jueves, 21 de septiembre de 2017

POR QUÉ TOMAMOS NUESTRAS ESCUELAS Por Laura Manfredi




Por qué tomamos nuestras escuelas



Por Laura Manfredi  


En diálogo con Nuestras Voces, los alumnos secundarios de Capital cuentan por qué toman las escuelas, por qué están en contra de la reforma educativa, sus reclamos y las huecas respuestas que reciben por parte del gobierno porteño. Atención: jóvenes resistiendo.


El día del estudiante encuentra a las escuelas públicas porteñas en plena lucha. Se limpian las instalaciones, se cocina para los compañeros, se organizan charlas, debates, clases y radios abiertas. Los protagonistas son los alumnos, quienes organizados en asambleas y con votaciones democráticas lograron dejar atrás las diferencias y unirse para luchar por su educación y la de generaciones futuras. Y pese a la imagen que vende el gobierno, están lejos de ser “títeres” de algún partido ya que las tomas se votan en asambleas generales y, en algunos casos, todos los días.
A casi un mes de iniciado el conflicto y con 30 establecimientos tomados, la comunidad educativa continúa pidiendo explicaciones respecto de la reforma que desde el gobierno se intenta imponer. El deseo del alumnado es implementar una reforma que contemple a la comunidad educativa, que jerarquice el rol de los docentes y que se adapte a la realidad edilicia que hoy sufren los establecimientos.
La toma en primera persona
Josefina estudia en la Escuela Técnica Raggio hace cuatro años y desde la primera Asamblea, que se realizó el pasado viernes 15 de septiembre, votó a favor de la toma: “Es una medida extrema, pero la situación también lo es porque esta reforma se intenta implementar en cinco meses, no dentro de cinco años. Me parece bueno que luchemos juntos, porque la educación pública es de todos y la tenemos que cuidar entre todos”, dijo la alumna a Nuestras Voces.
Los motivos por los que la mayoría del alumnado decidió tomar la escuela son claros: “No estamos de acuerdo con la implementación que intentan hacer de la reforma educativa, pedimos la implementación de la ESI – Educación Sexual Integral – y exigimos la aparición con vida de Santiago Maldonado”.
-¿Por qué estás en contra de la reforma?
-Porque baja muchos contenidos y porque con la creación de los facilitadores se desvaloriza el trabajo de los docentes. Yo lo veo, mi colegio se cae abajo: en los baños no hay puertas, en el techo se ven los caños, las luces están agarradas con precintos, no hay ventiladores y no andan las estufas. Hay muchas cosas por hacer antes que poner una pantalla interactiva”.
Josefina agregó, además, que la eliminación del quinto año es un tema fundamental dentro del reclamo: “Nos parece sumamente injusto que nos hagan trabajar gratis y para multinacionales como parte de una materia. Todas estas cuestiones creo que tendrían que haber sido consultadas con la comunidad educativa porque desde un escritorio no podés hacer una modificación tan estructural como ésta”.
“La reforma también dice que a cada chico le lleva su tiempo y a mi me parece que un chico de 12 o 13 años no puede llevar su propio ritmo de estudio. Yo, que tengo 16, me perdería un montón de contenido si así fuera. Se necesita de alguien que te ayude a avanzar. Ese es el rol del docente y es mucho más importante que un simple facilitador. Dentro de la información confusa que dan explican que la figura de facilitador se lograría con un curso que dura 4 meses, es imposible que eso se equipare a una carrera que dura como mínimo 5 años“, afirma Josefina.
Camila, alumna de la misma escuela e integrante del centro de estudiantes, agregó que desde el ministerio en ningún momento aclararon cómo se implementará la reforma en las escuelas técnicas o artísticas: “Una situación bastante compleja para escuelas como la nuestra, en donde los últimos años se dictan las materias más importantes que tienen que ver con nuestra especialización”, aclaró.
En el mismo sentido Lihuel, integrante de la Escuela de Música Juan Pedro Esnaola, afirmó: “La reforma educativa que intentan implementar es algo que afecta a toda la comunidad. Nosotros pedimos también por la validez nacional de nuestro título, que con la NES perdimos porque plantea hacer desaparecer la especialidad artística. Con la reforma creemos que quieren hacer algo parecido porque en todos los documentos que hay no se especifica qué va a pasar con las artísticas y las preguntas son constantemente esquivadas”.

