miércoles, 10 de abril de 2013

AILEN Y MARINA JARA:UNA CUESTIÓN DE GÉNERO Y PODER


AILEN_Y_MARINA_EN_TRIBUNALES
Ailen y Marina Jara









"El aislamiento en las cárceles constituye una de las formas más extendidas de tortura y crueldad sobre las personas. Por que “somos personas y seres humanos” privados de libertad, solo eso. Esta medida se llama como les dije antes SAC (Separación del área de convivencia) Es allí donde se registra el mayor grado de violencia, además del padecimiento psicológico por el aislamiento y las condiciones del lugar.
El encierro es en celdas de 2 por 1,5 mts, con sanitarios a la vista que no funcionan o sea están re tapados, falta de luz, de calefacción, sin acceso al patio o nada, ni un poquito de luz de sol, la piletita toda tapada llena de agua podrida, no salía agua. Había una canillita arriba de la letrina (inodoro en el piso) el inodoro tapado también, la pared llena de moho. Es un lugar humillante, nadie del que no estuvo en esta situación en la que yo me encuentro podrá entender lo doloroso que es estar en este lugar así te sentís tan mal psicológicamente que hasta te dan ganas de suicidarte."

"Desde la tumba" relato de Marina Jara, Viernes, 22 de marzo de 2013.-



A ellas dos, a Ailen y Marina, que resistieron a esta maldita justicia, que después de 2 años y dos meses de haberlas mantenido autoritariamente privadas de su libertad, ayer se dio el gusto de condenarlas lo mismo, para luego sí, dejarlas libres, por el tiempo transcurrido(sin proceso debido) que ya habían cumplido: Una obscenidad jurídica más, de las muchas que deben haber en su cuenta...


Miércoles 10 de abril de 2013, después de la sentencia.-


La vergüenza ajena es una palabra muy lejana para describir lo que siento al leer estas líneas de Marina. Pienso en ellas, en su quemante, aborrecido infierno, en su calvario tan cercano. Yo, estoy aquí, escribiendo con híbridos vocablos de un lenguaje que ya no puede con la realidad, con lo inimaginable e inconcebible. Por qué? Me pregunto desde que supe de ellas dos... Me pregunto una y otra vez: Por qué? Y hay una respuesta que sobreviene a mi mente, tajante pero certera: Primero y ante todo, porque son mujeres. Efectivamente, como si realmente fuera "una maldición de origen", en este pérfido sistema patriarcal, a la mujer se la castiga solo por eso, por ser mujer, que es en definitiva, también, la cara visible de todo un andamiaje ideológico que sostiene con rigor las estructuras de predominio de varones, erigidas única, despóticamente por su condición de tal. "La fundamentación" de semejante arbitrariedad debe buscarse en el mismo régimen de autoritarismo y consolidación del poder masculino parental e institucional-desde la familia como base-en la presunción de supremacía que el varón "por solo ser varón" posee. Autocracia pura, lisa y llana, que establece el nivel de preeminencia en todos los derechos, en principio, los de carácter individual-consanguíneo, proyectándose a través de los tiempos, como una interminable sentencia que condena a la mujer, en sus relaciones privadas y sociales de generación en generación. Ese prevaricato determina desde que se nace hasta más allá de la muerte, los diferentes "honores y derechos" machistas; como la filiación, la propiedad, la herencia, la vida... Es decir, la sujeción plena, de hecho y de derecho de la mujer a los dictados del patriarcado. Con el garrote de estas "razones", el patriarca, el macho, ha resuelto en su beneficio excluyente, la distribución asimétrica del poder, y con ello, consecuentemente, la división sexual del trabajo, con la cual la mujer quedó esclavizada y relegada por siglos, marginada de toda posibilidad de ascenso social o progreso. De este modo, el citado régimen, se ha perpetuado, atribuyéndose las jerarquías y facultades propias e inherentes de ese "status", que por supuesto, sólo ha sido consolidado mediante la coacción-abierta o solapada, según las épocas-vía una cultura dominante y un universo de creencias atávicas, como único paradigma de lo real, que en un solo acto, se apropia del conjunto de los valores y la plusvalía del trabajo femenino.


