RELATO DE MARINA JARA
Desde la tumba
Viernes, 22 de marzo de 2013
Comenzó el 25 de Diciembre del 2012, al otro día de cumplir mis 20 años. Desde la reja la encargada gritó Jara!. Mi hermana se acerca para saber que necesitaba, la celadora le dice: “Jara, tiene comparendo aproximadamente a las 12 30 hs. Mi hermana me llama, me baño y bajo con mi bolsito porque obviamente iba de AT (Tránsito a la Unidad Penitenciara N º 5),
Llegamos como a las 16 hs nos requisan y nos llevan hacia los buzones S A C(Separación del Área de Convivencia). Nos “engoman” a las 18: 30 hs. Nos traen la comida. Después de ese momento comienzan los 3 días más horribles de mi condena (sin contar los que viví en la Unidad Penitenciaria N º 51 de Magdalena).
Al otro día 26 de diciembre nos despiertan a las 7 para que nos preparemos por que teníamos que partir hacia el TOC Nº 2. En el momento de requisa la encargada de turno Anahí Maciel (que les cuento que su nombre y apellido no me la voy a olvidar jamás al igual que esos tres días), en el momento de la requisa esta encargada comienza a discutir con mi hermana. Yo no le di importancia porque tenia en mi cabeza el momento en el cual iba a estar frente a “V. S.” porque nunca había estado frente a ellos, y estaba pensando en como me iba a ir. Nos terminan de requisar y nos ponen las esposas.
Llegamos al juzgado a las 9 hs. Más tarde nos llaman a las 11:30 hs. Si bien recuerdo nos ponen las marrocas (esposas) hacia atrás y nos llevan al TOC N º 2. Entramos. Estaba el fiscal. Luego llegan los magistrados. No voy a especificar el momento pero solo digo que a lo pedido por nuestro abogado, la respuesta fue no darnos lugar a ningún beneficio que nos favoreciera. Adentro del tribunal estaba mi mamá, mi cuñada, y parte de ustedes o sea la organización por nuestra libertad. Mi mamá se puso a llorar, mi hermana también, a mí en ese momento me agarró una congoja en el alma que pensé estoy re-salada (tengo mala suerte).
Mi hermana lloraba de la impotencia. Cuando salimos hacia la alcaldía yo trataba de calmarla aguantándome las lágrimas. Nos llevaron de vuelta a la 5 después de un rato porque primero teníamos que firmar el oficio que ya estábamos despachadas.
Listo, llegamos a las 14:00 hs. A todo esto nos engoman. Pedimos el médico por que mi hermana se sentía mal. Después de dos horas llega porque yo pidiéndole a gritos para que me escuchen por que los buzones están atrás de todo.
Y vino el médico y preguntó ¿qué le dolía? Qué tomaba? Dijo que iba a buscar antibióticos y volvía. No llegó más. Mi hermana se retorcía todo el día de los dolores, hasta que se durmió un ratito. Eso fue a las 18: 00 hs. ¿Saben a qué hora vino el enfermero? A las 21: 30 de la noche. Ahí le inyectó el medicamento. Todo el día “engomadas”.
Paso a describir la palabra “buzones”.
El aislamiento en las cárceles constituye una de las formas más extendidas de tortura y crueldad sobre las personas. Por que “somos personas y seres humanos” privados de libertad, solo eso. Esta medida se llama como les dije antes SAC (Separación del área de convivencia) Es allí donde se registra el mayor grado de violencia, además del padecimiento psicológico por el aislamiento y las condiciones del lugar.
El encierro es en celdas de 2 por 1,5 mts, con sanitarios a la vista que no funcionan o sea están re tapados, falta de luz, de calefacción, sin acceso al patio o nada, ni un poquito de luz de sol, la piletita toda tapada llena de agua podrida, no salía agua. Había una canillita arriba de la letrina (inodoro en el piso) el inodoro tapado también, la pared llena de moho. Es un lugar humillante, nadie del que no estuvo en esta situación en la que yo me encuentro podrá entender lo doloroso que es estar en este lugar así te sentís tan mal psicológicamente que hasta te dan ganas de suicidarte.
