martes, 11 de septiembre de 2012

MAESTROS PARA LA LIBERACION

Escuela en Salta, Argentina

11 de setiembre día del Maestro



"La cultura no es atributo exclusivo de la burguesía. Los llamados “ignorantes” son hombres y mujeres cultos a los que se les ha negado el derecho de expresarse y por ello son sometidos a vivir en una “cultura del silencio” 


Paulo Freire, "Pedagogía del oprimido


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"La cultura alude al cuerpo de tradiciones sociales adquiridas que aparecen de forma rudimentaria entre los mamíferos, especialmente entre los primates. Cuando los antropólogos hablan de una cultura humana normalmente se refieren al estilo de vida total, socialmente adquirido, de un grupo de personas, que incluye los modos pautados y recurrentes de pensar, sentir y actuar."

M. Harris (1981)


A Marisa, una educadora para la liberación



La  categórica cita de Freire, implica necesariamente la conciencia de una pedagogía que sea instrumento de verdadera transformación, desde un nuevo e integral concepto de educación que parta de las necesidades concretas del educando, no de los pre-conceptos establecidos por una curricula de escritorio, que solo le es funcional a los intereses de la burocracia ministerial. La educación debe ser una política de Estado que sirva fundamentalmente para la liberación, para la inclusión, para el progreso y el ascenso social de las clases en formación. La cultura debe ser apropiada por el pueblo, que desde sus peculiares valores, ya expresa como manifestación plena de su condición, un modo de ser y de existir singular y de enorme riqueza. La producción y reproducción de la vida material e inmaterial del hombre es toda ella cultura; toda práctica humana con carácter social, realizada socialmente, es cultura. Revalorizar estos criterios y rescatar a la cultura como un genuino  atributo del hombre y no solo de una élite o de una clase, es la gran tarea, el titánico combate del maestro como pedagogo del presente. 
La educación como proceso de socialización del conocimiento, amplia aún más los horizontes de los objetivos y metas de un proyecto educacional. En virtud de esta experiencia socio-cultural elemental y exponencial por sus consecuencias, la perspectiva de lo que descubramos educando, se hará a la vez, materia de aplicación pedagógica. Enseñamos lo que sabemos porque lo aprendemos entre todos, no solo como un método, de lo que Freire llamaba "bancarización", en donde todo conocimiento se deposita en cada educando, como si fuera un cajero automático, diríamos ahora. La dinámica de un proyecto liberador es otra, somos maestros, nos hemos capacitado para ello, pero educamos enseñando-aprendiendo y  volviendo a enseñar y así sucesivamente. 

El concepto de educación debe traspasar los tradicionales, obsoletos y anacrónicos lineamientos del modelo sarmientino, que acentuaba su integracionismo liberal basado en las corrientes norteamericanas y europeas, que fueron de un notable progreso para su época y su contexto; en gran parte debido a la resultante de una guerra civil (en el caso de Norteamérica) que expresaba los antagonismos entre dos proyectos de nación, cuyos modos de producción no encajaban; era irremediable que el sur conservador, esclavista y agrícola-ganadero, no pudiera ni quisiera integrarse a la matriz industrial-liberal del norte, es en este marco, con el triunfo unionista y la irrupción del capitalismo de cuño fabril, donde creció esa corriente reformista, con grandes exponentes de la escuela común como Horace Mann. Este sistema, el de la escuela pública universal que los modernistas republicanos, en el sentido amplio del término (no partidista), aplicaron en EEUU, especialmente en Massachusetts, es el que dio las herramientas vitales que Sarmiento buscaba para su proyecto, que aspiraba vincular en un todo lo político, lo económico, lo social y a la educación como medio de disciplinamiento instructivo e ideológico, en función de los intereses de la formación del Estado-Nación liberal, burgués-capitalista, que necesitaba con urgencia consolidarse socialmente en nuestro país. De hecho, una vez en la presidencia de la Nación, las 65 maestras que trajo de EEUU, cuya presencia en nuestra patria son un capítulo aparte por las consecuencias que su extraordinaria labor contrajo, decía, ellas representaron fielmente aquel ideal que constituyó el basamento de la naciente sociedad de fines del siglo XIX hasta la actualidad, donde la enseñanza estuvo generalmente bajo el dominio característico de la mujer, siendo este rol preponderante en la docencia como fuente de trabajo y a su vez, el mismo les permitió la no menos importante, apertura del mercado laboral, en un mundo regido por la omnipresencia del hombre en todos sus planos. Sin embargo, aquella estructura educacional, que marcó generaciones, ha quedado desfasada ante la emergencia de la neo-colonización y la globalización del capital, que surgida también de aquel arquetipo clásico, hoy la sigue utilizando a sus fines, más como un "dique de contención" en la gravísima crisis, que como autentica escuela de formación ciudadana, frente a los múltiples fenómenos que trae aparejado su salvaje paradigma neoliberal de miseria, exclusión y descomposición sistemática.  

Rebasar la configuración educativa vigente, es una tarea imperativa de todos,  de la sociedad contemporánea en su conjunto, generando en las distintas etapas de conquistas sociales, un sistema educativo que establezca nuevos parámetros para la construcción de una sociedad nueva, adecuándose a las distintas y diferentes realidades socio-económicas, aportando todos los recursos materiales y humanos necesarios, para una educación pública integral, privilegiando la constitución de una conciencia crítica, como fundamento de todo conocimiento verdadero. 

Si existe en el mundo un tesoro invaluable y cuyo propósito es pura y exclusivamente la liberación -si es orientado adecuadamente- ese es el de la educación. No hay una herramienta más poderosa para un hombre y para un pueblo que quiere liberarse de las ataduras que le han sido impuestas, sino es a través de ese proceso de socialización y aprendizaje, que abre las puertas del universo cognoscitivo a quienes de otra manera, estarían férreamente determinados a la negación de sus derechos y  a un innegable desarrollo humano. Para eso especialmente, necesitamos maestros, exclusivamente aquellos, que por su compromiso y su lucha, todo lo evidencian, todo lo viven y de este modo, asimismo, todo lo enseñan.






Raúl Olivares.
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