"Esta lucha viene desde hace más de 500 años, a nuestros abuelos también los asesinaron como a nosotros ahora. Hace dos años empezamos nuestro proceso de recuperación territorial, volvimos y nos vamos a quedar. Nunca hubo relación con el gobierno, nunca vinieron a dialogar, sólo lo hacen con la gente de la ciudad. Sólo queremos que nos devuelvan un pedazo de tierra donde estábamos trabajando. Nos van a sacar muertos, no nos vamos a ir. Pedimos que vengan acá, los que sufrimos la represión, los de la ciudad no saben. Ya desde el día anterior nos andan cazando, el primer día llegaron camuflados arrastrándose por el suelo, empezaron a disparar, tiramos dos o tres piedras pero no pudimos más. Uno sabe cuando le zumban las balas, ya mataron a uno, parece que nos quieren matar a todos. Que nuestra gente nos acompañe, que pasen no tengan miedo a Gendarmería, acá estamos en el territorio. Parece que hay que morir por una lucha digna, nos encapuchamos por dignidad, tenemos a cuatro peñi detenidos, que se los llevaron ayer. Dos que llevaban el cuerpo, y dos que pedían que no tiren. Estamos aislados, necesitamos que nos escuchen, nosotros somos los que morimos, cuando mataron al peñi se fueron todos".
Los padres de Rafael Nahuel, con familiares del joven asesinado. Imagen: Gustavo Zaninelli
Los testimonios de las víctimas de la cacería a la comunidad Lafken Winkul Mapu
"Escuchamos 'Prefectura, alto ahí, al piso y empezaron a tirar a matar"
“El día del desalojo agarraron a nuestras lamien y los niños, a nosotros nos empezaron a perseguir por todo el monte los del grupo Albatros, nos estaban cazando, nos defendimos con piedras y ellos nos tiraban con municiones de plomo", contaron. Reservan su identidad por temor a la persecución tras el homicidio de Rafael Nahuel. Le pidieron al juez Gustavo Villanueva que respete el duelo en el territorio, que la Iglesia oficie de mediadora con Parques Nacionales".
“Veníamos con las manos levantadas, pidiendo por favor que nos dejen sacar a un muerto porque el peñi se nos murió a mitad del camino, en nuestros brazos y nos apuntaban como si fuéramos terroristas, y encima nos dicen que nosotros estábamos armados”, dijo uno de los mapuches heridos el domingo a la madrugada en la Lof Lafken Winkul Mapu, en Villa Mascardi, Bariloche. “Nosotros estamos dispuestos a dialogar, pero ellos vienen a matar, por eso pedimos que vengan a apoyarnos porque creemos que van a volver”, agregó y se disculpó por no identificarse porque no suelen personalizar, menos aún en circunstancias represivas como las que están viviendo. “Hay una mujer con un impacto de bala, está más arriba”, le señalaban a dos cronistas locales que acudieron a apoyarlos a la espera de que llegara asistencia médica para los heridos que no habían podido bajar. De hecho, los dos mapuches que oficiaron de voceros estaban desde el domingo sin haber sido atendidos a pesar de los balazos que recibieron en sus cuerpos, pero no salen de la Lof por temor a ser encarcelados. “Ya se ve la pus que se nos está juntando”, describieron. Al finalizar la jornada, una vocera mapuche relató que pidieron al juez federal Gustavo Villanueva que respete el duelo en el territorio, que la Iglesia oficie de mediadora con Parques Nacionales. A su vez, la justicia requirió ingresar a la Lof para realizar un peritaje del lugar donde murió Nahuel, pero con la presencia de veedores de organismos de derechos humanos. “Acá no afectamos propiedad privada de nadie, así que esta instancia hay que resolverla políticamente”, apuntó. Y agregó que los dos detenidos, entre ellos Fausto Jones Huala, fueron torturados “arrastrándolos por la ruta”.
Mientras mostraban sus heridas al reportero gráfico Gustavo Zaninelli, los dos mapuches hicieron un repaso de los últimos días de persecución. “El día del desalojo agarraron a nuestras lamien y los niños, a nosotros nos empezaron a perseguir por todo el monte los del grupo Albatros, nos estaban cazando, nos defendimos con piedras y ellos nos tiraban con municiones de plomo sin medir las consecuencias en un operativo ordenado por el juez Villanueva, por el gobierno de Macri, la Bullrich y toda la injusticia que hay.Tuvimos que andar escondiéndonos toda la noche, porque nos buscaban con drones y linternas, y recién el sábado pudimos descansar en nuestro rewe (lugar de ceremonia), comer algo y cuando llegamos a las pocas horas escuchamos ‘quietos’ y empezaron a tirar balas. A mí me dieron en el brazo, otra lamien está herida en el hombro”.
--El gobierno dijo que ustedes tienen armas, ¿es así?
