Al Dr. John William Cooke Buenos Aires Por la presente autorizo al compañero doctor Don John William Cooke, actualmente preso por cumplir con su deber de peronista, para que asuma mi representación en todo acto o acción política. En este concepto su decisión será mi decisión y su palabra la mía. En él reconozco al único jefe que tiene mi mandato para presidir a la totalidad de las fuerzas peronistas organizadas en el país y en el extranjero y sus decisiones tienen el mismo valor que las mías. En caso de fallecimiento, delego en el doctor don John William Cooke el mando del movimiento. En Caracas, a 2 días de noviembre de 1956.
Juan Perón.
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Nació en La Plata el 14 de noviembre de 1919, en una familia irlandesa, lo cual explica su “John William”. Cursó estudios de Derecho, recibiéndose de abogado en la Universidad de La Plata. Su padre -Juan I. Cooke- fue un importante dirigente del radicalismo, del cual se apartó para colaborar con el gobierno del General Farell, como Ministro de Relaciones Exteriores y Culto en 1945. Como secretario de su padre, John realizó sus primeras experiencias políticas.
En las elecciones de 1946, resultó elegido diputado nacional, siendo el más joven del bloque peronista, por lo cual recibe el apodo de “El Bebe”. Ejerció el cargo durante cuatro años, destacándose como uno de los legisladores más capaces, tanto en sus informes, como en las polémicas con la banca opositora. En los enfervorizados debates de la época que dan paso a las nacionalizaciones, Cooke asumió una postura clara y determinante: “La economía no ha sido nunca libre. O se la dirige y controla por el Estado en beneficio del Pueblo o la manejan los monopolios en perjuicio de la Nación”. Mantuvo una relación directa y privilegiada con Eva Perón.
En 1952, vuelve al llano, dedicándose a sus labores profesionales y a la docencia en la Universidad. En 1954, lanzó la revista “De Frente” con una clara posición nacional, aunque mantiene independencia respecto al gobierno al cual apoyó sin acallar sus diferencias de opinión.
Cuando se produjo el levantamiento del 16 de junio de 1955, no vaciló en concurrir a la Plaza de Mayo, bombardeada por los aviones navales y allí, parapetándose detrás de una estatua, hizo fuego contra los marinos que pretendían avanzar hacia la Casa de Gobierno. Esta actitud reveló una de las condiciones de Cooke: hombre de ideas, docente y gran polemista es, al mismo tiempo, hombre de acción.
Días después, el General Perón lo designó Interventor en el Partido Justicialista de la Capital Federal para reorganizar y movilizar a los partidarios. Hace saber su opinión: “La revolución peronista debe profundizarse o será derrotada. Y si se decide profundizarla hay que tomar los recaudos necesarios para aniquilar la respuesta oligárquica”.
Producido el golpe del 16 de septiembre, es uno de los primeros dirigentes que se contacta, por carta con Perón, por entonces exilado en Paraguay. Al mismo tiempo, constituye, el Comando Nacional de la Resistencia. Pero, a mediados de octubre de 1955, cae detenido y lo conducen a la Penitenciaría de la calle, Las Heras, luego lo trasladan a Ushuaia y de ahí a Caseros y nuevamente a Ushuaia, Las Heras y Caseros. Su último destino fue la cárcel de Río Gallegos, donde el 17 de marzo de 1957, junto con Jorge Antonio, Cámpora, Kelly y otros compañeros, logran fugar a Chile.
En esa época, ya Perón lo ha designado su delegado y más aún, es la única oportunidad en que el líder informa a sus bases que, en el caso de su muerte, este delegado debe ocupar su lugar en la conducción del movimiento.
Permanece en Chile varios meses. Desde allí, intensifica su labor de vínculos y articulación de diversos grupos de “la resistencia” así como también recibe a representantes de Arturo Frondizi que le proponen una alianza para las próximas elecciones.
En diciembre de 1957, viajó a Caracas donde, de acuerdo con las indicaciones de Perón, mantiene varias conversaciones con Rogelio Frigerio, representante de Frondizi, para establecer las condiciones del pacto Perón – Frondizi, que se firmó poco después.
En enero de 1958, Cooke se instaló en Montevideo, para vivir de cerca el proceso electoral que culmina el 23 de febrero con el triunfo de la fórmula del Frente Nacional y Popular: Frondizi – Gómez. Una vez en el poder Frondizi traiciona el pacto.
En enero de 1959, Cooke, apoyó el movimiento de los trabajadores del Frigorífico Municipal “Lisandro de la Torre”, liderado por Sebastián Borro, en contra de la privatización e intentó convertirlo en huelga general revolucionaria para tomar el poder, pero fracasó en ese objetivo.
En los primeros meses de 1959, Perón giró su táctica, hacia una posición negociadora, abandonando, el planteo insurreccional que Cooke venía sosteniendo desde “la resistencia”, lo cual provoca el gradual desplazamiento del “Bebe”, como delegado.
En abril de 1960, viajó a Cuba, con motivo de una reunión latinoamericana, decidiendo quedarse, junto a su compañera Alicia Eguren, consustanciados ambos con el proceso revolucionario que se desarrollaba en la isla. En esa época, Cooke entabló una profunda amistad con el Che. Poco más tarde le sugiere a Perón la residencia en Cuba, por invitación de Fidel Castro, pero el General no lo considera oportuno.
En diciembre de 1963, Cooke regresó a la Argentina. En agosto de 1964, con motivo del operativo “retorno de Perón” restableció una correspondencia normal con el líder, que se había tornado muy esporádica en los últimos tiempos. Se manifestaba cada vez más crítico con la dirigencia local del peronismo.
En 1965, publicó “Apuntes para la militancia”, incursionando en la historia para dar orientación a las bases juveniles del movimiento. Hacia fines de ese año, en su correspondencia con el General, manifiesta desacuerdo con la táctica de “bendecir a todos”, pues entiende que ello amplía al movimiento pero a costa de su combatividad revolucionaria. En opinión de Cooke, el peronismo debe desembarazarse de sus sectores burgueses, eclesiásticos y militares pues nada aportan y convertirse en un claro programa revolucionario. Perón, en cambio, sustentó una táctica dirigida a aislar a la oligarquía aliada al imperialismo, para lo cual cree necesario constituir un frente muy amplio evitando que burguesía, Ejército e Iglesia se sumen al frente oligárquico-imperialista. En esta correspondencia, el “Bebe” manifiesta no sólo lucidez en la argumentación sino también un gran coraje para confrontar con el líder del movimiento.
En 1966, con motivo del golpe militar que derrocó al Presidente Arturo Illia, Cooke escribió su “Informe a las bases”, uno de sus documentos políticos más importantes. En sus últimos años viajó periódicamente a La Habana.
A fines de 1967, publicó “La revolución y el peronismo”, ya tomado por el cáncer. Muere en el Hospital de Clínicas el 19 de septiembre de 1968.
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Análisis y debate de nuestra realidad. No solo para interpretarla, sino también, para transformarla.-
miércoles, 19 de septiembre de 2012
JOHN WILLIAM COOKE (1919-1968) HOMENAJE
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