May dijo que ella puede asegurar “la prosperidad” de los británicos; Corbyn prometió que gobernaría para todos, no para una minoría.
Los británicos decidirán si ratifican el liderazgo conservador o apuestan por un cambio
Una luz de esperanza para frenar el ajuste de May
Por Marcelo Justo
PáginaI12 En Gran Bretaña
Desde Londres
Mientras la primera ministra se postula como la mejor negociadora del Brexit, el líder laborista Jeremy Corbyn centra su mensaje en la lucha contra la austeridad. La ventaja de May se achicó durante la campaña.
En un frenético recorrido por todo el país en el último día de campaña Theresa May y Jeremy Corbyn buscaron persuadir a un electorado que ha desorientado por completo a los encuestadores. La primera ministra, que sigue siendo la favorita de los sondeos, terminó su campaña en Birmingham con un llamado a que le den el mandato que “necesita el Reino Unido” para asegurar la prosperidad de los británicos de cara a las negociaciones por el Brexit que comienzan 11 días después de los comicios.
El líder laborista comenzó a las 8 de la mañana en Glasgow, Escocia, y terminó cinco actos de campaña más tarde, a las 9 de la noche, en su distrito electoral de Islington, norte de Londres. Corbyn centró su mensaje en la lucha contra la austeridad, la necesidad de un gobierno para todos y no para una minoría. “No podemos continuar con este nivel de injusticia y desigualdad. Todo británico merece tener todas las oportunidades en educación, en salud, en la vivienda y la estabilidad que necesita para desarrollar su potencial. Esta es una elección entre la esperanza y el miedo. No podemos permitir otros cinco años de austeridad”, dijo Corbyn ante una multitud en Islington.
Los dos líderes procuraron centrar sus discursos en el tema de campaña preferido, pero no pudieron escapar de la larga sombra de los atentados que han asolado el Reino Unido en los últimos 70 días. En un desembozado intento de capturar el voto más a la derecha del electorado, May insistió con su polémica idea de cambiar la legislación de derechos humanos si encuentra que obstaculiza la lucha contra el terrorismo, algo que podría colocar al Reino Unido fuera de la Convención Europea de Derechos Humanos. La respuesta de Corbyn fue que la lucha contra el terrorismo “se gana con más democracia”, no con menos.
Mientras se producía este debate se confirmaba que el español Ignacio Echeverría, analista del HSBC, era la octava víctima fatal del atentado del sábado. Echeverría había saltado de su bicicleta para ayudar a una mujer que estaba siendo atacada por uno de los terroristas. En la tarde una nueva información se añadía a esa especie de escalada terrorista que parece haberse cernido sobre el Reino Unido. Según confirmó por la noche la BBC, tres mujeres atacaron a golpes y con un cuchillo a una mujer que trabajaba en una guardería en Wanstead, noreste de Londres. El Daily Telegraph había informado que las tres mujeres de “aspecto asiático” (en este contexto de origen paquistaní) gritaron “Alá” al atacar a la mujer antes de escaparse ante la intervención de un transeúnte. La BBC no hizo ninguna referencia al aspecto de las atacantes.
En plena campaña, los diarios también definieron su posición con portadas que, en su inmensa mayoría, eran descaradamente anti-corbynistas. Es tradición en todas las elecciones que los diarios declaran abiertamente a quien apoyan. El semanario The Economist lo hizo la semana pasada inclinándose por los liberal-demócratas, el The Guardian, el dominical The Observer y el tabloide Daily Mirror le dieron el voto a Corbyn. El resto de los títulos apoyaron a May desde un virulento discurso anti-laborista que no solo se explicitó en los editoriales sino en las propias tapas y páginas interiores.
El The Sun y el Daily Mail mostraron fotos de Corbyn, su portavoz económico John Mc Donnell y la del interior Dianne Abott acusándolos de jihadistas y “apologistas del terror”. El Evening Standard, cuyo editor es el ex ministro de finanzas conservador, George Osborne, tituló “Corbyn chaos” y llamó a evitar una catástrofe para el Reino Unido. El ataque fue tal que en las redes sociales apareció el Hashtag #LastMinuteCorbynSmears (calumnias de último momento contra Corbyn) con comentarios irónicos sobre cómo Corbyn canta el Merry Christmas con la música de la Internacional, cómo recalienta el té en el microondas (referencia a su estilo austero) y “Corbyn ama a Satán”.
No solo los periódicos decidieron publicar su voto. El célebre físico Stephen Hawking, autor de Historia del Tiempo, catedrático de la Universidad de Cambridge, declaró su apoyo a Jeremy Corbyn. Hawking sorprendió a todos porque hace un año había criticado las políticas de Corbyn, pero ahora la situación del servicio público le hizo cambiar de opinión. “Voy a votar al laborismo porque otros cinco años de gobierno conservador serían un desastre para el Servicio Nacional de Salud, la policía y otros servicios públicos”, dijo Hawking, que fue diagnosticado con una enfermedad neuronal incurable a los 21 años y siempre ha defendido a muerte el Servicio Nacional de Salud.
Las últimas encuestas predecían una ventaja de entre 6 y 10 puntos para May, pero si muchos británicos tienen el mismo cambio de actitud respecto a Corbyn que su científico más prestigioso, la elección de hoy puede arrojar una de las grandes sorpresas de este siglo.
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