Alejo, alumno de la Escuela de Educación Media Nº1 Federico García Lorca, coincide con el resto de los alumnos: “En nuestro caso quisimos votar por la toma para respaldar a Escuelas que venían con la medida desde mucho antes y no estaban siendo escuchadas, como el Instituto Tomás Devoto y el Liceo 9 Santiago Derqui. Ellos empezaron una semana antes que nosotros y no obtuvieron resultados. Era importante unirnos porque todos estamos en contra de la reforma. Una reforma de la que nos enteramos porque los alumnos estamos organizados y porque el centro de estudiantes se encargó de difundirlo, porque sólo existe un pdf que intenta decir de qué se trata”.
Para Alejo “la reforma lo que hace es, básicamente, cambiar lo que se había pensado hacer. Quisieron implementar la nueva secundaria de calidad y sin siquiera terminarlo ya quieren implementar otro”. En relación a las experiencias laborales durante el quinto año que plantea la reforma, Alejo expresó que en el caso de su escuela existieron casos desalentadores: “Hemos tenido experiencias nefastas. El colegio terminó muy mal con las empresas porque el propio alumnado denunció que en pasantías en las que debían aprender tareas de contabilidad los hacían levantar cajas”.
Maximiliano, alumno de la Escuela Julio Cortázar, sintetizó las denuncias hacia el proyecto presentado inesperadamente por Cambiemos: “No nos participaron y eso tiene como consecuencia que nada de lo que plantean se adecua a la realidad edilicia de nuestras escuelas. Videojuegos, búsquedas en internet, trabajos en la PC, mientras que en la escuela no tenemos ni equipos ni red de wifi”.
“Una de las cuestiones más polémicas es que quinto año pasa a ser un año para prepararte en la inserción del mercado laboral. Eliminan contenidos de ese año que suelen ser los más interesantes. En nuestro caso tenemos radio, periodismo, comunicación cultural, todos contenidos que se perderían y tiempo que pasaría a estar en un cincuenta por ciento dedicado a la búsqueda de trabajo en empresas y el cincuenta por ciento restante se utilizaría para charlar sobre emprendimientos y maneras de encontrar trabajos precarizados, un tema muy de moda por estos días”.
Además, y al igual que el resto del alumnado, Maximiliano aseguró que “En articulación con los docentes, en la reforma vemos que no cambia solo la forma de aprender sino también la de enseñar. No se sabe quiénes son, si tienen que tener carrera docente, si tienen los derechos laborales de los docentes – que fueron atacados durante todo el año – y si tienen respuestas, ya que todas las preguntas han sido contestadas con evasivas”, afirmó Maxi que, además, es integrante de la Coordinadora de Base de los Estudiantes, un espacio que nuclea a más de sesenta centros de estudiantes de la Ciudad de Buenos Aires.
La lucha no es recreo
“Hay mucha desinformación. ¿Qué adolescente quisiera dormir en su escuela? La situación de toma no es sencilla, hay mucho trabajo detrás”, afirma Josefina. En su escuela -ubicada en Avenida del Libertador 8635 – los días de toma se vieron repletos de actividades: “En nuestro caso se dieron clases de historia del arte, se realizaron talleres de tango, talleres de blues, se abrió una comisión por Santiago Maldonado, se diseñaron carteles y mateadas con integrantes de otros centros”.
En el caso de la escuela de Lihuel “se armaron talleres, vino por ejemplo el Chiqui Falcone, se realizaron cursos de stencil, de apoyo de música y del bachiller para que los pibes no se pierdan ni se atrasen y se realizó un festival el último domingo”.
“Hay charlas cada día y en todos los horarios. Cada jornada viene alguien diferente a hablar. De la reforma, de violencia institucional, padres, referentes de la educación, docentes, charlas abiertas, jornadas de deportes, de juegos, talleres de serigrafía, radios abiertas. Las escuelas estamos haciendo de todo”, afirmó Alejo.
