aportes en la crisis
PUBLICACIÓN EN SOLIDARIDAD Y APOYO A ABUELAS DE PLAZA DE MAYO Y FAMILIARES DE DESAPARECIDOS POR EL TERRORISMO DE ESTADO.
Victoria Montenegro con la foto de su padre, Roque "Toti" Montenegro, secuestrado y desaparecido . |
DESAPARECIDOS EL 10 de FEBRERO de 1976 a 1978.
ROQUE ORLANDO MONTENEGRO
No.CONADEP:7475, Decl.No:1430
Fue secuestrado en BS AS C.Post:0
No hay testimonio de su paso por un C.C.D.
HILDA VICTORIA MONTENEGRO TORRES
No.CONADEP:7476, Decl.No:1432
Fue secuestrada en BS AS C.Post:0
No hay testimonio de su paso por un C.C.D
ROQUE ORLANDO MONTENEGRO
No.CONADEP:7475, Decl.No:1430
Fue secuestrado en BS AS C.Post:0
No hay testimonio de su paso por un C.C.D.
HILDA VICTORIA MONTENEGRO TORRES
No.CONADEP:7476, Decl.No:1432
Fue secuestrada en BS AS C.Post:0
No hay testimonio de su paso por un C.C.D
No hay testimonio de su paso por un C.C.D
http://www.corrientes24.com/vivir-con-el-asesino-de-sus-padres/
Fueron identificados los restos de Roque Orlando Montenegro
Durante una conferencia de prensa brindada en la sede de Abuelas de Plaza de Mayo, Victoria Montenegro confirmó el hallazgo de los restos de su padre, quien se encontraba enterrado como NN en el cementerio uruguayo de Colonia desde mediados de 1976, y calificó la identificación de su cuerpo como "milagrosa". "No hace más que constatar que la represión comenzó previamente al golpe de Estado", sostuvo la titular de Abuelas, Estela de Carlotto.
CARTA DE VICTORIA MONTENEGRO
“La verdad alumbra lo que perdura”
En primer lugar quiero
agradecerles a todas y todos por acompañarnos en un día muy importante para los
que buscamos la Memoria, la Verdad y la Justicia.
Queremos compartir con ustedes, y con todos los ar...gentinos
y argentinas, que gracias al trabajo inclaudicable del Equipo Argentino de
Antropología Forense (EAAF) hemos recuperado los restos de mi papá, Roque
“Toti” Orlando Montenegro, que al momento de su desaparición tenía tan solo 20
años.
El 5 de julio de 2000 fui restituida por la búsqueda de Abuelas.
Me costó varios años asumir mi identidad y tratar de acomodar mi historia.
Mi apropiador me había dicho, en relación a mis padres, que
habían sido “abatidos” en un enfrentamiento que tuvo lugar en William Morris el
13 de febrero de 1976.
Sin embargo, la única verdad es la que aportó la
investigación realizada por el EAAF que confirmó que estuvieron secuestrados
durante varios meses y que mi papá fue víctima de los vuelos de la muerte. En
otras palabras, el operativo que nos secuestró fue anterior al 24 de marzo,
confirmando que hubo un plan sistemático anterior al golpe de Estado.
En lo personal siento que no existe una palabra para definir
tantos sentimientos encontrados. Por un lado, el dolor de conocer el destino
final de mi papá y saber que tuvo que pasar por situaciones que creía ajenas a
él. Y por otro, tener este sentimiento de paz que únicamente da la verdad.
Y hay una idea que siempre está presente: la de milagro.
Quizás sea un milagro esto que se da en la búsqueda de las
Abuelas. Fueron ellas las que con una muestra de sangre de mi familia lograron
encontrarme a 2.000 kilómetros de mi verdadero hogar.
Y también es un milagro que el EAAF, con una gota de mi
sangre, haya logrado identificar los restos de mi papá que estaban en Uruguay
desde mayo del ´76.
Por todo esto pienso que antes que el espanto de lo que nos
pasó, está la fuerza del milagro. Y todo cobra otro sentido.
Porque la lucha de las Abuelas y de los organismos; el
trabajo del EAAF y el compromiso de tantas personas anónimas, permitieron
devolverle la dignidad a mi papá, y que dejara de ser un NN en una tumba en las
costas de Uruguay.
Porque 36 años atrás mi papá tenía solamente 20 años y fue un
Estado genocida el que lo tiró al mar desde un avión. Y pienso en que mi hijo
mayor tiene la misma edad que su abuelo, y estoy agradecida de que sea el mismo
Estado argentino, pero esta vez conducido por personas comprometidas, el que
tiene como uno de sus pilares la defensa y promoción irrestricta de los
derechos humanos, el que permite que mis hijos, los nietos de Toti, puedan
levantar con libertad la bandera de la militancia. Más aún, mientras algunos
siguen insistiendo con el olvido o con que están “hartos de la dictadura”,
nosotros nos hacemos cargo de la historia, por muy dolorosa que sea, y al
desenterrar a nuestros seres queridos les devolvemos la dignidad.
Porque quiero trasmitir a aquellos que aun no dieron sangre
para identificar a sus familiares, toda la paz que da saber la verdad y poder
decidir el destino de los restos de nuestros seres queridos. Porque nos hace
mejores, como argentinos, cada vez que podemos identificarlos y cantar con más
fuerza “no nos han vencido”.
Mi papá es uno de los “cuerpos” que denuncia Rodolfo Walsh en
su Carta Abierta a la Junta Militar y es la prueba cabal en sí mismo del
macabro accionar de la última dictadura cívico-militar. Pero por sobre todas
las cosas es mi papá. Es el abuelo de mis hijos. Es el hermano de mis tíos. Es
al que hace un tiempo atrás empecé a extrañar y es quien de alguna forma, junto
al acompañamiento de mi familia, me ayudó y me ayuda a acomodar la verdad, que
es la que “alumbra lo que perdura”, lo que seguiremos construyendo.
Muchas gracias a todos por todo.
Victoria Montenegro
23 de mayo de 2012
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