Únicamente, la sangre, el amor y la furia que han dejado en sus luchas, manifiestamente en la era moderna(legado de todas las anteriores), le han permitido, al fin, alcanzar los más elementales de sus derechos inalienables. Nunca esa autocracia, hubiera resignado un solo centímetro de sus intereses y prebendas, si ellas, como sujeto histórico concreto, no hubieran asumido esta conciencia en la praxis revolucionaria. Con la que todo lo han conquistado a fuerza de inteligencia, tenacidad y un constante combate, desproporcionado exponencialmente, que solo la unidad y la organización sindical y política lograron vencer.

Pesa tanto el estigma que siempre va asociado a su descalificación de género, que se ha hecho costumbre en el dicho popular y vulgar, que finalmente, consiente su expoliación y servidumbre: “por haber nacido hembra...” El lenguaje machista-costumbrista, ratifica la ideología cultural como un todo. En estos términos, las mujeres son excluidas de su condición de personas hasta que ellas "no demuestren lo contrario..." Y cuando de una vez por todas lo logran hacer, hacer patente su persona como tal, ahí es donde son invisibilizadas, cosificadas como "aquello" que existe "sin más remedio", como "un mal necesario", "esas", "con derechos", pero sólo aprobadas, forzosamente toleradas, jamás integradas del todo... 


Segundo, y tan relevante como el primer punto: Porque son pobres, los pobres no sólo no son persona de derecho para este modelo en la práctica, sino que para el mismo, no significan nada, no existen en su lógica clasista más que para empobrecerlos. Es decir, para cargar sobre estos todos los males de una vida de explotación y humillación. "Para eso son pobres", para ser objeto de la iniquidad sistemática de sus amos, de sus patrones, de los poderosos. Y como el pobre no tiene recursos, obviamente tampoco tiene ligazón objetiva y verdadera con "el mundo" que decide sobre ellos; no tiene medios para hacerse valer, queda pobre de toda pobreza y excluido de toda justicia verdadera. Es un ser expuesto, así y sólo así, al escarnio de una supervivencia de brutalidad y barbarie. Ni siquiera sabe el pobre, en muchos casos, que es persona y qué significa esa condición!! Y si lo sabe, como lo evidencian en su lucha Ailen y Marina, se trata de un derecho que para el sistema, configura y establece un privilegio inaceptable del oprimido, que debe ser extirpado de cuajo, abolido en la práctica, por el solo efecto del sometimiento y el abuso consuetudinario, metódico y legal, que independientemente de todo otro concepto, incluso el jurídico-constitucional o a propósito del mismo, tendrá que ser rigurosamente determinado en la realidad. 


Entonces, en el enfoque inmanente al mismo capitalismo, anacrónico y obsoleto, pero aún vigente, el pobre como individuo, como fuerza de trabajo, está ya fuera de todo precepto jurídico y de toda norma del derecho burgués: Es un producto objetivado, despersonalizado. De manera muy especial, en la evidente ausencia del Estado, que de esta forma, adquiere por ineficacia, desidia y abandono, la total complicidad y responsabilidad en la conculcación y violación organizada, institucionalizada de los derechos humanos (que sí existen, muy a su pesar).-


Si a todo ello, debemos sumar el carácter que adquiere en la actualidad el Estado como parte de la superestructura capitalista moderna, en su función ínter-relacionada con el narcotráfico, las mafias nativas e internacionales, las corporaciones financieras asociadas al delito legitimado, es decir, un Estado cuasi-delictivo, cuando no solo es uno fallido; allí entonces, es donde podemos entender, que aún en la lejana periferia, este aparato de clase, mantenga un sistema de dictadura que se siente perenne, con connotaciones de feudo, represivo y de deliberada impunidad que le permite hacer y deshacer todo como mejor le plazca. Por eso, esta análoga impunidad, impera hasta ahora, sin sobresaltos, soberbia y arrogante, armando causas inherentes a una autoridad aristocrática, que hace del nepotismo una forma de gobierno y un estilo de vida, una autoridad que se cree incuestionable y omnisciente. Esas son las causas como las de Ailen y Marina, causas que son sólo una cuestión de género, sólo una cuestión de poder de una clase sobre otra...




Pero, "torres más altas se han caído..."


Raúl Olivares.-
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