Todos los alumnos comentaron que, además del aprendizaje que implica la realización los talleres y de actividades, la situación de toma es una enseñanza diferente y compleja en sí misma: “Nos organizamos, tomamos decisiones. Todo funciona gracias a la división de comisiones de limpieza, de comida, de seguridad y de cultura. Cada uno tiene una función y logramos convivir armoniosamente”, afirma Josefina.
La escuela tomada genera un espacio de aprendizaje muy distinto al tradicional, pero es al fin y al cabo, otro gran aprendizaje para todos nosotros. Padres y docentes se acercan a hacer actividades, diferentes personas que dan talleres, hubo clases de elongación, talleres contra violencia de género, otros sobre los medios de comunicación y seguimos teniendo actividades hasta entrada la noche como espacios de cine debate”, agrega Maximiliano.
Camila, integrante de la Raggio, afirmó: “Escuché que se habla de vagancia. Pero creo que hay un desconocimiento muy grande. Principalmente porque nosotros estuvimos en la escuela haciendo talleres, estudiando, limpiando todos los bancos de todos los pisos, limpiando las puertas de los baños. No es que estamos en las tomas mirándonos la caras. Estamos tratando de movilizar, de que nos escuchen, de poner en discusión dentro de la sociedad el tema de la secundaria del futuro. Queremos que se visibilice, que todos puedan hablar, debatir y claramente queremos estudiar y que la educación mejore. La toma es una manera de que se visibilice justamente porque no somos vagos sino que queremos estudiar más y mejor”.
Cuando las mayorías no alcanzan
581 votos a favor y 275 en contra. La Raggio fue tomada el mismo viernes 15 de septiembre en el que se realizó la votación. Sin embargo, por diversos motivos, los alumnos decidieron finalizar la medida el pasado lunes. “Recibimos muchas amenazas de los que no estaban favor de la toma. Alumnos, padres y profesores que se oponían a la medida que había sido votada tuvieron reacciones muy violentas.Algunos profesores amenazaron con no aprobar el trimestre a aquellos alumnos que votaran a favor de la toma. Un grupo de alumnos le dijo a una compañera que si participaba de la toma la iban a violar. Esos fueron los términos en los que se manejaron”, relata Josefina.
“El clima de la gente afuera fue amenazador, hubo muchos insultos, vino gente el sábado a las tres de la mañana a sacar carteles de la puerta con capuchas puestas, nos robaron banderas, fue horrible”, agrega Camila.
Aún así, y a pesar de las atrocidades expresadas por diferentes integrantes de la comunidad educativa, los alumnos decidieron dar de baja la medida votada por las mayorías para intentar integrar a todo el alumnado: “No fue sólo el temor a las represalias. Muchos de los que estaban en contra decían que se les quitaba su derecho a estudiar, lo cual no era cierto porque había clases abiertas y si el profesor quería ir a dar clases podía. Sin embargo, el gobierno emitió una resolución en la que dejaba fuera de todos los torneos a las escuelas que estuvieran tomadas. Esta semana había torneos de química, matemática, atletismo y distintas disciplinas en las que no quisimos afectar a los compañeros que no estaban de acuerdo con la toma y querían participar”.
Las votaciones que definían la toma de la escuela se habían realizado en tres asambleas de turno mañana, turno tarde y turno noche. La votación había sido realizada en cuartos oscuros y el voto era secreto. Además, durante el recuento había autoridades de la escuela e integrantes del centro de estudiantes. Aún así, la medida se levantó para lograr unificar fuerzas y luchar a través de medidas que permitan que la totalidad de los integrantes, en contra de la reforma educativa, pueda expresarse.