Llegó el jueves 27/12/12. Viene gente del Ministerio de Justicia. Un doctor junto con otro nos preguntaba como nos trataba el personal. Le dijimos que no nos trataban bien. Es así. No me importó la represalia que podían llegar a tomar. Miró las condiciones de las celdas, anotó. Nos preguntaron si necesitábamos algo. Le dijimos que necesitábamos artículos de limpieza para higienizar la celda por que estaba muy sucia.
Anotan todo y se van los del Ministerio.
Al ratito viene la Maciel y empieza a gritarle a mi hermana, de todo a los gritos. Que ella no tenía la culpa de que no hubiera cosas de higiene o sea lavandina. Ni lo mínimo, había. Ella decía que eso lo disponía Jefatura, y mi hermana le decía que por que no pidieron. Así empezó a denigrar a mi hermana. Yo creo que todo lo que le dijo nunca lo escuché en mi vida.
Nunca le dijeron tantas palabras humillantes y tanta subestimación. Y mi hermana le dijo: “Usted es una persona como yo y no tiene derecho a decirme todo lo que me dice”. La Maciel le dice “Pero por que no mirás de qué lado estoy yo y mira donde estás vos… se merecen estar acá”. A los gritos. Dijo: “Se van a quedar un rato largo así”.
Cierra el chapón re-fuerte y se va. Mi hermana se pone a llorar por todo lo que le dijo. Yo la abracé, se acostó y se durmió. Me senté en el colchón y ahí no aguante y lloré. Lloré por que me dolió mucho todo. Y mi hermana estaba mal por su problema de salud, por todo lo que le dijo la encargada, por que estuvimos todo el día encerradas.
Justo me cae del cielo (aunque creo que no me sirvió de nada). Me llamaba la psicóloga de la unidad 5. Me comentó que la unidad 8 había pedido asistencia psicológica para mí, porque la había pedido el juzgado….
Seguíamos en esa cárcel inmunda de la 5. Le comenté todo que estaba mal por la verdugueada en los buzones, por lo que nos habían negado todo.
Ella me escuchó pero en mi legajo no figuró nunca que me atendió. Le comenté todos mis problemas por que no aguantaba más. Tenía los ojos hinchados, apenas podía hablar.
Termino de comentarle todo. Me llevan de vuelta a los buzones. Llegan las 14, nos dan la abierta. Limpiamos la celda con nuestro champú. Mi hermana pide una escoba. Le dicen que tenían una escoba para todo el penal. Mi hermana limpia las paredes con moho y sin querer se le partió el palo. Imagínense lo que era esa escoba y ni hablar de la pared. Ailén deja el palo y la escoba afuera y vienen las encargadas a engomarnos, nos cierran. Y a los 5 seg viene la Macielcon la excusa de explotarnos. Nos empieza a gritar por el palo. Mi hermana explica que se le había roto. La encargada gritaba que era la única escoba, que esto que aquello, renegaba. Abre la puerta a otra compañera y la deja abierta de 16 a las 19 hs. Nosotras le pedimos que aunque sea nos deje 5 minutos para bañarnos. Mis compañeras de la unidad nos querían alcanzar agua caliente para bañarnos y el termo para tomar algo. Ella la Maciel respondía “NO”.
Ni la comida nos quería pasar. Yo me bañé arriba de la letrina con el agua fría de la canilla. Después de unas horas mi hermana se baña igual que yo arriba de ese inodoro asqueroso. Se estaba cambiando y entra la policía. Yo le dije a mi hermana: “Cámbiate rápido”. Abren el chapón. Vino la Maciel con los “paleros” con los escudos, todos. A mi me agarran uno de los brazos y me sacan para adelante. Es ahí cuando la hija de mil puta (disculpen la palabra) le empezó a pegar a mi hermana, mientras que los paleros de la guardia armada la tenían contra la pared. Yo escuchaba todo y me puse re mal yo en ese momento quería que el palero me soltara. Yo gritaba que la dejaran. El encargado me agarraba fuerte de los brazos por que yo quería que me soltara, porque escuchaba como le pegaban a mi hermana. Me pone en el buzón de adelante. Se van. Le grito a mi hermana como estaba. Mi hermana, re-golpeada, me dice que no me ponga mal.
