Se abrió la caja de Pandora
Por Diego Pietrafesa
Hay un desafío en estos tiempos difíciles: dar testimonio. Ser precisos y veraces. Ser confiables. Ser solidarios con el que cae. Crecer desde la base, postergando pequeñas miserias y egos.
Se abrió la caja de Pandora. Y salieron los monstruos, los monstruos de siempre, con apetito atrasado. Haberlos mantenido a raya fue una epopeya. No hay luz al final del túnel del tiempo. Son todas sombras. Antes fue Etchecolaz en lo de Mariano Grondona y hoy es Gómez Centurión en lo de Fantino. Debates de las dos partes, infamia de los dos demonios. Vamos a hacer un documental del Holocausto pero, por favor, no olvidemos el testimonio de los nazis. Tengamos memoria completa. El próximo aniversario del atentado a la AMIA no olvidemos de hacerle lugar en el palco a la delegación iraní. Contemos todo. O si no, mejor: a las víctimas del horror de Hitler, a los caídos bajo los escombros terroristas en calles porteñas, digámosle que ya basta, que ya está bien, que nada ganarán mirando hacia atrás, que den vuelta la página.
La caja de Pandora se abrió porque soplan nuevos vientos. Por eso el Secretario de Derechos Humanos habla de "rever contenidos educativos" sobre la dictadura cívico militar. Por eso, enseguida, una escuela pública hizo circular un video que trata de héroes a los represores. Por eso una chica puede ir siete horas presa por filmar a un policía abusando de los derechos de un menor. Por eso uniformados de civil pueden entrar a una pizzería y sacar de los pelos a mujeres sospechosas de quién sabe qué.
Total, no importa. Nadie preguntará. Por eso efectivos bonaerenses no se esconden y preguntan a maestros de la Provincia si adhieren o no al paro. Por eso se infiltran sospechosos en asambleas de gremios en conflicto. Por eso la policía desata una orgía de balas en la Boca, miente sobre el caso y culpa a la mujer asesinada de haber tenido la deslealtad de haber asomado su cabeza mientras los tiros danzaban. Por eso se gastan dineros públicos (sí, estos también son “tus impuestos” y “la plata de los jubilados”) en sostener un sistema de espionaje y militancia en la protesta de AGR y trasladan de a cien gendarmes y carros hidrantes si, por ejemplo, trabajadores de SANCOR tienen la desfachatez de intentar conservar su empleo.
La marcha del 24 de marzo asustó a los monstruos. Porque como vampiros que son pierden el invicto apenas asoma la claridad. Ahí fueron, pues, los dueños de la noche. A seguir sembrando muerte. Se divierten. Gozan. Ríen como idiotas, en mala copia de un cuento de Horacio Quiroga. Babean. Escupen. El ejército de los mercenarios de la palabra.
Hay un desafío en estos tiempos difíciles: dar testimonio. Ser precisos y veraces. Ser confiables. Ser solidarios con el que cae. Crecer desde la base, postergando pequeñas miserias y egos. Aprender de lo mucho que nos equivocamos. No imitar al enemigo en sus formas. Es ahora. Antes de que sea tarde.
Infonews
Fuente: http://www.elortiba.org
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