viernes, 6 de diciembre de 2013

MADIBA: UN ADIÓS QUE NO QUIERE SERLO






A mi padre.

27 años de cárcel, apartado de su Cultura, de su Patria en su Patria, apartado, apartado con odio sin medida, apartado con todos sus hermanos de la Vida, de la Dignidad, apartados como residuos, como basura; apartados desde la explotación para ser más explotados aun. Apartados de los bienes que eran suyos, de sus riquezas, de sus derechos, apartados de todo menos del dolor, pero aun así, apartados a sufrir en un dolor apartado, silenciado, humillante, “un dolor de negros”, solo de “ellos”… Apartados del sistema que bendecía a unos con la mejor educación, la mejor salud, el mejor trabajo, y a ellos, apartándolos a una existencia que no conoce palabras para “explicarla”. Y en la nacida de ese inconmensurable Apartheid, él, él, Madiba, tribu de guerreros, etnia de valientes, unidos enfrentando a imperios con la sola Verdad de su razón, con la sangre derramada, multiplicada en muchos más que también cayeron y fueron simiente de abundantes venas abiertas como en otros continentes. No fue el odio, fue el amor más que el instinto, fue más la determinación que el miedo, fue más la perseverancia que todas las mazmorras, la templanza fue mucho más que los fusiles, los machetazos y balazos que abrían heridas en la ya enorme herida abierta y lacerada.

Lo veo en su cárcel, mirando a través de la ínfima reja que le abre el cielo y quién sabe cuántos deseos más, lo veo inconmovible, alentando la insurrección, la resistencia desde esa aparente pasividad de prisionero sin salida. Su celda, su uniforme gris plomo, su número de reo, son una afrenta tal a la dignidad humana que por patético se transforma en arma de indignación contra la injusticia. Pero eso no basta, hace falta un pueblo organizado, un pueblo esperanzado, un pueblo decidido a vencer: en él, en Madiba, se sintetiza ese conjunto de milagros, o al revés, quién sabe…

Gracias Madiba, gracias por ese fuego que no se apaga jamás, gracias por arder en la noche de las noches de la humanidad, gracias por brillar incesantemente, aún en la soledad de esos 27 años, con sus días y sus noches eternamente tortuosos. Madiba, ahora que partiste, como una estrella que allende en el infinito está apagada pero sigue siendo lucero en el universo y en el tiempo, como esa estrella, quieran las leyes de los astros, nos ilumines siempre, para porfiarnos, para machacarnos, como lo hiciste desde tu lucha, enseñándonos que el hombre es Libre en la Dignidad de su esencia o no es hombre.


Entonces, Madiba, este es un adiós que no quiere ser adiós…



Raúl Olivares.-
Todos los derechos reservados.-


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Invictus

Fuera de la noche que me cubre,
Negra como el abismo de polo a polo,
Agradezco a cualquier dios que pudiera existir
Por mi alma inconquistable.
En las feroces garras de las circunstancias
Ni me he lamentado ni he dado gritos.
Bajo los golpes del azar
Mi cabeza sangra, pero no se inclina.
Más allá de este lugar de ira y lágrimas
Es inminente el Horror de la sombra,
Y sin embargo la amenaza de los años
Me encuentra y me encontrará sin miedo.
No importa cuán estrecha sea la puerta,
Cuán cargada de castigos la sentencia.
Soy el amo de mi destino:
Soy el capitán de mi alma.


Invictus, Soy el Amo de mi Destino. Soy el Capitán de mi Alma.

(Poema de William Ernest Henley.)


Invictus es un poema escrito por el autor inglés William Ernest Henley.

La película “Invictus” refleja la importancia que este poema tuvo para el líder surafricano Nelson Mandela. Le influyó tanto que lo escribió en un trozo de papel y lo conservó con él los 27 años que estuvo encarcelado. Mandela admitió que quizás no hubiese podido soportar los largos años en prisión sin la ayuda de las palabras del poeta inglés.


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Apartheid

Johannes Gerhardus Strijdom, que sucedió a Malan como primer ministro en 1954, instauró además las siguientes leyes:
  • Los negros no podían ocupar posiciones en el gobierno y no podían votar excepto en algunas aisladas elecciones para instituciones segregadas.
  • Los negros no podían habilitar negocios o ejercer prácticas profesionales dentro de las áreas asignadas específicamente para los blancos.
  • El transporte público era totalmente segregado, tanto en trenes, buses, aviones, o inclusive los taxis de las ciudades.
  • A los negros no les estaba permitido entrar en zonas asignadas para población blanca, a menos que tuvieran un pase emitido por la policía. Los blancos también tenían que portar un pase para entrar en las zonas asignadas a los negros.
  • Edificios públicos tales como juzgados u oficinas de correos, disponían de accesos diferentes para blancos y negros.

Las principales consecuencias de esta situación fueron:
  • Las áreas asignadas a los negros raramente tenían electricidad o agua. Los hospitales también eran segregados: los hospitales para los blancos tenían la calidad de cualquier nación desarrollada, mientras que los asignados a los negros estaban pobremente equipados, faltos de personal y eran muy pocos en relación a la población que servían.
  • En 1970 la educación de un escolar negro costaba el 10% de la correspondiente a un escolar blanco. La educación superior era de un costo casi imposible de abonar para los negros.
  • El ingreso mínimo para el pago de impuestos era de 360 rand para los negros y mucho más alto para los blancos, unos 750 rand.



http://www.exito-personal.com/invictus
es.wikipedia.org/wiki/Apartheid




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