No crucemos el puente
Por Gabriela Cerruti
Estamos yendo a un enfrentamiento civil.
Sepámoslo, advirtámoslo. No repitamos ni el silencio ni los aplausos frente a las bravuconadas, los desafíos, las estigmatizaciones que tejen una espiral que inevitablemente termina en el enfrentamiento de grupos que creen representar a un sector de la sociedad con otros grupos que creen representar al estado. Alentados muchas veces por el mismo estado que debería ser quien resguarda y armoniza.
Quienes durante años estudiamos la memoria colectiva, sabemos que no se recuerda para que no vuelva a suceder sino para ser capaces de ver los hilos que llevan a las tragedias. No suceden de un día para otro, no se desatan por una orden, no tienen jefes claros.
Son un camino recorrido paso a paso.
Empezar a llamar "terroristas" a quienes se oponen a las ideas gobernantes es el inicio de la legitimación de la violencia institucional.
Descalificar a cientos, miles, millones de argentinos que este año como durante las últimas décadas pero tal vez con más potencia que nunca macharon por la memoria, la verdad y la justicia es tratar de sacarlos de la democracia, la historia y la sociedad. Además de no ver el sujeto social en movimiento más allá de su propio círculo de interés.
Entrar en el juego de la espiral de violencia verbal y en la calle, mostrarse como la contracara de esa violencia estatal es ser funcional y ponerse en el lugar que necesitan para llevar adelante su plan y presentarse como garantía de la democracia y la pacificación.
Necesitan violencia porque sólo generando terror en la población pueden legitimar su permanencia en el gobierno para llevar adelante el proyecto político económico de saqueo de nuestros recursos naturales, de destrucción de la Patria Grande como entidad histórica, de hambre y pobreza para millones y millones mientras los grupos poderosos se enriquecen con una codicia y avaricia que subvierte los mínimos valores de solidaridad de la condición humana.
Dice Zygmunt Bauman que las grandes tragedias históricas son el encuentro extraordinario de circunstancias ordinarias y que se construyen paso a paso, con la teoría de "cruzaremos el puente cuando lleguemos a él".
No cruzemos el puente.
Domingo, 2 de abril de 2017
Fuente: http://www.elortiba.org/
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