partido que disputó Boca, el colectivo de trabajadores resolvió iniciar asambleas sorpresivas que se reflejó en la no salida de noticieros. 

Hacemos responsables de la situación de desidia a los funcionarios de la Televisión Pública.


Sin noticias, no hay periodismo.


Asamblea de Trabajadorxs de Prensa de la TV Pública- SiPreBA





http://trabajadoresdeprensacanal7.blogspot.com/






jueves, 25 de octubre de 2018

ESTA VEZ, ELLOS APRENDIERON Por Alejandra Dandan





Foto: Luis Angeletti





ESTA VEZ, ELLOS APRENDIERON

Dentro y fuera del Congreso, el gobierno dirigió la orquesta




¡Paren, compañeros, no corran!, gritó uno de los trabajadores de ATE. Eran las dos de la tarde. La caída de una de las vallas frente al Congreso disparó la cacería. Policías de la Ciudad de Buenos Aires montados en motos salieron desde la esquina de Solís e Hipólito Yrigoyen con una avanzada aterrorizante sobre avenida de Mayo. En paralelo salió un camión hidrante y corrieron policías de a pie disparando balas de goma, entre sirenas y gases lacrimógenos. El escenario que repetía la dinámica represiva de diciembre había logrado uno de sus objetivos. La desmovilización. Hubo grupos que buscaron en vano la 9 de Julio como retaguardia, con policías que corrían a los manifestantes ya descentrados hasta Constitución. Veintisiete detenidos, entre ellos cuatro integrantes de La Poderosa y un periodista de Télam. Y trece heridos, uno con traumatismo en el cráneo y otro en la cara. Hubo Madres de Plaza de Mayo con máscaras antigás. Manifestantes con agua y limón. Un grupo de diputados gaseados por la policía. Y fotógrafos moviéndose con las mismas máscaras.


Foto: Luis Angeletti


La movilización había comenzado el lunes a la noche con un acampe frente al Congreso, una acción para parar la ley de presupuesto negociada contrarreloj por el gobierno. Los gremios estaban convencidos que iba a haber represión. Habían evaluado como hipótesis de máxima resistir hasta las seis de la tarde frente ante el Congreso con la movilización en la calle, para repudiar una ley que subordina las cuentas del país al FMI. Pero también sabían que no querían repetir el escenario de diciembre. Si había represión, no iban a volver a la Plaza.
A la mañana circularon imágenes piedras y escombros en los alrededores del Congreso. Desde la Defensoría de la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, habían advertido de parte de esos materiales el día antes, solicitaron el retiro y constaron que habían sido retirados. Pero las imágenes que se viralizaron fueron uno de los datos del día, que provocaron denuncias de las organizaciones como una provocación: una vocación a pudrirla. “Hay un montón de piedras y cascotes, me llama la atención”, dijo temprano Daniel Menéndez, coordinador de Barrios de Pie.
Poco antes de las dos de la tarde la zona del Congreso estaba repleta. El Frente Milagro Sala había avanzado sobre Avenida de Mayo hasta San José, donde quedó detenida por las columnas. Por la 9 de Julio todavía se organizaban columnas para el ingreso como la CTERA. Alrededor del Congreso, en primera línea, estaban las organizaciones de izquierda: el MST y el PTS. PRESUPUESTO 2019, decía un enorme cartel. MILLONES PARA EL FMI. MISERIA PARA TRABAJADORES Y JUBILADOS. Alrededor flameaban banderas del Frente de Izquierda, alentadas con cantos de calle. Hubo un segundo cordón ahí mismo integrado por gruesas columnas de la CTEP, Barrios de Pie y la CCC. Atrás, sobre Avenida de Mayo hacia la 9 de Julio, avanzaron ATE y las organizaciones del Frente para la Victoria, La Cámpora, el Partido Solidario, la Túpac y la CTA. Hubo columnas del PO. Camperas del SMATA. Y dicen que el Frente Sindical para el Modelo Nacional de camioneros no estaba ahí porque avanzaba por avenida Entre Ríos.