--Nosotros sólo tiramos piedras a la policía, estamos con puras piedras, nos andaban cazando y la orden que tenían era matar a uno, y lo lograron. Nuestro weichafe (guerrero) Rafael Nahuel, es una tristeza para nosotros (se quiebra), se nos fue un peñi de 22 años por los milicos que andaban sacados. Andaban todos con armas 9 milímetros y esos fusiles tipo Uzi, sólo podíamos defendernos con piedras. Quieren tapar la realidad de lo que pasó acá, vinieron a cazar mapuches, quieren hacer lo mismo que hicieron en la Lof y lavarse las manos, pero no van a poder porque los heridos y muertos son de nosotros, de ellos ninguno. Sólo quisimos defender el rewe, pero entraron igual y destruyeron todo, las carpas. Yo fui el primer herido, después cayó muerto Rafael. Lo tuvimos que bajar del cerro con una tabla que hicimos nosotros, y cuando llegamos los milicos nos querían seguir reprimiendo, nos apuntaba la Federal con la 9 milímetros en la mano como si fuéramos terroristas.
--¿Cómo fue el momento en que le dispararon a Nahuel?
--Estábamos reunidos y de golpe escuchamos ‘Prefectura, alto ahí, al piso’ y directamente empezaron a tirar a matar. Ahí hicimos uso de la autodefensa y respondimos con piedras. Ya teníamos tres caídos, nos dimos cuenta que rebotaban las balas por todas partes. En ese momento se escuchó un grito y cayó el peñi. Decía ‘no puedo respirar’. Se le había cerrado el pecho, el orificio de la bala 9 milímetros estaba en la espalda y le salió por el pulmón aunque no del todo, se veía hinchado, quedó agonizando como 15 minutos. Le hicimos reanimación pero ya estaba pálido. Cuando llegamos a la ruta se apostaron y lo dejaron hasta las once de la noche tirado como un perro. Esos asesinos se fueron en varias camionetas.
--¿Hubo una negociación para que se entreguen algunos?
--No, nunca negociamos nada. Vino la fiscal y se rió. Dijo que si no desalojábamos pacíficamente iba a mandar todos los efectivos que fueran necesarios para desalojarnos. Estaban acá los niños jugando y ni eso les importó. Había mujeres y niños y no les importó, nos mandó la policía a matar. Eso fue el miércoles tipo 7 u 8 de la noche, y a las cinco del jueves ya llegaron los efectivos. Pedimos que vengan a apoyarnos, nos pueden venir a balear en cualquier momento, porque todavía estamos todos desparramados en el territorio. Con las rutas cortadas por ellos y sin celular no tenemos ningún medio para contar lo que nos pasa. Pedimos a la gente consciente de Bariloche que nos venga a brindar el apoyo. Hay un asesinado por culpa de la fiscal, el juez y Macri que dijo que quería matar mapuches, lo tuvieron tirado al peñi horas. Después de la comida estábamos por sembrar y nos vinieron a matar nomás. No les importó nada, balearon a las mujeres y a los niños con balas de plomo. Acá están las balas que tiraron, los perdigones de plomo, estamos todos heridos y nos mataron un peñi. Recuperamos este territorio y lo queremos trabajar, como mapuche que quiere vivir con su ser y sus animales porque fue, es y será de nuestros ancestros.
--¿Cómo están ahora?
--(Toma la palabra otro mapuche, disfónico) Hace una semana que no comemos, cuando entraron se llevaron toda la comida, se robaron tres motosierras, nuestra ropa, a los niños y las mujeres se llevaron. Somos pobres y humildes, ellos vinieron totalmente eufóricos y empastillados los federales y el grupo especial de la Prefectura, con orden de matar. Nos rompieron las casas y la siembra, nos contaminaron todo el territorio con basura. Vinieron drogados y eufóricos, sin diálogo. La fiscal dijo riéndose que iba a ser a su manera. Nosotros no tenemos ni celulares sino la hubiéramos grabado.
--¿Este territorio pertenece a Parques Nacionales?
--Esta lucha viene desde hace más de 500 años, a nuestros abuelos también los asesinaron como a nosotros ahora. Hace dos años empezamos nuestro proceso de recuperación territorial, volvimos y nos vamos a quedar. Nunca hubo relación con el gobierno, nunca vinieron a dialogar, sólo lo hacen con la gente de la ciudad. Sólo queremos que nos devuelvan un pedazo de tierra donde estábamos trabajando. Nos van a sacar muertos, no nos vamos a ir. Pedimos que vengan acá, los que sufrimos la represión, los de la ciudad no saben. Ya desde el día anterior nos andan cazando, el primer día llegaron camuflados arrastrándose por el suelo, empezaron a disparar, tiramos dos o tres piedras pero no pudimos más. Uno sabe cuando le zumban las balas, ya mataron a uno, parece que nos quieren matar a todos. Que nuestra gente nos acompañe, que pasen no tengan miedo a Gendarmería, acá estamos en el territorio. Parece que hay que morir por una lucha digna, nos encapuchamos por dignidad, tenemos a cuatro peñi detenidos, que se los llevaron ayer. Dos que llevaban el cuerpo, y dos que pedían que no tiren. Estamos aislados, necesitamos que nos escuchen, nosotros somos los que morimos, cuando mataron al peñi se fueron todos.
Colaboración Gioia Claro.
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