No se imaginan lo feo que es escuchar como le pegan a mi hermana y yo no poder hacer nada. Es como una tortura. Jamás me voy a olvidar de ese horrible momento. A la media hora llega el camión. Nos sacan para adelante del corredor del penal. Ahí estaba ella. La miró a mi hermana y se reía. Mi hermana le dijo:“¿De que te reís?” y ella le respondió una palabra que no quiero decir y mi hermana se le va y le tira una piña. Le pega. Ahí la agarra la policía. La Maciel le mete una patada en la boca del estómago. Y ahí yo me quise meter porque me dio una bronca… Obviamente, es mi hermana, cómo no me voy a meter.
Me agarran como cuatro encargados, mientras a mi hermana la tenían otras porque la Maciel le mete una piña a mi hermana en la nariz. Las encargadas le decían: “Córtala Anahí”. Y nos meten al baño agarrándonos. Toda la secuencia la vieron mis compañeras que estaban engomadas. Todas en la reja gritando que la corte porque estaban mirando que se quiso, como se dice, parar de mano. En el momento que nos agarran las demás encargadas, también vieron las encargadas de la comisión. Solo miraron. Nos requisaron en el baño porque nos tenían que ver el médico si teníamos lesiones. Nos estaban sacando y la Maciel estaba en la Guardia Armada. La encargada de la comisión dijo que la sacaran. Nos vio y se fue la muy cobarde.
Finalmente nos traen acá, a la unidad 8. Llegamos mi hermana y yo. Ni hablamos. Estábamos muy mal por toda la verdugueada que habíamos pasado. Nos requisaron. Subimos y yo la abracé a mi compañera y me largué a llorar. Estaba muy mal.
Otro día nos llama la psicóloga por el pedido del juzgado. Yo le conté todo y ella me dijo que no estaba el informe de la psicóloga de la unidad 5. Acá nos preguntaron por la policía y nos hicieron un psicofísico. Nos dijeron que hiciéramos la denuncia por medio de la procuradora. Al otro día vinieron los de Derechos Humanos y nos tomaron la declaración de lo que había pasado en la unidad 5.
Ahora estamos esperando la respuesta de lo que van a hacer con la encargada. Estoy también esperando qué pasará con mi causa. Si nos darán algún beneficio, qué van a hacer con nosotras. Voy a cumplir dos años acá adentro y todavía no se que van a hacer conmigo. Total ellos nos llevan y traen de acá para allá, porque no saben lo que es viajar y estar encerrado días o semanas en un buzón porque no es la primera ni la segunda que estamos acá para allá, ya que es como la primera vez y volvemos sin ninguna respuesta, ni tampoco una buena. Pasamos frío, hambre, etc, cosas que ellos nunca entenderían. Solo entienden lo que es “juzgar”. Pero bueno yo lo digo porque estoy acá de este lado, porque pasan cosas que no saben lo que es, y no se lo deseo a nadie. También deben pensar: “Se lo buscaron”. Pero en realidad no saben como fue. No estuvieron en el momento del hecho para decir que somos culpables. Solo me queda toda la impotencia porque, en realidad, yo no puedo hacer nada porque estoy acá adentro, solo relatar lo que me pasó. Y no es solo esto, hubo otros momentos que si empiezo no termino más.
Así es la vida en la cárcel aunque otros piensen que no es para tanto, es lo peor estar de este lado. Por eso estoy en contra de todo el maldito sistema carcelario, y de la gente que discrimina. La exclusión también es parte de la humillación. Una persona que estuvo privada de su libertad lo vive estando afuera.
Gracias por escucharme. Soy Marina Jara escribiendo parte de lo que vivo desde la tumba.
Saludos
Marina desde la Unidad Nº 8
http://desalambrar.com.ar
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