martes, 17 de julio de 2012

LAS PRISIONES Y SUS SEMEJANZAS / UNA MUJER HEROICA


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¿Puede extrañar que la prisión se asemeje a las fábricas, a las escuelas, a los cuarteles, a los hospitales, todos los cuales se asemejan a las prisiones?



Michel Foucault

"No creo que seamos parientes muy cercanos, pero si usted es capaz de temblar de indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo, somos compañeros, que es mas importante".

Ernesto “che” guevara.


Foto_Andrea_Casamento
                                                                                                 Andrea Casamento                                                                                            

Doy continuidad al artículo anterior de la Agencia Rodolfo Waslh en apoyo a un replanteo social y legal serio del sistema carcelario que termine alguna vez con la cárcel como estructura de reciclaje del delito, de negocio para el poder, de castigo y exterminio. En qué precisamente, éstas se asemejan a las fábricas, a las escuelas, a los cuarteles, a los hospitales? En eso que las distingue a todas, su posición de poder frente a la sociedad, insertas en ella y el modo en que, cada una en su función jerárquica, orientan, forman, supervisan y disciplinan su sometimiento.
Una sociedad más justa, no puede tolerar ni la criminalización de la pobreza ni su "solución final" o "mano dura" en mazmorras infernales que no solo no resuelven el problema, sino que por el contrario, lo agravan aún muchísimo más.
Nos debemos plantear responsablemente qué queremos hacer efectivamente en este sentido. Cuando muchos con razón, exigen terminar con la inseguridad y proteger el derecho de sus vidas, no es para nada ilógico, así también, pensar criteriosamente que en la raíz de ésta crisis real, expuesta por los medios masivos de comunicación social y por las corporaciones de prensa, de la manera más deliberada y planificada hacia un fin determinado: manipular la opinión pública y re-direccionarla permanentemente a sus objetivos; en la raíz del asunto, en el fondo decía, no está sino este modelo, el neoliberal, con su escandalosa y vasta exclusión social, su  doble producción más genuina, la pobreza de enormes sectores de la población y su fenomenal riqueza que ostenta obscenamente todo su poder día a día, propiciando un consumismo que compele a vivir de un modo determinado o no ser y en todo este maremágnum de miserias materiales y humanas, los comportamientos desesperados de muchos, sin futuro, sin horizonte e incluso ya, con prácticas cuasi-delictivas o delictivas como desgraciado legado social, cultural y familiar que se trasmite de padres a hijos. Sin especificar extensamente el auge y crecimiento excepcional del  fenómeno del narcotráfico y el negocio de las drogas en otros niveles sociales, no solo como consumo, sino también como "cuenta-propismos" o "emprendimientos" a modo de vida, verdadera calamidad, fuente asimismo de otros variados y múltiples estragos. Entonces, la complejidad de la realidad emergente, nos interpela para atacar el meollo del conflicto y no sus aspectos tangenciales, propicios para otras políticas que solo serán funcionales al mismo poder de turno, sin cambiar nada porque lo que desean en lo más íntimo es eso, no alterar el estado de las cosas y de esta manera, la causa del mal, el aludido modelo, el cual profundizarán y prolongarán como en definitiva les convenga a sus intereses y así estaremos en la indefinida continuidad de una perversa maquinaria de Estado, aceitada y  lubricada para vigilar y castigar parafraseando a Foucault. Si aceptamos resignadamente esta imposición, bajada en la práctica como "verdad revelada" que no debemos ni podemos cuestionar, o bien si nos decidimos por ella, convencidos de "su lógica" como remedio "provisorio-definitivo", o la permitimos bajo las diferentes formas encubiertas de complicidad y conformidad, no nos sorprendamos después de lo que sucede en la corteza de nuestra sociedad, porque lo que se refleja e impacta en ese espacio de convivencia, es el fruto de nuestra masa critica interna, de sus choques, sus enfrentamientos y su pugna por alcanzar mejores condiciones de existencia ante el Leviatán de la historia, el Estado,  bajo todas sus formas de opresión, entre las cuales, una de sus preferidas está la prisión, símbolo de su sueño de omnipotencia y reservorios inhumanos especializados en trastocar la vida en insoportables purgatorios de tormentos terrenales.




Más allá de esto, veo ahora la imagen de Andrea Casamento, admirable ejemplo de lo que puede la dignidad humana, aún en las más adversas circunstancias y contingencias del destino a que nos tiene condicionados el sistema y con esa estampa furiosa y heroica me animo a comprender su lucha, su empecinada y enérgica pasión por justicia. Su gesto de pública trascendencia por su hijo, su marido, los detenidos de toda cárcel, de toda prisión,  en todo el extenso país; que debe ser atendido, debe ser resuelto, porque su causa es incuestionablemente justa y aunque en principio, aparezca como propia, es proyecto y semilla sembrada que hace al bien común, preferencialmente de todo aquel que al conmoverse por una injusticia, debe ser tenido como compañero, según lo enseñaba aquel revolucionario comandante que entregó su vida por hombres nuevos en una sociedad nueva.

Raúl Olivares.-
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