“Estar en la calle significa no acceder a la educación, no ir a la escuela, o estar inscriptos en alguna escuela pero discontinuar permanentemente su educación, ‘comer a los premios': al mediodía en un comedor y a la noche no, estar expuesto permanentemente, al tránsito, a la gente desconocida, a los riesgos de estar todo el tiempo en la calle; y que, cuando se acaba la plata haya que buscar estrategias de supervivencia. Enfermedades que no se tratan, las infecciones son muy comunes, y entran por la guardia con cuadros re complejos que deberían ser una pavada. Es una constante de vulneración de derechos”afirma Clarisa Gambera, de la Central de Trabajadores de la Argentina de la Ciudad de Buenos Aires, integrante del Espacio de Niñez".
El sistema de prestación de servicios del PAMI en Buenos Aires, la atención de geriátricos vinculados con el mismo; y en otro nivel político, pero en el mismo sentido, la emergencia habitacional, la situación creciente de cada vez más gente en situación de calle, el estado deplorable de hoteles y pensiones, que albergan a una población muy diversa y cuantiosa carente de todo derecho, más la escandalosa reducción a la servidumbre de muchísimas familias(también de diverso origen), en talleres clandestinos relacionados con la trata de personas; hacen que esta publicación-solidariamente con todos-denuncie como imperativo el efectivo y urgente ejercicio de políticas públicas y sociales, que en principio, asuman su inherente responsabilidad, ocupándose seriamente de la presente crisis en plena expansión; al mismo tiempo que, consecuentemente con su función, ofrezcan una vía activa, donde empiecen a transitar soluciones reales al complejo tema mencionado.
La promoción humana de todos estos hombres, mujeres y niños, es una realidad que pende de la balanza de la deuda interna de este gobierno nacional y el de la ciudad como un estigma innegable que debería ser afrontado, desde la verdad, aunque ésta sea lamentable, porque nos remite a la realidad, que en definitiva, es exponencialmente más trágica y dolorosa en la carne de quienes la sufren, que las frías estadísticas de los aparatos de “gestión y gobernabilidad” del Estado, que no solo no gestionan ni gobiernan, sino, que en la desidia, profundizan abismalmente, aún más, la intrincada trama del conflicto.
aportes en la crisis.-
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