Foto: Luis Angeletti


Abajo de la lluvia, unos pibes despegaron parte de un afiche de la pared para cubrirse. En las calles todavía se veían carteles de la movilización por Paz, Pan y Trabajo del sábado pasado a Luján.
—¿Hasta qué hora nos quedamos acá? —preguntó una de las mujeres de las organizaciones a otra compañera.
—Todavía no lo sabemos.
Diputados ya tenía quórum y había empezado la sesión. La idea todavía era aguantar hasta la caída de la tarde: mantener presión desde la calle.
“Yo vine temprano a laburar y ya había gente acampando, pero me llamó la atención que hubiese canto rodado con pintura en la plaza”, dijo un librero de Avenida de Mayo. El local nunca cierra las puertas salvo cuando la cosa se pone caliente como en diciembre pasado. A las dos de la tarde, todavía estaba abierto. El hombre repasaba días de lluvias y de marcha, entre la ley del aborto, la marcha de los estudiantes y la nueva movilización por el presupuesto. “Cuándo ves una marcha cada dos días, perdés la noción de cuál es cuál”.
Enseguida estalló un primer estruendo. Y las corridas. Y los gases. La desesperación de correr seguros de que no hay que correr. Y a ciegas. Se pudrió, y un poco fue como pasó en diciembre, dice Coco Garfagnini de la Túpac. Empiezan los disparos. Y nos replegamos en la 9 de Julio. Pero esta vez ellos aprendieron. No empezaron a la mañana temprano. En diciembre había habido una primera represión cuando todavía no habían llegado todos. Acá la hicieron a las dos de la tarde. Nosotros íbamos a manifestarnos masivamente a la Plaza del Congreso en función del tratamiento de la ley de presupuesto, íbamos a manifestarnos masivamente en contra, no a que se pudra.
Se pudrió.


Foto: Luis Angeletti


¡No paran de tirar bombas!, dijo una mujer, mientras alcanzaba una de las laterales.
¡Para mí son petardos!, dijo otra. 
¡Para mí son gases lacrimógenos!
Al costado alguien dijo: Paren compañeros, no corran. Y dos tipos apuraron el paso intentando no entrar en pánico: Todavía sueño —dijo uno— con darme la vuelta y encontrármelos de frente.
Para entonces se había desatado la cacería en el otro extremo de la Plaza. Un grupo arrojó piedras contra la policía encima del vallado. Y un vallado cayó. Sobre la 9 de Julio, las motos corrieron a los manifestantes.
¡Esto es lo que está pasando! ¡Esto está pasando justamente ahora! ¡Un atropello total al pueblo! —dijo alguien, con celular en la mano, que tomó las imágenes desde arriba de un colectivo. ¡Mentira que la gente fue violenta! Nada. Estaba desconcentrando pacíficamente, y esto es lo que hace la policía de Macri, de Larreta, de todos ellos. Y la cámara toma entonces la foto de Nacho Levy, de la Garganta Poderosa.
“Nacho Levy fue detenido junto a tres de nuestros compañeros en la esquina de Carlos Calvo y la 9 de Julio —pusieron en el Facebook—. A más de 15 cuadras del Congreso, durante la represión llevada a cabo durante el debate del presupuesto nacional 2019. También fueron arrestados: Gonzalo Matías Zamudio, Francisco Pandolfi y Lucas Manuel Zunino”.
Y a ellos les dijeron: “Si te movés una vez más, no la contás”.


Foto: Luis Iramain, de #LaGarcia Comunicación Popular


“Hubo una cacería indiscriminada contra compañeros —dijo Coco después—, sobre todo contra los que se salieron de las columnas, metieron balazos para dispersar lo más posible y detuvieron compañeros”.
Dos señoras decían que en el Congreso se estaban agarrando a trompadas limpias. Volaron sillas. Y están rompiendo todo. Luis Zamora se detuvo en una de las esquinas. Intentaba pensar el mapa que iba dejando la calle. Parte de los movimientos sociales movilizaron con niños. Eran parte de los que iban saliendo. Susi, nieta de un ferroviario desaparecido, se acercó a saludarlo. Quería saber qué pasaba con las corridas. Si la gente se iba, o estaba dispuesta a volver.
Y la calle todavía cantaba. 