“Los que estaban en contra de la toma decían que ese no era el modo y que deberíamos buscar otro. Lo que estamos haciendo es ver si nos podemos unir todos en contra de la reforma porque eso es lo importante. Vamos a buscar otros metodos, espero que podamos unirnos porque es una causa importante”, expresa Josefina.
“Para mi es importante la opinión de quienes están en contra de la toma. Pero les diría que recuerden que la nuestra también lo es. Que no crean que la suya es más válida que la nuestra y que aunque sea válida hay una realidad: la toma fue decidida en democracia, por voto secreto, con una elección super transparente en la que participaron supervisores, directivos e incluso un representante del Ministerio de Educación que nos agradeció por cómo habíamos organizado todo”, dijo Camila al respecto.
En otras escuelas, que aún continúan la toma, la situación fue menos violenta. En algunas, como el Colegio Nacional de Buenos Aires, la toma se revalida cada día en voto de todo el alumnado. Aún así, se enfrentan a situaciones de oposición dentro de la propia comunidad educativa: “Hay personas en contra por diferentes motivos. Algunos están en contra porque tienen miedo, pero me parece que el riesgo que corremos de perder la educación pública de nivel medio da más temor. A otra gente no le parece la mejor medida, porque es la más extrema, pero a mi me parece que en el contexto que estamos con mas de 30 escuelas tomadas, podemos lograr que el Ministerio nos escuche. También hay algunos padres en contra porque son muy oficialistas, son los que denunciaron a profesores por apoyarnos en la toma o por hablar de Santiago Maldonado”, dijo Lihuel a Nuestras Voces.
Muchas preguntas, pocas respuestas
“¿Cuál es la diferencia entre docentes y facilitadores? ¿Los docentes van a tener el mismo espacio que los facilitadores? ¿Cuál es el propósito de la diferenciación, por qué se llaman facilitadores, van a cobrar menos? Que tendrán menos capacitación ya lo sabemos. Si nuestros padres no nos autorizan a trabajar, ¿cómo haremos para aprobar el quinto año? ¿Con qué criterio van a recortar los contenidos para que durante el último año trabajemos? ¿Por qué tenemos que trabajar para empresas privadas cuando se pueden hacer tareas solidarias o públicas? ¿Por qué tenemos que ayudar a una empresa y no a la comunidad? ¿Cómo van a implementar esta reforma en las especificidades de las escuelas técnicas? ¿Cómo piensan aplicar las tecnologías en escuelas en las que se caen los techos? Los colegios se caen a pedazos y en muchos no tenemos ni papel higiénico. Conectar igualdad fue desmantelado y nunca pudieron poner wifi”.
Camila, desde su participación en el centro de estudiantes, tenía muchas preguntas por hacer. En la primera reunión que tuvieron con la ministra de educación porteña Soledad Acuña el pasado martes 12 de septiembre, no hubo respuesta a ninguna de ellas. Ayer, los centros de estudiantes fueron recibidos por segunda vez por el ministerio. Sin embargo, los resultados fueron los mismos.
Hoy las escuelas se encontrarán en Asamblea. A las 19 horas habrá una conferencia de prensa en el colegio Nicolás Avellaneda (El Salvador 5528 – CABA). Las tomas continuarán, por lo menos, hasta el viernes, día en el que todos los alumnos marcharán desde el ministerio de educación nacional hacia el ministerio de educación porteño.
“Uno puede o no estar de acuerdo con la toma, pero no podemos permitir que el debate sea ese. Lo que se busca es poner en la agenda social la problemática concreta. El eje tiene que estar en la reforma educativa porque siempre lo que termina pasando es que cuando tomamos una medida extrema se pone el ojo en la medida y no en escuchar el reclamo que se intenta hacer oír”, afirmó Maximiliano.




Fuente: http://www.nuestrasvoces.com.ar





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