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Traía noticias inquietantes: del Kalfü bajaban los soldados... Se habían dividido en dos columnas. Muchos eran los winka, hasta 400 había contado el jinete, entre los que marchaban en dirección a las ruka de Kachul y Katriel. En la otra, eran más todavía y venían mandadas por un winka importante, porque iba rodeado de muchos jefes y recibía y mandaba mensajeros todo el tiempo.
Sierra Chica, triunfo grande
Mitre consiguió disimular su derrota y fue recibido de vuelta en festejos y con banquete organizado por Domingo Sarmiento. Tras su desastrosa campaña Mitre pronuncio la frase "el Desierto es inconquistable".
Tras su victoria el Toky Calfucura recibió desde entonces el mote de "Napoleón del Desierto".
El 29 de octubre Calfucurá derrotó a Hornos en San Jacinto, entre las sierras de San Jacinto y el Arroyo Tapalqué, muriendo del lado gubernamental 18 oficiales y 250 soldados. Luego de esta victoria las fuerzas de Calfucurá atacaron los pueblos de Cabo Corrientes, Azul, Tandil, Cruz de Guerra, Junín, Melincué, Olavarría, Alvear, Bragado y Bahía Blanca.
Publicación de:
Avkin Pivke Mapu-Komunikación MapuChe
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30 de Mayo de 1855: Sierra Chica, triunfo grande
Por Fuente: Avkin Pivke Mapu-Komunikación MapuChe - Thursday, May. 31, 2012 at 9:38 AM
La batalla de Sierra Chica fue un enfrentamiento militar librado entre las fuerzas del Estado de Buenos Aires al mando del entonces coronel Bartolomé Mitre y la Gran Confederación de las Salinas Grandes al mando de Juan Calfucurá y Juan Catriel. Bartolomé Mitre con cerca de 1.100 soldados divididos en dos columnas que partieron de Azul (el 27 de mayo con 700 hombres) y de 25 de Mayo (con 400 hombres), prometiendo "exterminar a los bárbaros". Con Audio.
Al llegar a Sierra Chica, cerca de la actual ciudad de Olavarría se encontró con las fuerzas aliadas de Catriel y Calfucurá. Los Mapuche derrotaron al coronel bonaerense con su poderosa caballería. Entre los constantes ataques y reagrupamientos rodearon a unos 60 soldados bonaerenses forzando a la caballería enemiga a lanzar varias cargas hasta que esta, muy diezmada, quedo vulnerable al ataque Mapuche.
Mitre fue forzado a escapar a la Sierra para evitar la muerte mientras su infantería terminaba aniquilada, su artillería capturada y su caballería huía en desbanda. Allí tras expulsar al enemigo se atrinchero con lo que quedaba de sus fuerzas. Sólo la oportuna llegada de policías provenientes de Tandil le salvaron la vida.
Esta legítima defensa fué para el Pueblo Mapuche la reafirmación del WallMapu (Territorio Ancestral), que pretendia ser usurpado a sangre y fuego por la División de Operaciones Sur del ejército argentino. Dicho despliegue militar estuvo al mando del ministro de Guerra de la provincia de Bs As, en ese entonces el Coronel Mitre (luego presidente de la república). "El calendario marcaba 30 de Mayo de 1855. No sólo el Wallmapu permanecía indómito, además las fronteras con los winka volvieron a establecerse sobre las mismas líneas que regían antes de 1833, para segura desesperación de estancieros y políticos"
El siguiente es un micro de radio que puntualmente, se refiere a la batalla que protagonizaron las Comunidades Mapuche que integraban la Confederación de las Salinas Grandes quienes junto Toki Kalfukura y Catriel derrotaron al wingka invasor.
Ni bien saltó de su caballo, el werken se dirigió a la ruka del toki.
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El Toki escuchó todo lo que el werken tenía para decirle y al final, sonrió. El recién llegado todavía no había recuperado el ritmo de su respiración, cuando ya otros dos weichafe salían disparados, con mensajes para los demás lonko. Kalfükura reunió a su gente y la puso sobre aviso. Conocía muy bien al adversario que se le venía encima. El –por entonces- coronel Mitre, no experimentaba la misma seguridad.
Después de tres días de marcha, el ministro de Guerra de la provincia de Buenos Aires ordenó a su fracción de la pomposa División de Operaciones Sur, caer sobre las tolderías de Kachul y Katriel. Así lo hicieron las tropas porteñas, que rápidamente entraron en los dominios de los mapuche a sangre y fuego. No repararon que lo hacían con cierta facilidad... Muchos de ellos se consagraron a saquear cuidadosamente las ruka, como si el campo ya estuviera a su merced.