A vos te queda poco Mauricio botón
Nos corrés con la yuta, 
Te tenés que ir.

Hubo un intento de parar en la 9 de Julio. Buscar un respiro. Y otra vez las corridas. El gremio de prensa, SIPREBA, iba sabiendo de la detención de los compañeros de prensa, una lista que sumó a Fabricio Bacca de Telam. Horacio Pietragalla, Myriam Bregman y el Cuervo Larroque hicieron dos intentos para salir del Congreso hacia la zona de persecución. Cuando lograron hacerlo, les tiraron aerosol en la cara.


Foto: Luis Angeletti


Yo no quiero hablar de infiltrados, dijo Coco. No sé si hubo infiltrados o no hubo. Acá lo que pasa es que los compañeros están muy enojados. La gente está muy enojada.
A las cuatro de la tarde, algunas organizaciones intentaron volver a la Plaza. La columna de ATE se reagrupó en el Obelisco. Y avanzó nuevamente sobre Avenida de Mayo. Atrás lo hicieron columnas de La Cámpora y el Partido Solidario.
Avenida de Mayo respiró así algo de recuperación.
¡Patria sí, colonia no!, se oía en la calle.
Y luego:
Unidad de los trabajadores.
Marta Herrera, 76 años, aplaudió la columna. Hacía equilibrio en la vereda. Laburé toda mi vida de todo lo que pude, dijo. Cocinera, empleada, taller de costura, pero ahora siento una tristeza terrible: este gobierno nos ha sacado las ganas de vivir. Sobre todo a los jubilados.
En la esquina de Avenida de Mayo y San José todavía avanzaban las columnas.
Adonde está

Que no se ve
la famosa CGT.

Gritaban los cantos.


Foto: Luis Angeletti


“Volvimos al Congreso para mostrar que no somos parte de una situación de la que se nos quiere culpar”, dijo el Tano Catalano. “Vinimos pacíficamente a apoyar a los diputados que están tratando de ver que este presupuesto no se lleve adelante. Queremos que la Argentina tenga un presupuesto, pero no en estas condiciones. Volvemos pacíficamente a plantearle a los diputados que esto es un error histórico. porque va a haber un traslado de la sociedad al pago del FMI. Hubo un desborde muy grande de parte del aparato represivo. Hay compañeros detenidos, hay compañeros lastimados, no sabemos cuántos todavía, estamos muy preocupados por eso, pero teníamos que venir al Congreso a recordarles a aquellos que están ahí que entiendan que este presupuesto no debe prosperar”.
Para entonces, un grupo de diputados volvía a la calle. Máximo Kirchner, Larroque, Pietragalla, Mayra Mendoza, Hugo Yasky y Walter Correa avanzaban con la gente en dirección al Congreso. Todavía nadie sabía si eso era el comienzo de una nueva estadía. Alguien dijo que se acercaba Camioneros.
Si tienen los números no les conviene salir a reprimir otra vez, dijo Pablo Scalora del Comité Milagro Sala. Si no no los tienen, tal vez sí.
Pero a esa altura, todo el mundo aseguraba que estaban los votos. Y el resultado.


