"No somos antisistema, el sistema es anti-nosotros"
Una vez más, la
brutalidad como instrumento político, ha sido rigurosamente aplicada. No es un
hecho que sorprenda, viniendo de un gobierno como el de Macri, sí repugna por
las características de la represión, por dónde y a quiénes se reprimió. Las
razones (si se puede utilizar esta palabra), hay que buscarlas no sólo en la
institución policial que lleva el signo indistinto de los residuos de la
dictadura genocida, sino también y esencialmente en el modelo inherente al
macrismo como fuerza partidaria, expresión ideológica de una derecha
"democrática", ajustada de esta manera al sistema, solo en
apariencias. Pétrea en su concepción excluyente de los pauperizados, radical y virulentamente burguesa, por
ende definitivamente clasista neoliberal, con un trasfondo fascista inapelable
que la rige en todo; se desenvuelve entre nosotros, mimetizada como "razonable y
moderna" forma de gobierno. Cada estrategia, cada política de estado es
planificada desde esta perspectiva, asumiendo incluso, como modo de su accionar,
"la ausencia" activa, específica, deliberada y manifiesta del
gobierno en las zonas más álgidas del conflicto social, "dejando hacer" a sus
fuerzas de seguridad y metropolitana con una supuesta “autonomía” de acción. En
realidad, no existe tal grado de autodeterminación, sino todo lo contrario, la
planificación de una táctica delegada a burócratas represores, con órdenes
precisas de operar en uno o en otro sentido, con un patrón coercitivo-represivo para “limpiar” zonas y problemas, en un marco general, con un estilo concreto de comando premeditadamente apático, impregnado de un autoritarismo
pragmático y que sostiene sus operaciones, justificadas siempre en su lógica partidista-legal, las que no
resisten el menor análisis racional, y que por otra parte, tampoco le interesa si lo tiene. Es en
consecuencia, lo más parecido a un Estado de Policía, por decir lo menos...
Montado
en una estructura constitucional, legitimada por elecciones y con la vigencia
de un aparato propagandístico tan mediocre como eficaz, ha sabido permanecer en
el poder, no sin el apoyo de un vasto sector de la ciudadanía porteña que creyó
ver en él al líder más carnal a sus intereses subjetivos; ahora, ese liderazgo,
se ve críticamente amenazado por el más duro de los enemigos: la realidad. No
es que su gestión,como se suele decir, no halla protegido esos cálculos
de primer orden, sino que paradójicamente en la realización de esa
empresa gubernamental, no ha primado otro rédito que no sea el de sus mega-emprendimientos financieros e inmobiliarios, haciendo de todo un gran
negocio o mejor dicho, un gran negociado, pero sólo para él y los suyos... En este sentido, se vislumbra con
claridad meridiana, que lo que aconteció en el Borda, es exclusivamente, una cuestión
de prioridades en sus proyectos lucrativos irrenunciables, que tienen un alto
costo social pero que se asumen como si fuesen "pérdidas previstas en la
ganancias", “factores de riesgo” como en todo "desarrollo" capitalista.
Hace
mucho tiempo que se veía venir, que se anticipaba un desborde de salvajismo
macrista en ascenso, como el que vimos en el neuropsiquiátrico José T. Borda. Porque también es cierto,
que hace tiempo ese gobierno dio muestras claras de lo que es y de lo que está
dispuesto a hacer para demostrar su poder:
- En la toma del Parque Indoamericano, con la muerte de dos personas y muchos heridos producto de una feroz represión sin ningún tipo de miramientos e indiscriminada.
- En la defensa del Parque Centenario por integrantes de asambleas barriales, que igualmente fueron duramente desalojados, con atropellos de todo tipo en su avance y con un saldo, asimismo, de varios heridos.
