viernes, 30 de septiembre de 2011

DIA MUNDIAL DE RECUERDO POR TROY DAVIS: EJECUTADO POR EL ESTADO

"NO EN MI NOMBRE"

TROY DAVIS, EJECUTADO POR EL ESTADO DE GEORGIA, EEUU, EL 21/09/11.-





"Esta lucha para poner fin a la pena de muerte no se gana o se pierde a través de mí, sino a través de nuestra fortaleza para seguir adelante y salvar a toda persona inocente en cautiverio en todo el mundo. Tenemos que desmantelar este sistema injusto, ciudad por ciudad, estado por estado y país por país."


"Estoy impaciente por estar a su lado, no importa que sea en forma física o espiritual. Espero el día cuando pueda anunciar: “Soy Troy Davis y soy libre!”
Carta de Troy Davis.


23.08,  esa fue su última e  incalificable hora, llevado por el pasillo de la muerte Troy Davis carga en sí con el asimétrico y  espantoso peso de la condena del Estado. La discriminación de un sistema que ha institucionalizado las ejcuciones como forma de castigo, es siempre hacia los grupos más debiles e indefensos, hacia los que no cuentan con los medios económicos para sustentar un juicio justo, con  la  defensa apropiada que  confirme la indispensable "presuncion de inocencia" que en Georgia y otros Estados de América no existe.
Con que derecho el Estado asesina? Con ninguno!! La especulación del modelo norteamericano es que aquel que mato, se ha salido del derecho a la vida que ampara y garantiza la norma Internacional del que EEUU es parte y por lo tanto, la constitución ya no lo protege, todo lo contrario, puede y debe condenarlo . Este sofisma no hace más que confirmar que la sistematización de la muerte por el Estado es un problema ideológico, político y social que de esa manera implementa la más absoluta arbitrariedad sobre el primero y más esencial de todos como es el de la vida. 

Troy fue sentenciado y ejecutado por ser negro, por ser pobre, por ser  inocente, por ser uno más en la larguísima cadena de explotación racial,  estratificada en muchos Estados de ese país que justifica así la criminalización de los marginados étnica y socialmente.


La abolición de la pena capital en todo el mundo es una meta alcanzable solo por el compromiso y la lucha de los objetores a este inicuo método que nos retrotrae a las condiciones más brutales y salvajes de la especie humana. Nada hay mas bárbaro, cruel y despótico que arrancarle la existencia a una persona y superlativamente, si quien se la quita es un régimen legal, una superestructura como la estatal. La ejecución de alguien por pena de muerte configura al ser, como propiedad de los gobiernos, que arremeten contra la persona humana arrogándose  la facultad de decidir sobre ella. Hay un "otro" que aparece para definir cómo y de qué  manera debemos vivir o morir.  Hasta que no nos saquemos este autentico  lastre social de encima, no habrá paz ni justicia para nadie, de ahí la real dimensión del problema de fondo en el que estamos inmersos.
Troy debe haberlo vivido así durante estos atormentados años que mortificaron su mente y su cuerpo, porque para más aún, el castigo no solo se circunscribe a la muerte en si misma, está el calvario de la espera, la angustia de las interpelaciones, la aflicción de todo el proceso hasta el detalle macabro del rito que denominan "protocolo",  para que la ejecución sea "mas humanizada", patético  y funesto  eufemismo  que remite al matadero.
Hoy lo recordamos activamente como él hubiese querido,  pero las  preguntas vienen: Hasta cuándo vamos a permitir que sigan?  Esta vez se cargaron con otra vida más... Pero, qué vamos a hacer para detenerlos? Tal vez la clave este en ese lema  de Amnistía Internacional: "El mundo puede cambiar,  pero no va a cambiar solo."

Raúl Olivares.-
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