lunes, 20 de febrero de 2017

SIN PAN HOY, CON HAMBRE MAÑANA Por Débora Ascencio


Fotos: Joaquín Salguero

Sin pan hoy, con hambre mañana


   Por Débora Ascencio 


A partir hoy, el precio de pan sufrirá un aumento de entre 15% y 20%, llevando el costo del kilo a $45. Desde noviembre de 2015 hasta la actualidad, el aumento acumulado es del 83% (pasando de $25 a $45 el kilo), muy por encima del nivel general de precios (41%). Este encarecimiento se produjo por las medidas económicas de Macri: devaluación, quita de retenciones a las exportaciones agropecuarias, eliminación de permisos de exportación y tarifazos en energía.




El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) ha analizado en su informe “Los precios vienen con levadura” la evolución del precio del pan, confirmando el incremento acumulado del 83% entre noviembre de 2015 y febrero de 2017. El aumento actual (entre 15% y 20%), impactará fuertemente sobre la inflación de febrero, dado que el pan y los productos de panificación representan un 2,87% del gasto promedio de los hogares según el IPC calculado por el INDEC, sumado a que también en febrero empiezan a regir los aumentos en el servicio de electricidad.

Gráfico 1: Evolución del precio del pan mignon en la región metropolitana

Fuente: CEPA en base a relevamientos de IndEP


Si bien el precio del trigo cotiza a nivel internacional por ser un “commodity”, el mismo ha tendido a caer desde 2008, por lo tanto el aumento se explica por factores internos.


Gráfico 2: Evolución del Índice del precio del trigo del International Grain Council (IGC) (número índice enero 2000=100)

Fuente: CEPA a partir de estadisticas del International Grain Council (www.igc.int)


Los efectos de la devaluación de diciembre de 2015, la quita de retenciones a las exportaciones de trigo y la eliminación de los permisos de exportación, elevó el precio del trigo (principal insumo de la harina) un 104% en el mercado interno. Esto se tradujo en un aumento del precio de la bolsa de harina que pasó de $110 en noviembre de 2015 a $330 en enero de 2016, registrando un aumento del 200% durante todo el período. Es posible, en virtud de la desaparición de los stocks acumulados y la mala calidad de las últimas cosechas, que los molinos y distribuidores se estén adelantando a futuros incrementos en el precio del trigo.

Otra medida que incide en los costos del pan es el tarifazo, particularmente del gas, dado que constituye un insumo imprescindible para su elaboración. El costo del gas aumentó en promedio un 500% durante 2016, al que habrá que adicionarle el nuevo aumento anunciado para abril de 2017, que se estima en un 54%. Una panadería que pagaba $1.000 mensuales de gas en enero de 2016, pasará a pagar $9.240 luego del último aumento.

Duro golpe para el comercio minorista

Por supuesto, este escenario de aumentos ha redundado en un magro desempeño de las panaderías, en línea con lo sucedido en el comercio minorista del sector Alimentos y Bebidas en general, que acumula hasta enero de 2017 trece meses consecutivos de caída interanual, según los datos de CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa).

Gráfico 3: Variaciones interanuales de ventas minoristas del sector alimentos y bebidas

Fuente: CEPA en base a datos de CAME


El deterioro ininterrumpido de este sector, coincide con la llegada de Cambiemos al gobierno y responde a la orientación de su política económica. Los hogares de menores ingresos son los que mayor proporción de su salario destinan a la compra de alimentos, por lo tanto el incremento del precio del pan, deteriora abruptamente su poder adquisitivo.

Grandes perdedores: pequeños productores y consumidores

A los pequeños productores panaderos, les resulta imposible trasladar la totalidad de los aumentos en los costos a precios, sin sufrir una abrupta caída de la demanda y sin contar, dada su pequeña escala, con las estrategias adaptativas o de negociación que pueden desarrollar los agentes más grandes. En muchos casos, la única solución posible ha sido disminuir la escala de producción, pasar a la informalidad o directamente cerrar el establecimiento.

Los consumidores finales acarrean con estos aumentos en un contexto de abrupta caída del poder adquisitivo del salario y deterioro del mercado laboral. Además, el incremento se encuentra significativamente por encima del precio del pan en cualquier país de la región. Especialmente relevante es el caso de Brasil, donde se importa trigo, y el precio es casi la mitad que en Argentina. En Estados Unidos, aunque cuenta con un nivel de ingresos por habitante cuatro veces mayor que el local, el precio del pan también es menor que en Argentina.



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