EN UN LUGAR DE QUILMES

Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo".

Eduardo Galeano.

Para Guille y Beli.

En un lugar del mundo llamado Quilmes, en un barrio de trabajadores y obreros, hoy "los niños fueron los únicos privilegiados." Muchos sacrificios y un gran compromiso militante hicieron posible que muchos, no solo los chicos, sino también la comunidad, se uniera y como en un mágico o milagroso hecho, la alegría se hiciera presente. Todos recrearon una existencia más digna, más justa, más plena; todos se reunieron y celebraron lo más sagrado que podemos tener como pueblo, como familia, como hombres: La vida. Y al festejarla, la vida se vuelve felicidad.  Ella, tan esquiva y  aseñorada, es un derecho, no es solo un "toque" del destino, un privilegio de los dioses que de tanto en tanto conceden a ciertos pobres mortales... La felicidad la construimos, es una creación, un arte y un oficio. Es una realidad que ya está presente. A primera vista, aparece como si estuviese oculta, sin embargo su "misterio" solo es un mito de aquellos que se hallan entreverados con los duendes y los  demonios de nuestra Cultura... Son como esos tesoros escondidos en "lo nuestro" que  hay que descubrir, pero que solo nosotros podemos hacer patente. 

Más allá de ideologías, políticas partidarias o posturas de cualquier índole, hoy en un lugar del mundo llamado Quilmes, el privilegio fue para ellos, los habitantes de ese espacio maravilloso que nos hace humanos, hermanos, vecinos, amigos, compañeros: El barrio...

Es posible la felicidad!! Que lo digan los chiquitos que no olvidarán nunca este día de Encuentro.

Compartir, compartir!! Este verbo en infinitivo que tanto se utiliza ahora en las redes sociales, se hizo eso, verbo en la práctica. Compartir, compartir, que se multiplique en la vida, como hoy se manifestó por las calles de ese pequeño, dinámico y encantado lugar de Quilmes...

Raúl Olivares.-
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