lunes, 12 de noviembre de 2012

ISRAEL: MADRES EN CÁRCELES DE MUERTE












"- ¿Es verdad que las mujeres embarazadas son esposadas durante el parto?


"- Es cierto. Las mujeres embarazadas están encadenadas mientras dan a luz y también después. Hay una falta total de atención médica, en particular durante el parto. Las mujeres se lamentan de que los niños nacidos allí son llevados al cabo de dos años. En las cárceles israelíes, los derechos de las mujeres palestinas prisioneras son reconocidos, pero no respetados."

(De la nota que reproducimos de Agencia Walsh))




Uno de los signos de la realidad más ultrajantes es sin dudas la condición oprobiosa a la que son sometidas las mujeres palestinas prisioneras en las cárceles del Estado de Israel. No existe un ejemplo más palmario, en este sentido, que la de una madre encarcelada, en mazmorras, en las más inimaginables y tortuosas formas a que un ser humano pueda ser sometido por el arbitrio del terrorismo de Estado. Infringiendo todas las normas que establece el Derecho Internacional y las Convenciones sobre prisioneros políticos, este Estado, avasalla los más naturales y personalísimos derechos humanos, con la absoluta impunidad que le brinda la sola prerrogativa de su fuerza, consolidada a través de los años, por la conformación de un  bloque hegemónico conjunto con el imperialismo, su aliado natural en la estrategia común de dominio de medio oriente.

Si de manera natural, el parto conlleva intrínsecamente, dolor y riesgo, es criminal que éste se realice en los más extremos parámetros de martirización, que solo emulan con desparpajo y crueldad, en el microcosmos de la persona sometida, la misma y desgraciada realidad del pueblo palestino, que en su conjunto no hace más que sufrir las constantes e ininterrumpidas invasiones a sus ancestrales tierras, sumándoles, como se puede apreciar, vejaciones de todo orden. Todo esto es congruente con el contexto general de militarización creciente y  asimétrica que se desarrolla en la región, actuando como es obvio, de soporte decisivo en  el establecimiento de una constante política denigrante de colonización sionista, que no busca más que expandir su poder, en un planteo global de genocidio que nos remite a nefastas épocas pretéritas, en donde ellos eran las victimas. Ahora, los palestinos han pasado a ser hoy, los "judios" de los judíos, parafrafraseando a Galeano, en referencia a aquella otra irremediable y ominosa aniquilación étnica. Ahora, las mujeres prisioneras palestinas, han pasado a ser lo mismo que lo eran las mujeres judías, prisioneras del horror nazi. Y no  se trata solo de una fatal paradoja de la historia, producto de las más serias contradicciones del raciocinio, no se trata de ello, se trata de nosotros como seres humanos. Qué permitimos que se haga con nuestros semejantes? Por qué volvemos a ser lo mismo que una vez nos destruyó monstruosamente? Por qué siempre paga el más débil, el más desprotegido?  Por qué la factura pasa por la mesa del mas indefenso?

Cuando escribo estas lineas, soy consciente de que es probable que en estos momentos, una mujer palestina, prisionera en esos calabozos de muerte, este pariendo una nueva vida. Y aunque sea esposada, aunque deba sufrir el escarnio del opresor, ella hará todo lo imposible para que esa esperanza en medio del tenebroso desierto, venga. A pesar de que ello implique un acto de fe que subvierta la oquedad de ese mundo perverso que la puso allí. Incluso, lo debe hacer también por esta razón. Entonces, a pesar de que ese hijo asuma los mismos atropellos y abusos que sus padres, su lucha se convierte en un  testimonio silenciado y heroico para la lucha de todos los pueblos por la liberación. Ellas saben que  el que nace, aún en cautiverio, lleva el orgullo de su Identidad propia y el atributo de sus inalienables derechos como persona. Ellas saben que no están solas, por encima de todos los males, tienen la necesidad imperiosa de aferrarse a esta idea: Alguien del "otro lado" hará algo por nosotras!!


En consecuencia con ese deseo ferviente y extremo, de nosotros también depende que el Estado de Israel no continué con estas flagrantes violaciones a los derechos humanos más elementales... La solidaridad autentica que se origina en la fraternidad, puede atravesar los muros más recónditos y fuertes que puedan existir, no los de las infames cárceles israelíes, sino los de la conciencia humana, allí donde realmente se gestan las más valiosas  y autenticas trasformaciones.



Raul Olivares.
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