jueves, 31 de diciembre de 2015

MEXICO: "LO PROFUNDO QUE DIERON LOS 70 HAY QUE TRANSFORMARLO EN POLÍTICA Y PREPARARNOS PARA LA LUCHA DE CLASES"


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Jueves 31 de diciembre de 2015 |



ENTREVISTA

México: “Lo profundo que dieron los 70 hay que transformarlo en política y prepararnos para la lucha de clases”

La Izquierda Diario entrevistó a Jimena Vergara, ella es docente y dirigente del Movimiento de los Trabajadores Socialistas (MTS) de México, nos cuenta la realidad de la clase obrera mexicana, su situación, sus sectores combativos y realiza una comparación con la clase obrera argentina. Aquí la primera entrega de una serie de tres notas.





Jimena se encuentra en nuestro país haciendo una experiencia militante junto al PTS, al igual que compañeros de Brasil y Chile. El PTS junto a compañeros de México, Venezuela, Bolivia, Brasil, Chile, Uruguay, Francia, Alemania, Estado Español e Inglaterra conforman la Fracción Trotskista (FT), agrupamiento internacional que da batalla en todos los terrenos por volver a poner al marxismo como herramienta que puede permitir a la clase trabajadora mundial luchar por su emancipación.

Aquí Vergara nos cuenta la realidad de la clase obrera mexicana, su situación, sus sectores combativos y realiza una comparación con la clase obrera argentina,además de comentarnos con qué método y políticas la FT aborda los grandes problemas a los que se ven enfrentados hoy los trabajadores, en la perspectiva de fortalecer a los grupos revolucionarios que empalmen con cada vez más sectores de la clase trabajadora y construir así partidos revolucionarios. Cuestión que se debe poner en el centro del pensamiento de quienes hoy se reivindican partidos o agrupamientos revolucionarios.

Hay una visión generalizada, de pensar a México como un país centralmente campesino, sin tener en cuenta el proceso de industrialización que se produjo en ese país. ¿Cómo es, a grandes rasgos, la conformación de la clase obrera mexicana?

Efectivamente en México históricamente tuvo un peso muy importante el campesinado, el campesinado pobre, sin tierras, y tienen un peso importante los pueblos originarios. Lo que pasa es que en los últimos 20 años, a partir del Tratado de Libre Comercio (NAFTA por sus siglas en inglés) con EEUU, se dio una recomposición muy importante del movimiento obrero al calor obviamente de la penetración imperialista. Por qué, porque México se convirtió en una plataforma de exportación, manufacturera, industrial del imperialismo norteamericano. Entonces las transnacionales invirtieron grandes cantidades de capitales, en una primera etapa sobre todo en la maquila, pero recientemente en la gran industria, en particular la industria automotriz y autopartista, la aeroespacial, la electrónica; que se dinamizó además paradójicamente después de la crisis del 2008/2009. Entonces aunque México tuvo una cierta retracción de la economía, y en particular del desarrollo de esta industria entre el 2000 y 2007 porque China asciende como un catalizador de inversión extranjera, a partir del 2007 que empiezan a subir los salarios chinos y su economía a decrecer, México vuelve a ser un paraíso para la inversión, por la mano de obra barata, porque no hay aranceles. Entonces la exportación manufacturera a EEUU sale muy barata, pero también la importación de insumos tecnológicos para las grandes fábricas.

Y se radicaron varias multinacionales, en ese período ¿no es así?

Claro, algunas multinacionales cerraron sus puertas en EEUU, como la Chrysler, la Ford, la General Motors, que eran las tres grandes de Detroit, cerraron sus plantas allá y se fueron a México y eso atrajo a las asiáticas y a las europeas.

Entonces estamos hablando de una clase obrera que además en los últimos años se expandió geográficamente. Antes se concentraba en el norte, un proletariado que trabajaba para las transnacionales. Hoy abarca todo el norte, todo el centro y el Bajío (que se refiere a la zona centro-norte del Río Lerma).

Entonces, básicamente todo México a partir del Distrito Federal hacia el norte es un corredor industrial enorme. Estamos hablando aproximadamente de 11 millones de obreros industriales que están ubicados en la industria extractiva: minera, petrolera y en la industria autopartista, automotriz y maquiladora. De esos 11 millones, 2 millones y medio están en la cadena de autopartes, automotrices. Las grandes plantas ensambladoras tienen más o menos 70 mil obreros (son 14 plantas y están por abrirse por lo menos dos más el próximo año) y una gran parte en la maquila autopartista con transnacionales como Lear por ejemplo que tiene 3 plantas en México y una de las más grandes tiene 25 mil trabajadores. Entonces 2 millones y medio están vinculados a la industria autopartes, automotriz.

Y junto a estos 11 millones en la industria, están más o menos entre 30 y 31 millones de trabajadores en servicios, que también crecieron a la vera del desarrollo y de la penetración imperialista y del TLC. Me refiero a las telecomunicaciones, todo lo que tiene que ver con internet, distritos industriales que están organizados alrededor de los servicios electrónicos, que tienen concentración obrera también muy importante y también la docencia que en México es un sector muy importante y combativo.

¿Hubo un proceso de proletarización de las mujeres acompañando esta expansión de la clase obrera mexicana?

Claro, sí, además la clase obrera tiene la particularidad que está compuesta, en un número muy importante, por mujeres. Porque con la crisis del campo, producto del TLC (NAFTA), donde los campesinos tuvieron que dejar sus tierras porque no las podían poner a producir, no podían competir con Monsanto, con los agrobussines y entonces tenían que emplearse como jornaleros agrícolas o dejar sus comunidades.

