lunes, 24 de octubre de 2011

CELEBRACIÓN DE LA SAÑA


"Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit.
(Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro)  "
Asinaria" de Tito Maccio Plauto (254 a. C. - 184 a. C.) .-


   Festejos en Libia tras la muerte de Khadafy.

Estoy en un pequeño bar de Reconquista y Perón, en Buenos. Me paro, llamo al mozo para pagar y al acercarse, en ese instante inadvertido pero real,  los dos nos quedamos ahí, congelados en el espacio y en el tiempo, estupefactos. La bandeja que traía queda aparentemente levitada en el aire. Tengo mi mano tendida con el dinero, pero él no me mira ni yo a él.  Estamos como estupidizados frente a las imágenes, en un frenesí de flashes que la CNN y las otras cadenas televisivas, pergeñaron estratégicamente a los efectos mencionados: atraernos, inmovilizarnos y desde el ínfimo pero decisivo minuto, aleccionarnos mediáticamente. Las noticias  que se ven en un plasma puesto ridículamente encima de una especie de columna, tapada con un mantel, hablan del espeluznante fin del que fuera hasta hace poco amo y señor de Libia, Muamar Gadhafy. Como luego viera en otro titular: "El Rey de reyes de África" y otro tantos epítetos que ya no caben en su "Triste, solitario y final" y menos aún en su dudoso e incierto obituario póstumo.

Por fin luego de algunos minutos de esa estética del realismo a distancia, camino por "la calle del general" y mientras la gente de este día intrascendente en mi ciudad, sigue con su impávida monotonía,  no puedo evadir aquella apoteosis de ensañamiento.
Las imágenes son contundentes, pornográficas, obscenas...Solo el odio irracional, instintivo y primario, provocado y madurado durante 42 años de terror, puede generar semejantes escenas de des-humanización y decadencia irremediable. Aquel régimen impiadoso que se perpetuaba con el despótico poder del personalismo ponderado, debió por ultimo soportar como a tantos otros Estados estratégicos-vitales para EEUU y la Comunidad Económica Europea, la puñalada final de estos últimos, quienes como ya dijéramos en otra nota sobre Libia, libraron una indefinida guerra imperialista que como era obvio, concluye, por ahora,  con su ejemplificador "ajuste de cuentas". Un escenario tan real como sádico y ominoso, que estremece y violenta de solo pensarlo. ...Y es que cuando uno lucha contra monstruos, puede llegar a convertirse también en uno de ellos. Nietzsche lo advierte en esta cita obligada para remitirnos un régimen intolerable, que fue sostenido y avalado por muchos años, por las mismas potencias que ahora lo destruyen.

Sin embargo, lo que centra mi atención es el otro hecho, el de la ciega y feroz estructuración de la brutalidad ejercida después de la conquista, cuando entonces la acción se prolonga en la aversión necrofílica como medio y fin en sí mismos, sobre "aquello" que ya está aniquilado y no representa amenaza alguna. Eso que antes dije que era el odio provocado y madurado, que se concreta en respuesta material y real de solo pulsión. Como en un cíclico axioma del poder, que se produce y reproduce de generación en generación, a fuerza de crueldad agravada individual y social. Únicamente así se puede caer en las profundidades en donde "Thánatos" y las "keres" griegas de la muerte prevalecen por sobre toda otra existencia: "el abismo al final se asoma en nosotros, hemos mirado demasiado el abismo"..


