miércoles, 1 de junio de 2011

EN EL CAMINO DE MONS. ANGELLELI: CARLOS DE DIOS MURIAS, GABRIEL LONGUEVILLE, WENCESLAO PEDERNERA .


 O callaba la verdad del Evangelio o lo silenciaban con la muerte. No calló porque había entendido que no hay amor verdadero, amor de Dios, sin justicia social, pero tampoco hay justicia sin amor solidario. Angelelli, varón de Dios, no se atrincheró en ningún tipo de violencia ni de las de las armas ni de las ideologías.”

Mons. Miguel  Hesayne, Obispo emérito de Viedma.
                                          
   13 Agosto de 2009. (A.I.C.A)


http://www.losandes.com.ar/notas/2011/6/1/comenzo-proceso-para-beatificar-sacerdotes-asesinados-dictadura-571803.asp


ENRIQUE ANGELELLI.
Nace en Córdoba el 18 de julio de 1923.
A los 15 años ingresa al seminario, en donde curso estudios que concluyó en el colegio Pio Latino de Roma.
Se ordena sacerdote en 1949, a los 26 años.
En 1952 fue designado asesor de la juventud obrera católica y luego de la juventud universitaria católica.
En 1960 es nombrado por el papa Juan XXIII, Obispo titular de Listra y auxiliar de Córdoba.
Como obispo auxiliar de Córdoba, monseñor Angelelli, tuvo una activa participación, a solicitud de los trabajadores, en diversos conflictos  gremiales, marcando así una presencia decisiva de compromiso episcopal poco frecuente en el contexto eclesial de argentina.

Por eso su designación como obispo de la rioja, en 1968, no paso desapercibida como el intento
de alejarlo de Córdoba "la católica".













Angelelli,  ya Obispo de La Rioja , siempre junto a los más necesitados.

                       
 
ANGELELLI, OBISPO DE LA RIOJA:

"Yo no puedo predicar la resignación, Dios no quiere hombres resignados".
Mons. Enrique Angelelli.

Designado por el papa Pablo VI, se hizo cargo de la diócesis el 24 de agosto de 1968.
A solo una semana de llegado a La Rioja, el Obispo plantea la reorganización de la estructura eclesial.
La acción pastoral de Monseñor Angelelli respondía a situaciones concretas: estaba presente junto a los trabajadores, impulsaba la organización cooperativa, reclamaba una justa distribución de las aguas, denunciaba la proliferación de la usura, la droga, la prostitución las casas de juegos en manos de los que detentaban el poder en la provincia.
Toda esta verdadera pastoral de liberación, que partía de un auténtico compromiso con los más pobres; fue llevando a un estado de agudización de la crisis, que  derivó en una serie de  ataques  muy graves, producidos desde el poder de facto.


El 18 de julio de 1976, se concreta la respuesta más clara de la dictadura: son secuestrados y asesinados los sacerdotes de  chamical, p. Gabriel Longueville y fray Carlos de Dios Murias; como así también el laico Wenceslao Pedernera, comprometido con el movimiento rural de la provincia.




Padre CARLOS DE DIOS MURIAS, nacido el 10/10/45 en Córdoba, asesinado el 18/07/76 en Chamical,
 La Rioja.


[Longueville_G.jpg]

 Padre GABRIEL LONGUEVILLE, nacido el 18/03/1931 en Étables, Ardèche (Francia), asesinado el 18/07/76 en Chamical, La Rioja.


[Pedernera.jpg]

WENCESLAO PEDERNERA (laico), nacido en Córdoba, casado, asesinado el 25/07/76 en Sañogasta, La Rioja.




Angelelli preside la misa y el velatorio de los sacerdotes; y en el novenario por los asesinados afirma: 
"Son varios los que tienen que morir, entre ellos estoy yo".

El 4 de agosto de 1976, aproximadamente a las 14,30. hs, de regreso  a La Rioja desde Chamical; sería asesinado en el transcurso del viaje.

La resolución judicial  que dictaminó el homicidio, diez años después, añadía al final: …"que  por ello, doy acreditado que el hecho que costara la vida a quien fuera Obispo de La Rioja hasta el día  cuatro de agosto de mil novecientos setenta y seis, Monseñor Enrique Angelelli, ha sido: homicidio; habiéndose producido su muerte en el lugar, aproximadamente a las quince horas del día pre mencionado…" (resolución del juez dr. aldo Fermín Morales 19 de julio de 1986 expediente nº 23.350. letra m caratulado :n.n. - homicidio calificado y tentativa de homicidio calificado" juzgado de instrucción en lo criminal y correccional nº 1 de la rioja).
Extraido del libro "reportajes a Mons. Angelelli". - Luis miguel Baronetto - junio de 1988.-

+Enrique Angelelli (1923-1976),Obispo de La Rioja desde agosto de 1968; fue asesinado el 4 de agosto de 1976; es el primer Obispo mártir de la historia argentina y también el primero de la historia  contemporánea de América latina.-


LA CAUSA DE LOS MARTIRES Y LA VERDAD.
http://www.elesquiu.com/notas/2011/6/1/sociedad-200409.asp

'Si ustedes permanecen en mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos; conocerán la verdad, y la verdad los hará libres' 
Evangelio de Juan 8:32.


La noticia del inicio de la causa de beatificación de los sacerdotes  Carlos de Dios Murias, Gabriel Longueville,y el laico wenceslao Pedernera, no podría haber sido la mejor, la más esperada por todos aquellos que sabemos del compromiso asumido por ellos hasta la muerte, y traumáticamente una muerte que fue pensada y elaborada con todo el sadismo típico e inherente a la metodología de sus asesinos . Por ello  y aunque no quisiera  ensombrecer ni por un instante este hecho categórico e histórico de la Iglesia, no puedo abstraerme sin embargo de las expresiones del actual  Obispo de la Rioja Mons. Roberto Rodríguez quien  dijo en la misa de iniciación del proceso formal para su beatificación,  lo siguiente: “ellos llevaron el Evangelio y no los comprendieron, realizaron un proyecto pastoral y no fueron entendidos. Los que los mataron pensaron que le estaban haciendo un bien a Dios y a la Patria”. Es inconcebible y al mismo tiempo una negación de la verdad histórica que se crea que los que secuestraron, torturaron y asesinaron a los tres mártires, no supieran lo que estaban haciendo. Sí lo sabían Sr. Obispo, no los intente proteger o disculpar con semejante barbaridad y menos en una celebración  por las víctimas de sus crimenes.
No es la primer vez que Mons. Rodríguez actúa de esta forma, varias veces, prácticamente siempre,  su línea discursiva y pastoral es tapar, poner el manto de piedad, no decir la verdad  y lo que es peor pretender bajo el planteo de un llamamiento a la paz y la fraternidad, silenciar arteramente desde la abyección, la Palabra profética del Dios que se expresa a través de aquellos que se jugaron la vida por la Iglesia y el Evangelio en las épocas sangrientas de la dictadura genocida. Así que Sr. Obispo, sepa que el pueblo los entendió, los comprendió,  pero los que Ud. insiste en  justificar no los dejaron clamar la Verdad, más todavía los silenciaron oprobiosamente como luego lo harían también  con Mons. Angelelli.


Raúl Olivares
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