Buenos Aires, 1-7-1974
Soldado llorando al paso del cortejo funebre del General Perón.
Roberto Vassie, en 1974, llora desconsolado durante el funeral del presidente Juan Domingo Perón |
Fue un una tarde de
dolor como pocas veces vi en mi barrio, en mi familia, en Buenos Aires, en la
Patria. El viejo General se había ido, ya no quedaban más que
incertidumbres para aquellos días de 1974. Cuando volvimos del
funeral y apenas si pudimos despedirlo con la gente hecha un llanto y
la aflicción como rostro perdido de la ciudad silenciada por la
muerte. Al llegar, reiteraban el cortejo y estando en el living de casa con mis
viejos y mis hermanos, todos al unísono saltamos al verlo diciendo:
Mirá cómo llora!! Y después no pudimos más porque
ese llanto y saludo de soldado era más que eso, llanto y saludo de una
Nación y un pueblo que por encima de las ideas, fue
aquel día como nosotros, un soldado más saludando a su querido
General que se iba dejado tanto dolor como cuentas sin cerrar y tanta lucha por
delante como sueños había despertado su portentosa presencia en la
historia, la nuestra, la de los trabajadores. Aquel soldado, ese día, en
esa tarde de cortejos mortuorios y de rezos populares, fuimos todos o
casi todos...
Raúl Olivares.
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