Como en las antiguas hordas de vándalos que asolaban al imperio romano, como en las del mismo ejército de ocupación  y conquista de Tiberio, Cesar, Gengis kan, Atila o en este mismísimo  tiempo, tanto en Libia como en Afganistán, como en cualquier otra parte donde el imperialismo lo decida, el sabor de la sangre, el abuso y los excesos, hijos dilectos de sus soldadescas,  siempre  estarán en el banquete de la mesa del "divino"  vencedor. 
El espanto, como en vidriera está a la mano y refleja  la obscuridad del hueco ontológico en el que estamos como sociedad. Allí donde la barbarie se cometa, se podrá apreciar con lujo  de  detalles la insoportable perversión del mal, que entreteje su siniestra telaraña belicista, donde festeja "la parca" su permanente orgía antropófaga. Y si ello no bastare, sea Ud.  mismo Sr. vencedor, su propio maestro y regodéese en su vencido, enseñe como se aniquila hasta el nombre para hacer de su enemigo una cosa aún en la derrota. Ni se preocupe por los principios y las normas que hasta en el combate dicen que hay. Quién lo va ver? Quién se va enterar? Y por otra  parte si lo ven o se enteran, ¿Qué  importancia puede tener eso? Sr. vencedor Ud. tiene la impunidad!!  Ud. es la impunidad!!
Tantas veces se dijeron letanías sobre el honor de los caídos y la magnanimidad de los victoriosos, que ya  han pasado al olvido. Recuerda Ud.: "Generosos en la victoria, y dignos en la derrota"...Son solo citas de románticos y filántropos!! Ud. es "lobo para el hombre", Ud está en "una guerra como de todo hombre contra todo hombre", y en ese reino de la exaltación del instinto y la preservación, la primacía impera. En tanto y en cuanto todo lo antedicho, si no se convenciere de mis palabras, entonces vea la inescrupulosa filmación del linchamiento de un dictador y aprenda. Siga estas modestas pero valiosas instrucciones  (aunque tanto no se requiere de ellas), pero aplíquelas y será soberbio en su jerarquía: Festeje la muerte, que digo, no solo festeje,  haga de ese acto un evento único, apocalíptico, destroce al destrozado, tome su cabeza y póngala en la picota, descuartícelo, secciónelo en pedacitos y envié cada uno de ellos a los Señores amos, para que verifiquen fehacientemente la muerte del antagónico tirano, llévelos cuidadosamente hasta las grandes Asambleas Internacionales, difunda así  su proclama de pacificación con la sentencia dada. Haga en ese Foro del Derecho un Sacrificio justo y agradable a Marte dios de la guerra, para que el humo de su ofrenda llegue a él, no sea que toda la tirria y toda la ira  volcada en el acto homicida, se vuelva en su contra. Y si aún así, ello no fuera suficiente, declárese un día mundial de la ignominia, pero por el abatido, innombrable otrora héroe, ahora devenido en cadáver,  ni siquiera eso!!  Por último escriba la historia como más le convenga y proclámela en los actos patrios, en las juntas  ciudadanas, que la verdad de la abominación se sepa. Cuando haya concluido con estos menesteres, imprescindibles en la buena tarea del vencedor, lávese, higienícese prudentemente, vuelva a su hogar, abrace a su mujer, bese a sus hijos y demuéstrele todo ese afecto que tenía reservado. Esa generación sabrá agradecerle  su "enorme y abnegado" esfuerzo y quizás con el tiempo, cuando crezcan y también ellos lleguen al poder, quizás, pero solo quizás, no le hagan lo mismo, porque en definitiva y según Sartre: “Cada hombre es lo que hace con lo que hicieron de él”...Qué piensa que harán sus hijos con lo que Ud. hizo de ellos?

Raúl Olivares.-
Todos los derechos reservados.-


Citas:


"Triste, solitario y final", Osvaldo Soriano, Editorial Sudamericana Buenos Aires, (c) 1973.-

"Si luchas con monstruos, cuida de no convertirte también en monstruo. Si miras durante    mucho tiempo un abismo, el abismo puede asomarse a tu interior." Friedrich Wilhem Nietzsche.-


"Una guerra como de todo hombre contra todo hombre", "Leviatán", Thomas Hobbes.-

“Cada hombre es lo que hace con lo que hicieron de él”, Jean-Paul Sartre.-



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