- Recientemente, en la crisis de resistencia popular contra-cultural al macrismo de la Sala Alberdi del San Martín, donde "la Metro" hizo gala de un oficio que "la enaltece", disparando a mansalva con balas de goma, apaleando con saña a los manifestantes indistintamente, y además, con proyectiles de plomo (según el dictamen médico-jurídico efectuado a las víctimas que denunciaron estos hechos).
- Y como corolario, este delirio típico de aquellos repliegues del terrorismo de Estado de la dictadura del "Proceso", este imperdonable ataque frontal en el Borda, asimétrico porque revela la intervención del Estado con toda su parafernalia de poder, no solo en su capacidad de coacción, sino y principalmente, por su condición de instigación constante y antagonismo inmanente contra los sectores más débiles y desprotegidos de la sociedad. Esto resulta del paroxismo ideológico de una clase, de una estirpe, que solo sueña con un mundo que se tiene que hacer a su medida. Ese frenesí que se "pudo apreciar" y se tuvo que padecer en carne propia en los enardecidos efectivos con armas de última generación versus pacientes psiquiátricos, médico/as, enfermero/as, trabajadores, periodistas... Toda una muestra de autentico coraje...
Indefectiblemente, el lobo no puede abstraerse de su naturaleza y como lo ordena su gen debe atacar para mantener su especie... Entonces, no podemos hacer otra cosa que la que hicimos entre todos apenas se desató con crudeza esta innegable barbarie: enfrentarla con inteligencia, con entereza y unidad. La manifestación de prácticamente todos los sectores de la vida política y gremial, ha sido muy importante en este sentido. El pedido de juicio político al ministro de justicia y seguridad y al mismo Macri, es indispensable para poner un alto a este ascenso de salvajismo burgués, que cada vez se asemeja más a metodologías, que bien resume la sabiduría popular, cuando le cantan ..."vos sos la dictadura"!! No obstante, lo fundamental, como ha sucedido en este doloroso caso, es mantener nuestra capacidad de respuesta con conciencia, unidad y movilización. Estamos, confrontando con un antagónico proyecto neoliberal implacable, cuya dialéctica de gobierno es consecuente con "sus principios".
Finalmente, vi las imágenes de lo que quedó de ese día nefasto en el Borda, oí los testimonios de los profesionales médicos, de los pacientes, de la gente, estos nos invitan a reflexionar sobre nuestra esencia como seres humanos, como personas que somos ante los otros, especialmente aquellos que están más necesitados de nuestra atención y compromiso por ser diferentes, desprotegidos, por sufrir, por ser "los locos" naturalizados de esta realidad... "Espejos que deambulan", como diría aquella gran escritora y poeta, Marisa Wagner. De ella son estas hermosas y tremendas palabras que dan testimonio de lo que es un ser humano en ese estado, que "desde este aquí", decimos "intramuros"... A ellos, es a los que Macri ha decidido patear, aún caídos...
"Cuando se toca fondo / y se mastica el polvo, / te das cuenta, aprendés, /que aún no lo has perdido todo, / que hay más para perder, / que el fondo, en realidad, no tiene fondo, / que aún se puede descender / y descender / Se piensa que ya no se puede estar más solo / y sin embargo, sí se puede/ hay más soledad, te lo aseguro. / Pero un día / un día cualquiera, se te da por mirarte en el espejo / (no abundan los espejos en el manicomio, / por razones obvias, se me ha dicho). / No importa, el espejo del que hablo, está en otro lado, / adentro. / Y te das cuenta, por ejemplo, / que tenés dos piernas, / te las mirás, las sometés a prueba, / y te vas a dar una vuelta por el parque del hospicio. / Y te cruzás entonces, con otro espejo que deambula, / más valioso y fidedigno / ¡Y acaece la revelación! / ¡Qué voy a estar sola… sí somos mil setenta locos acá adentro! / Y cuando nos juntamos los espejos / uno le da coraje al otro y resistimos. / La subestimación. / La discriminación. / Los abandonos. / Pero bueno, estas ya no son cosas de locos".
Marisa Wagner.
Raúl Olivares.-
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