Lunes 30 de noviembre de 2015 |
LIBERTADES DEMOCRÁTICAS
Abuelas recuperó al nieto 119 y su madre es sobreviviente de la dictadura
En un caso excepcional una exdetenida desaparecida recupera a su hijo nacido en cautiverio. Ella vive en Tucumán y él en Santa Fe. Hoy se encontrarán en Buenos Aires.
Mario Bravo hablando con FM Renacer (Foto LT10 Digital)
Mario Bravo vive en Las Rosas, provincia de Santa Fe. Esta mañana habló con una radio de esa provincia y confirmó que él es el nieto número 119 recuperado por las Abuelas de Plaza de Mayo.
En diálogo con FM Renacer, el hombre relató cómo llegó a confirmar su identidad y cómo fueron estos días en los que mantuvo conversaciones telefónicas con su madre biológica, sobreviviente de la dictadura tras estar detenida desaparecida en un centro clandestino de detención de Tucumán.
En su conmovedor relato, Bravo afirmó que “lamentablemente hasta ahora todos los padres de los nietos recuperados están ya muertos a causa del terrorismo de Estado. Los nietos recuperados se han encontrado con hermanos, con tíos y con abuelas, pero no con madres”.
“Recién el encuentro va a ser mañana”, confirmó, pero aclaró que desde hace días mantiene conversaciones telefónicas con ella. “Por lo que vengo hablando en toda la semana con ella, está rememorando todo, no es fácil. Ella estuvo dos años en cautiverio y por milagro quedó en libertad. Yo tengo dos hermanos mayores y ella vivió amanezada mucho tiempo, con lo que no podía en esas épocas buscarme. Y con el agravante de que seguía un represor como (Antonio Domingo) Bussi en el gobierno. Tan es así que en 1995 fue electo otra vez gobernador de Tucumán. Es decir que el temor siguió hasta estos años”, dijo Bravo.
Respecto a la búsqueda encarada por su madre, de quien aún no se dio a conocer su nombre, Bravo dijo que “en 2007 se anima y por medio de Abuelas de Plaza de Mayo comienza su búsqueda. Allí da su muestra de sangre en el Banco de Datos Genéticos y comienzan las averiguaciones”.
La búsqueda fue compartida, ya que él también dudó de su identidad y recurrió al organismo de derechos humanos. “Yo ya venía hablando con Abuelas desde febrero. El 26 de agosto me llaman desde la coordinación general de la CONADI y Abuelas y me hacen una cita en el Hospital Durand de Buenos Aires, donde funciona la base de datos genéticos, porque querían verme en una entrevista personal. Ahí van surgiendo los datos y vino un proceso de pruebas y contrapruebas. Pasaron los meses y hace diez días me llamaron desde la oficina de Derechos Humanos para citarnos nuevamente y en esa cita me piden la autorización para que se comunique a Abuelas el resultado de los análisis y entonces después Abuelas se comunicó conmigo”, relató.
Sobre sus sensaciones a partir de la confirmación de que es un nieto recuperado y de que su madre está viva, Bravo dijo que “son muchísimas emociones encontradas. Uno hoy es padre y eso impulsa muchísimo”. Y respecto del encuentro con su madre mañana martes en la Ciudad de Buenos Aires, el hombre afirmó que “recién ahí voy a saber muchísimas cosas más. Ella tiene una ansiedad terrible, acaba de mandarme un mensaje diciéndome que recién llegó a Retiro y la fueron a buscar de Abuelas para contenerla”.
Si bien desde Abuelas de Plaza de Mayo confirmaron la noticia de forma extraoficial, Bravo manifestó que “lo que es una presentación oficial propiamente dicha no sé cómo va a ser. Ella, por ejemplo, está reviviendo cosas muy feas. Cuando hablamos la primera vez, el lunes pasado, el llanto y el revivir todo fue inevitable, si bien hace siete años que viene trabajando el tema a nivel psicológico. Y también revive el temor. Quizás no sea tan así, pero ella dice que hay que tener cuidado porque ’acá no están todos presos todavía’. Entonces ella quiere salvaguardar su identidad”.
Bravo confirmó que su madre es tucumana y él nació “en cautiverio. Hasta hoy lo único que ella puede recordar de mí es mi primer llanto. Ni siquiera supo si yo era varón o nena. La encapucharon y no pudo escuchar ni ver nunca más nada”.
Finalmente el nieto 119 anticipó que “el encuentro va a ser totalmente especial. Desde el lunes pasado que quedamos en que nos vamos a encontrar ella cuenta las horas, los minutos, los segundos. Porque hace 38 años ya. Ella me esperó siempre. Cuando la secuestraron ya tenía dos hijas chicas (que fueron criadas una en un orfanato y otra por unas vecinas) y cuando sale rehace su vida y tuvo cuatro hijos más. Y hoy todos dicen que ella festeja cada navidad y cada año nuevo haciéndome un lugar a mí. Y mi papá sigue desaparecido, pero eso lo voy a saber mejor cuando me encuentre mañana con ella”.
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