Entonces muchas mujeres jóvenes (México es un país eminentemente joven: casi el 40 % de la población está entre los 15 y los 29 años) de estas comunidades, mujeres indígenas o mujeres campesinas al no encontrar ningún tipo de salida laboral, muchas tenían además a sus compañeros o sus padres que habían migrado a EE.UU., entonces ellas migraban a las grandes ciudades y comenzaron a formar parte del ejército de esta nueva clase obrera. En particular en la maquila pero también en otras industrias.

Año a año son noticia los centenares de mexicanos, junto con latinos provenientes de otros países de América Latina, que tratan de cruzar la frontera con EE.UU. y las noticias reproducen el asesinato por parte de la policía norteamericana de mexicanos que mueren en el intento de cruzar el desierto que los separa. Además de las condiciones terribles a las que son sometidos los indocumentados en ese país imperialista, pero también que ellos se han constituido en el motor de esa economía. La película “Un día sin mexicanos” retrata bien esa realidad. ¿Cómo es ese proceso de migración?

La clase obrera que migra a EE.UU. está en condiciones muy adversas, obviamente es mano de obra que requiere el imperialismo norteamericano, es parte de la cadena productiva en EE.UU. Mucho tiempo pudo asimilar a esta clase obrera, lo que pasa que con la crisis dejó de poder asimilar la cantidad tan masiva de trabajadores que cruzaban la frontera, además que con la crisis también se atacó a la propia clase obrera nativa.

Estamos hablando de más o menos 300 mil personas que anualmente se calcula que en promedio, cruzan la frontera de México hacia EE.UU. A partir de ello hubo una ofensiva muy reaccionaria para perseguir a los migrantes, ilegalizarlos todavía en forma más radical. Sobre todo en los Estados donde el Partido Republicano, y el Tea Party tienen mucho peso. Estos Estados son los fronterizos o que tienen gran cantidad de recepción de migrantes como es el caso de Arizona. A tal punto que por ejemplo la Ley Arizona plantea que un policía tiene derecho a detenerte por tener cara de mexicano nomás. Además empezaron a proliferar los grupos de ultraderecha: terratenientes o medianos propietarios que directamente los cazan de manera armada cada vez que quieren cruzar la frontera.

Son bandas parapoliciales que en acuerdo con la Border Patrol (NdE.: patrulla fronteriza) cazan a los indocumentados, los torturan, los deportan. Incluso se dio el caso el año pasado de un niño mexicano que estaba jugando en la frontera, del lado mexicano, y aún así un agente de la policía fronteriza norteamericana le disparó. Estando el niño en territorio mexicano.

Esta situación llevó recientemente a una crisis humanitaria porque niños centroamericanos, que no sólo son mexicanos, estaban hacinados en prácticamente campos de concentración. Los agarraba la policía y los metía a unos centros de reclusión terribles, donde alojaban decenas y decenas de niños. Esto le abrió una crisis importante al gobierno de Obama, porque fue un escándalo internacional. 
Entonces es una clase obrera que tiene que bregar contra la corriente, contra el racismo, la xenofobia que es recreada por el propio gobierno y contra las leyes anti inmigrantes.

En Argentina tenemos una clase trabajadora, que si bien no es homogénea, ha sido moldeada en gran parte por el peronismo, más específicamente por su idea de conciliación de clases. En México, ¿cómo se expresa esa subjetividad, qué diferencias y similitudes ves?

Una de las importantes diferencias es que en Argentina hubo ascenso obrero del 69 al 75, hubo clasismo. Es decir que el movimiento obrero cuestionó el control burocrático de los sindicatos y por esa vía protagonizó jornadas o ensayos revolucionarios como los del Cordobazo que es muy importante en la tradición del movimiento obrero argentino. En el caso de México hubo luchas por sacarse el control burocrático del PRI (Partido Revolucionario Institucional) que era quien dirigía a los sindicatos y a las grandes masas obreras, hubo huelgas muy combativas que terminaron con represiones cruentas y el charrismo (la burocracia sindical en México), se dedicó a mantener el control férreo sobre los sindicatos, a veces dando concesiones pero también utilizando los métodos de una burocracia gansteril, asesinando activistas en el caso del sindicato magisterial, en el caso del sindicato ferrocarrilero también, con hombres armados que iban y torturaban a dirigentes sindicales. Pero en México estos intentos de sacarse de encima el yugo de la burocracia sindical, no tuvieron la magnitud que en el movimiento obrero argentino.

Eso hizo que el PRI preservara su dominación sobre el movimiento obrero incluso después de la llamada “transición democrática” que en el 2000 llevó al poder a PAN. 
Porqué, porque el PRI que es un partido anclado en el movimiento de masas, prácticamente el movimiento obrero mexicano surgió a la vera del Partido Revolucionario Institucional, Trotsky decía que el PRI en su momento era un Frente Popular en forma de partido, porque integró a todas las organizaciones obreras. A la fecha este partido sigue controlando al grueso del movimiento obrero industrial. Es decir es la Confederación de Trabajadores de México (la CTM), quien tiene el control de este sector. Lo que pasa que antes lo hacía sobre la base de un Estado de bienestar y durante 20 años lo hizo pasándose al bando del neoliberalismo y aplicando sus planes. Hoy por hoy es esa la subjetividad. Solo recientemente en la maquila del norte y algunas plantas automotrices como Honda en Jalisco, los trabajadores han comenzado a luchar contra esta burocracia terrible.




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