Era la distracción que los weichafe esperaban. Cuando vieron que los winka se dividían y se olvidaban del combate, cargaron contra los invasores. En breve, los soldados quedaron rodeados, ante la desesperación del futuro presidente de los argentinos. Sin posibilidades de continuar el ataque, los porteños se preocuparon por salvar el pellejo, hasta que la oscuridad piadosa les dio una mano y se acurrucaron en la Sierra Chica de Tapalqué. Pero lejos les quedaba el descanso, con tantas chuzas cerca. Aguardaban la llegada de la otra columna, que tenía órdenes de flanquear a los Mapuche. Pero de esta se encargó Kalfükura en persona. Cuando los soldados quisieron ver una polvareda del lado que debían llegar los refuerzos, no tardaron en toparse con una ingrata escena: los kalfukurache se desplegaban ante sus ojos, los herían con burlas hacia su hombría e invitaciones a pelear que no fueron correspondidas.
Escribió el jefe de los invasores, también político, historiador y periodista: “el número de indios que nos circundaba, sus alaridos salvajes y su ardor redobló en aquel momento, haciendo concebir la idea de un contraste. La prudencia aconsejaba la retirada; pero el deber aconsejaba la permanencia en el campo y fue esta la resolución que adopté, permaneciendo en la incertidumbre y sobre las armas toda la noche lluviosa, en que no cesaron un instante los alaridos de los bárbaros que nos circundaban”.
La victoria fue Mapuche. Como los españoles en Arauco tres siglos antes, los porteños dejaron las fogatas con suficiente leña para que ardieran el resto de la noche y se retiraron a pie, inclusive el señor ministro de Guerra... Toda su caballada dejaron los winka en Sierra Chica, además de 16 muertos y gran parte de su equipamiento. 234 de los invasores retornaron heridos al Kalfü.
El calendario marcaba 30 de Mayo de 1855. No sólo el Wallmapu permanecía indómito, además las fronteras con los winka volvieron a establecerse sobre las mismas líneas que regían antes de 1833, para segura desesperación de estancieros y políticos, entre ellos, Mitre.
Eran los tiempos de la unidad Mapuche. De la Confederación Salinera, como decían los diarios de Buenos Aires... De la independencia y autodeterminación de un Pueblo que quería seguir con su vida en libertad, y que encontró en Kalfükura precisa orientación.
30 de Mayo de 1855. Casi 160 años después,
el Pueblo Mapuche sigue vivo
y recuerda la tradición de lucha de sus fütrakecheyen.
Sierra Chica, triunfo grande
- Investigación y locución: Adrián Moyano
- Colaboración: Juan Carlos Quevedo
- Producción y edición: Avkin Pivke Mapu-Komunikación MapuChe
- Tema musical completo: "Weichan Amuaiñ" (2007) de Wechekeche Ñi Trawun
- Pinturas batalla Sierra Chica: Duilio Pierri
- Pintura Calfucura: Pepe Berraquero
Si desea descargar audio: http://www.avkinpivkemapu.com.ar
Consecuencias:
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En septiembre de ese año derrotó y mató al comandante Nicolás Otamendi junto a 125 de sus soldados en la estancia de San Antonio de Iraola y después saqueó el pueblo de Puntas de Arroyo Tapalqué.
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Mitre consiguió disimular su derrota y fue recibido de vuelta en festejos y con banquete organizado por Domingo Sarmiento. Tras su desastrosa campaña Mitre pronuncio la frase "el Desierto es inconquistable".
Tras su victoria el Toky Calfucura recibió desde entonces el mote de "Napoleón del Desierto".
Mitre organizó el Ejército de Operaciones del Sur con 3.000 soldados y 12 piezas de artillería al mando del general Manuel Hornos.
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El 29 de octubre Calfucurá derrotó a Hornos en San Jacinto, entre las sierras de San Jacinto y el Arroyo Tapalqué, muriendo del lado gubernamental 18 oficiales y 250 soldados. Luego de esta victoria las fuerzas de Calfucurá atacaron los pueblos de Cabo Corrientes, Azul, Tandil, Cruz de Guerra, Junín, Melincué, Olavarría, Alvear, Bragado y Bahía Blanca.
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