La llamada legislación de Indias tinte su origen en las primeras disposiciones que firmó la reina Isabel, con el objeto de limitar los abusos a que eran sometidos los naturales bajo el gobierno de Cristóbal Colón.
Estas tratan sobre los siguientes puntos:
- "Que los indios debían ser tratados como seres libres".
- "Qué debían ser instruidos en la fe católica”.
- "Que se podía mandar que trabajasen, pero que el trabajo sería de tal naturaleza que no impidiera la instrucción de la fe y fuera provechoso para los indios".
- "Que el trabajo pudiera ser sobrellevado por los indios dándoles tiempo para el descanso así en cada día como en todo el año".
- "Que tengan casa y hacienda propias y que se les dé tiempo para poderlas trabajar."
- "Que tengan comunicación con los pobladores para su más pronta instrucción"
- "Que se les diera salario conveniente por su trabajo".
q ORDENANZAS DE ALFARO
El consejo de Indias propuso al rey-el 10 de diciembre de 1597-nombrar fiscal de la Audiencia de Charcas al licenciado Francisco de Alfaro.
Producto de sus largos viajes surgieron las famosas Ordenanzas, que fueron publicadas el 7 de enero de 1612, en la ciudad de Santiago del Estero y que comprenden 120 capítulos.
Consideraban que el servicio personal de los indios " ha sido y es injusto contra todo derecho"
Prohibía la venta de indios en cualquiera de sus formas, y condenaba con seis años de trabajos forzados a todo español que contrariara esta disposición. Ordenaba la caducidad de las encomiendas hechas por los gobernadores, y disponía una serie de medidas tendientes a lograr un mayor bienestar para los naturales.
Las Ordenanzas de Alfaro fueron anuladas en forma paulatina por la crítica de los gobernadores y cabildos que se opusieron a su aplicación. A pesar de esto, figuran en la Recopilación de Leyes de Indias.-
J.C.Ibañez "Historia de las Instituciones políticas y sociales hasta 1810"
La esclavitud como herencia familiar.-
Consistía en "colocar a determinado número de indios libres bajo la autoridad de un español para que, a cambio de su prestación personal o de un tributo, les acostumbre a la civilización europea, les instruya y le haga posible la vida independiente" ( según los expresa la ley española). -
En los comienzos del sistema, la encomienda era vitalicia, es decir que una vez muerto el propietario, los indios pasaban a depender del rey, pero por Cédula el 25 de marzo de 1536, se otorgaron por dos vidas, o sea que se extendía hasta el sucesor establecido: el mayor de los hijos varones, o bien la hija y por último la mujer.
En segunda vida: se refiere a la situación de los afectados por encomiendas y que eran hijos varones, o hijas, y por último mujer. En este caso la explotación de los indígenas sé hacia extensible a la familia.
J.C. Ibañez "Historia de las Instituciones políticas y sociales hasta 1810"
Editorial Troquel.
Otro autor:
La encomienda
Desde 1536 los indios eran otorgados en encomienda, junto con su descendencia, por el término de dos vidas: la del encomendero y su heredero inmediato; desde 1629 el régimen se fue extendiendo, en la práctica. Se vendían las tierras con los indios adentro.
Eduardo Galano, "Las venas abiertas de América Latina"
La mita:
Mita, que en idioma quechua significa "turno"
Era un sistema de servicio personal, por el cual los indígenas eran empleados-especialmente en la explotación de las minas por turnos-, recibiendo por esto una remuneración.
Cuando los indios se repartían por semanas o por meses, eran considerados mitayos, palabra que deriva de mita, que en idioma quechua significa "turno".
Como vemos, el trabajo indígena fue evolucionando desde la esclavitud a la encomienda, hasta llegar al sistema de la Mita. La Mita o trabajo remunerado por turnos, no fue una institución implantada por los españoles, sino que existía ya en América.Los cronistas peruanos aportan valiosos informes al respecto cuando dicen que los incas "tenían puestos mitayos en los tambos de los caminos reales". La Mita se practicó especialmente en el Perú y en Nueva España, los repartimientos se iniciaron en época del virrey Toledo, quien en 1575 estableció la cantidad de poblaciones-cercanas a los yacimientos -cuyos indígenas, por turnos de cuatro meses, debían dedicarse al laboreo de las minas. Para reclutar los mitayos se publicaban avisos con dos meses de anticipación, en la Pcia.