Foto: Luis Angeletti


Poco después, todo el mundo desconcentraba. De eso hablaba una pareja en una esquina del Congreso. Él le hablaba al teléfono. Eran las seis. La calle todavía respiraba el aire de las corridas.
—La calle es un desierto —dijo él, Víctor Zawistowski, de un programa en Radio Universidad de Avellaneda. Tristeza y decepción, dijo su compañera, María Sasotta. Y luego miraron la las banderas en retirada. “Ni siquiera por aproximación vimos la cantidad de movilizados que esperábamos ante lo trascendente de esta ley”, dijo el hombre. “Esta ley de presupuesto es una bisagra, que acepta la colonización y la barbarie”.
Coco a las diez de la noche intentó pensar qué había pasado. “Me voy con un sabor amargo”, dijo. Dijo que estaba seguro que la movilización que se logró, en este contexto, fue masiva y muy importante. Pero se fue con sabor amargo porque es muy difícil frenar una ley con la policía reprimiendo y una banda de traidores en el Congreso. Tipos que asumieron una banca de diputados con un mandato popular producto de un proyecto político y se tiran a jugarte en contra en el Congreso. Eso es violento y perverso, eso es la corrupción, aclaró.


Luis Iramain, de #LaGarcia Comunicación Popular


  • Foto principal: Luis Angeletti


https://www.elcohetealaluna.com



miércoles, 24 de octubre de 2018

FEROZ REPRESIÓN Y DETENIDOS EN LA MANIFESTACIÓN POPULAR CONTRA EL PRESUPUESTO 2019 Por Santiago Asorey













Feroz represión y detenidos en la manifestación popular contra el presupuesto 2019




Efectivos policiales arremetieron violentamente contra las columnas de organizaciones sindicales y sociales que se expresaron contra el ajuste impulsado por el Gobierno. Fue detenido el referente de la Garganta Poderosa Nacho Levy junto a otros manifestantes.




Por Santiago Asorey



La multitudinaria manifestación popular de las organizaciones sindicales y los movimientos sociales en contra del presupuesto 2019 que el oficialismo busca aprobar en Diputados, terminó en una brutal represión. Efectivos de la Policía Federal avanzaron con camiones hidrantes, balas de goma y detuvieron a manifestantes de forma arbitraria. Según detalló la periodista Cynthia García en redes social hasta el momento son “28 detenidxs: entre ellxs, 4 militantes de @gargantapodero y un camarógrafo de Télam”. Entre los detenidos se encuentra el referente de la organización La Poderosa, Nacho Levy. También fueron detenidos trabajadores de Astilleros Río Santiago. Por el accionar policial resultó herido con gases el diputado nacional opositor y secretario general de la Cámpora, Andres "El Cuervo" Larroque.

La información fue confirmada por la misma organización que emitió un texto denunciando: “Nacho Levy fue detenido junto a tres de nuestros compañeros en la esquina de Carlos Calvo y la 9 de Julio, a más de 15 cuadras del Congreso, durante la represión llevada a cabo durante el debate del presupuesto nacional 2019. Tambien fueron arrestados: Gonzalo Matías Zamudio, Francisco Pandolfi y Lucas Manuel Zunino a quienes les dijeron: ´Si te movés una vez más no la contás´.” Además, La Garganta Poderosa denunció: "La Policía de la Ciudad le planta una barreta a uno de los compañeros de La Poderosa detenidos, y las cámaras reproducen la mentira." 

Desde SIPREBA emitieron una declaración y repudiaron “la represión a la protesta socia" y exigieron "a libertad de los compañeros trabajadores de prensa detenidos: Fabricio Bacca, de Agencia Télam, Francisco Pandolfi y Nacho Levy, de La Poderosa #NoAlPrespuesto”.

En esta misma línea se expresó el dirigente sindical de CTERA, Roberto Baradel, quien denunció: “Acaban de detener a Nacho Levy de la @gargantapodero y a Gustavo Muñoz, sec. Adjunto CTA Moreno. Basta de represión, de cacería y de persecución política. ¡Liberenlos ya!”.

Por su parte, en diálogo con AGENCIA PACO URONDO, el secretario generael de ATE CAPITAL, Daniel Catalano, sostuvo: "Tenemos que respaldar a todos y todas las diputadas que están dando una discusión para respaldar al pueblo argentino".










La Policía de la Ciudad le planta una barreta a uno de los compañeros de La Poderosa detenidos, y las cámaras reproducen la mentira.




http://www.agenciapacourondo.com.ar