A 39 años de su asesinato
¿Quién es el Negrito?
Floreal Edgardo Avellaneda, el Negrito, nació en la ciudad de Rosario el 14 de mayo de 1961. Era militante de la Federación Juvenil Comunista, se encargaba de las tareas de propaganda en su barrio. Vivía con su madre Iris Etelvina Pereyra de Avellaneda y con su padre Floreal Avellaneda, delegado de la fábrica textil Tensa, ambos militantes del Partido Comunista.
Floreal “el Negrito” Avellaneda, tenía tan sólo 14 años cuando fue secuestrado de su casa junto a su madre, es detenido ilegalmente y torturado. Su cadáver es hallado el 14 de mayo de 1976 en aguas del Río de la Plata. Su cuerpo fue encontrado con graves muestras de haber sufrido degradantes torturas físicas y haber sido víctima de un horroroso empalamiento.
A pesar de las torturas que le infligieron en la comisaría de Villa Martelli adonde lo llevaron, el Negrito no delató a ningún compañero, a pesar de que conocía muchos domicilios y cada una de las actividades de los comunistas del lugar: “Mi hijo ya tenía su educación y una gran valentía, lo mataron, pero no delató a ningún compañero, por eso para nosotros, los padres, es un ejemplo”.
Por eso, en homenaje al compañero “Negrito” Avellaneda, decidimos llamar por su nombre a nuestro Centro Cultural de Munro. Porque el Negrito es parte constitutiva de la identidad política y cultural de la Fede, como son todos nuestros mártires, porque en diferentes momentos y procesos de lucha los comunistas siempre han hecho su cuota de sacrificio por las reivindicaciones de nuestro pueblo. Y el Negrito representa lo más valioso de la identidad de los comunistas, que es la capacidad de ser indoblegable, aun estando en manos del enemigo. Reivindicar al Negrito no es solo valorar el sacrificio de los comunistas, si no también es una forma de reivindicar una parte sustancial de la historia de nuestro pueblo que intentó ser negada durante tantos años.
Información sobre la causa
Iris, la mamá del Negrito, luego de siete años de su secuestro y el de su hijo, presenta la primer querella. En la misma ella decía: “ Soy una modesta militante de un partido político y como tal y como ciudadana creo firmemente en la necesidad de asegurar la vigencia de los derecho y garantías y la estabilidad institucional, como sustento de la soberanía popular, y como uno de los pilares para consumar los cambios económicos y sociales que necesita el país.” (…) ”Mi hijo era militante de la Juventud del Partido Comunista. ¿Cómo puede explicarse su muerte?…Mi única explicación es que se negó a denunciar a sus compañeros y amigos. Por eso no puedo menos que rendirle junto con mi esposo, al terminar esta presentación, un sentido y emocionado homenaje, que hago extensivo, a todos los que como él enfrentaron la barbarie, y es por ello, fundamentalmente por ello, que pido y exijo VERDAD Y JUSTICIA….”
Resumen de los hechos:
En la madrugada del 15 de abril de 1976, aproximadamente a la 1:30 hs, se produjo el allanamiento. Ocho vehículos, en su mayoría Ford Falcon, rodearon la casa y ametrallaron la puerta de entrada. Disfrazados con pelucas, barbas y medias que cubrían sus rostros, irrumpieron en el hogar de forma increíblemente violenta y arrancaron el cable del teléfono. Luego de revisar toda la casa se llevaron todo el dinero que tenían (los sueldos completos de los padres del Negrito) y gran cantidad de libros de la biblioteca. En el acta respectiva que obra en esta causa, consta textualmente, que el objetivo del procedimiento era detener a Floreal Avellaneda, padre del Negrito, perteneciente al Partido Comunista, sindicado como “combatiente”, pero buscándolo a él detienen a su esposa. Esta acta aparece suscrita por el “Jefe Militar que produce la detención”: Tte. Cnel. AREVALO, firmando como testigos presenciales el Capitán FRAGNI y el Tte. 1ro. HABSICH. En la misma no se hace constar la aprehensión de Floreal Edgardo Avellaneda, probada plenamente.
Introdujeron juntos al Negrito, de sólo 14 años, y a su mamá en el asiento trasero del mismo auto. Así llegaron a su destino, la Comisaría de Villa Martelli, donde los separaron. Iris, la madre del Negrito, cuenta que escuchaba una música y los gritos de una persona a la que estaban torturando. Aparte, oía la característica tos de su hijo que estaba en un lugar próximo, a la cual ella contestaba de la misma manera tratando de hacerle saber que lo acompañaba.
Iris fue llevada a otro recinto en donde volvieron a poner la música que ya había oído, y comenzaron a interrogarla sobre el paradero de su esposo. Se le hizo bajar el vaquero y levantar la ropa, comenzaron a echarle agua y a picanearla en los pechos, órganos genitales, axilas, pies y partes del cuello.
La sesión de tortura duró largo tiempo, la desatan, la llevan a otra habitación y casi de inmediato oye la voz de su hijo cerca que desesperadamente la suplicó: “deciles mami, que papá se escapó…”. Luego volvió el silencio, hasta que de nuevo comenzó a oir la música anterior y los gritos de dolor del Negrito, su hijo, sometido a la tortura.
Nunca más se encontraron. Iris fue trasladada a la Cárcel de Olmos, donde permaneció detenida ilegalmente durante dos años y medio.
Se recurrió a la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, a la Iglesia y a otras instituciones para obtener la libertad de Iris y averiguar el paradero e su hijo, Floreal “el Negrito” Avellaneda, sin resultado alguno.
El 16 de mayo de 1976, aparece una noticia periodística (Diario “Última Hora”), en el cual, mediante un comunicado oficial de la Prefectura Nacional Naval, se informa que de la aparición de 8 cadáveres en las costas del Uruguay. Uno de los cuerpos tenía un tatuaje en forma de corazón con las iniciales “F” y “A”. Era el Negrito.
Se hizo cargo de las acciones legales presentadas el Dr. Julio José Viaggio. Iris a raíz de las gestiones judiciales y extrajudiciales realizadas, recuperó su libertad el 13 de julio de 1978.
El Negrito fue encontrado sin vida, en las situaciones ya mencionadas, el 14 de mayo de 1976 en las costas de la República del Uruguay.
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