Asignada- la notificación a fin de que los caciques reclutaran los indios en condiciones. Una vez formado el contingente, a las órdenes de un capitán de mitayos, los nativos se encaminaban en dirección al yacimiento, llevando también a algunos familiares y sus bagajes a lomo de llama.
Las horas de trabajo variaron según los virreyes, pues éstos eran los encargados de fijarlas, según lo establecía la Recopilación de Leyes de Indias (Ley 26, título XI, libro VI). Los derrumbes y emanaciones tóxicas provocaron muchos accidentes. El humo de azogue era extremadamente venenoso…
Además de las mitas mineras existieron las mitas de coca, las textiles, las de correo y las de chasquis.
El Yanaconazgo:
Los indios errantes que no tenían caciques que los gobernasen o bien los que eran considerados más reacios, se llamaban yanaconas, y eran empleados en labores agrícolo-ganaderas; su repartimiento figuraba como yanaconazgo.
J.C. Ibañez "Historia de las Instituciones políticas y sociales hasta 1810"
Editorial Troquel.
OTROS APORTES.-
…Pero demos ahora un paso más y preguntemos: ¿De dónde procedían las ingentes remesas de metálico que llovían en aquel tiempo sobre Francia e Inglaterra?
Las explicaciones anteriores contienen en cierto modo las respuestas: era la plata de las minas americanas y de oro de los ríos brasileños los que fecundaban la vida económica de Francia e Inglaterra.
En primer lugar, Holanda se encargaba de bombear los metales preciosos hispano-ingleses a sus mercados; de allí pasaban directamente (por medio de la emigración) o indirectamente (con el comercio) a Francia e Inglaterra. Pero estos pases lo absorbían también con su propio comercio: ya fuera por mediación de la metrópolis -Portugal y España- o a través del comercio particular con las colonias americanas.
Tal estado de cosas arrancaba del siglo XVI, pero no constituyó un sistema acabado hasta el XVII: fue entonces cuando Portugal y España se convirtieron en simple canales por los que fluía el oro y la plata de sus colonias.
Para terminar, reproduzco aquí las cifras de producción de metales preciosos correspondientes a nuestros siglos (según Soetbeer):
En primer lugar se trata de los tesoros argentíferos de Méjico, Perú y Bolivia. La explotación de las ricas minas de Guanajuato y Potosí, que data de la mitad del siglo XVI, tiene como consecuencia el aumento de la ya considerable producción de este metal: de 90.200 kilogramos producidos en 1521-1544, se pasa a 311.600 kilogramos entre los años 1545 y1560. Durante el siglo XVII la producción de plata se mantiene alrededor de 300.000-400.000 kilogramos .
El siglo XVII ve aparecer además de oro brasileño, cuyo descubrimiento cierra el período argénteo y da el paso al período áureo. A fines de siglo se descubren los yacimientos más ricos, las minas Geraes. En los años 1701-1720 se extrae en Brasil oro por valor de 150 millones de marcos.
° Ahora podemos comprender perfectamente los procesos que se desarrollaron dentro de la vida económica de Europa occidental en los años que van de 1680 a 1720.
Acabamos de poner al descubierto los hilos que unen al desarrollo del espíritu capitalista con los descubrimientos de mina de oro y plata.
"El Burgués", Contribución a la historia espiritual del hombre económico moderno", de Werner Sombart. Cap. "Las minas de oro y plata". Paginas: 327 y 328. Editorial Alianza.-
"La ficción de la legalidad amparaba al indio, la explotación de la realidad lo desangraba. De la esclavitud a la encomienda de servicios, y de ésta a la encomienda de tributos y al régimen de salarios, las variantes en la condición jurídica de la mano de obra indígena no alteraron más que superficialmente su situación real. La Corona consideraba tan necesaria la explotación inhumana de la fuerza de trabajo aborigen, que en 1601 Felipe III dictó reglas prohibiendo el trabajo forzoso en las minas y, simultáneamente, envió otras instrucciones secretas ordenando continuarlo "en caso de que aquella medida hiciese flaquear la producción"
En la Recopilación de Leyes de Indias no faltan decretos de aquella época estableciendo la igualdad de derechos de los indios y los españoles para explotar las minas y prohibiendo expresamente que se lesionaran los derechos de los nativos. La historia formal-letra muerta que en nuestros tiempos recoge la letra muerta de los tiempos pasados-no tendría de qué quejarse, pero mientras se debatía en legajos infinitos la legislación del trabajo indígena y estallaba en tinta el talento de los juristas españoles, en América la ley "se acataba pero no se cumplía"
LA "MITA" ERA UNA MAQUINA DE TRITURAR INDIOS.-
El empleo del mercurio para la extracción de la plata por amalgama envenena tanto o más que los gases tóxicos en el vientre de la tierra. Hacía caer el cabello y los dientes y provocaba temblores indominables. Los "azogados" (aquellos que habían sido perjudicados por el humo de azogue), se arrastraban pidiendo limosnas por las calles.
En tres centurias el cerro rico de Potosí (actual Bolivia) quemó según Josiah Conder, ocho millones de vidas. Los indígenas eran arrancados de las comunidades agrícolas y arriados, junto con sus mujeres y sus hijos, rumbo al cerro. De cada diez que marchaban hacía los altos páramos helados, siete no regresaban jamás. En las comunidades, los indígenas habían visto "volver muchas mujeres afligidas sin sus maridos y muchos hijos huérfanos sin sus padres" y sabían que en la mina esperaban "mil muertes y desastres". Los españoles batían cientos de millas a la redonda en busca de mano de obra. muchos indios morían por el camino, antes de llegar a Potosí. Pero eran las terribles condiciones de trabajo en la mina las que más gente mataban. El dominico Domingo de Santo Tomás denunciaba al Consejo de Indias, en 1550, a poco de nacida la mina, que Potosí era una "boca del infierno" que anualmente tragaba indios por millares y milllares y que los rapaces mineros trataban a los naturales "como a animales sin dueño". Los caciques de las comunidades tenían la obligación de reemplazar a los mitayos que iban muriendo con nuevos hombres de dieciocho años de edad.
El corral de repartimiento, donde se adjudicaban los indios a los dueños de las minas y los ingenios, una gigantesca cancha de paredes de piedra, sirve ahora para que los obreros jueguen al fútbol; la cárcel de los mitayos, un informe montón de ruinas, puede ser todavía contemplada a la entrada de Potosí.
Los mitayos hacían saltar el mineral a punta de barreta y luego lo subían cargándolo a la espalda, por escalas, a la luz de una vela. Fuera del socavón, movían los largos ejes de madera en los ingenios o fundían la plata a fuego, después de molerla y lavarla.
La mita era una máquina de triturar indios…
Eran numerosos los teólogos y pensadores que no habían quedado convencidos por la Bula del Papa Paulo III, emitida en 1537, que había declarado a los indios "verdaderos hombres". El padre Bartolomé de Las Casas agitaba la corte española con sus denuncias contra la crueldad de los conquistadores de América: En 1557
Un miembro del Real Consejo le respondió que los indios estaban demasiados bajos en la escala de la humanidad para ser capaces de recibir la fe. Las Casas dedicó su fervorosa vida a la defensa de los indios frente a los desmanes de los mineros y encomenderos. Decía que los indios preferían ir al infierno para no encontrarse con los cristianos.
Eduardo Galeano, "Las venas abiertas de América Latina"
"Los indígenas eran, como dice el antropólogo brasileño Darcy Ribeiro, el combustible del sistema productivo colonial. "Es casi seguro- escribe Sergio Bagú- que a las minas hispanas fueron arrojados centenares de indios escultores, arquitectos, ingenieros y astrónomos confundidos entre la multitud esclava, para realizar un burdo y agotador trabajo de extracción. Para la economía colonial, la habilidad técnica de esos individuos no interesaba. Sólo contaban ellos como trabajadores no calificados". -
Eduardo Galeano, "Las venas abiertas de América Latina"
Recopilación y edición: Raúl Olivares
Todos los derechos reservados
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