jueves, 10 de diciembre de 2015

"PODEMOS MIRAR A LOS OJOS A TODOS LOS ARGENTINOS" Por Nicolás Lantos






› CRISTINA FERNANDEZ DE KIRCHNER SE DESPIDIÓ DE LA PRESIDENCIA ANTE UNA PLAZA DE MAYO DESBORDADA, EN UN HECHO INEDITO EN EL PERIODO DEMOCRÁTICO

“Podemos mirar a los ojos a todos los argentinos”



CFK habló ante la multitud que se concentró en Plaza de Mayo. Ironizó sobre la cautelar que decretó el fin de su mandato y dijo que lo “lo más grande” que le brindó “al pueblo argentino” fue “el empoderamiento popular”.



Por Nicolás Lantos



Después de ocho años en el gobierno y a doce de que Néstor Kirchner llegara a la Casa Rosada, Cristina Fernández de Kirchner dio ayer, ante una multitud de cientos de miles de personas que se reunieron para despedirla en un hecho inédito para la democracia argentina, su último discurso como jefa de Estado. Luego de encabezar su último acto oficial, CFK salió a la Plaza, donde se despidió de sus simpatizantes y dejó un mensaje a su sucesor, Mauricio Macri: “Sólo le pido a Dios una cosa: que quienes nos suceden por imperio de la voluntad popular, dentro de cuatro años, quien tiene la responsabilidad de conducir los destinos de la patria, pueda plantarse frente a una plaza como esta y decirle a todos los argentinos que también puede mirarlos a los ojos”.

Vestida de blanco, sobre un diminuto escenario adornado con banderas argentinas, mientras el sol se ponía detrás del Cabildo y la manifestación armada con banderas de agrupaciones y carteles escritos a mano, Fernández de Kirchner aseguró que le “hubiera encantado” entregar el gobierno ante la Asamblea Legislativa, “el máximo órgano de representación de la voluntad popular” y acusó, sin mencionarla, a la jueza María Servini de Cubría por haber dado lugar a la medida cautelar que le ordenaba cesar su mandato en el último minuto de ayer.

“Miren que no puedo hablar mucho porque a las doce me convierto en calabaza”, bromeó la mandataria al respecto. Antes, más seria, había advertido al respecto: “La verdad que he visto muchas medidas cautelares, pero nunca en mi vida pensé que iba a haber un presidente cautelar por doce horas en nuestro país”, dijo, en referencia a la decisión de la jueza. “Luego de que el pueblo argentino acudiese tres veces a las urnas me costó mucho ver una sentencia judicial con el nombre de un presidente al que nunca hemos votado. No lo merecía ningún argentino. Ni el 51 por ciento que los votó ni el 49 por ciento que votó por nosotros. Con este estado de las cosas todos los argentinos estamos un poco en libertad condicional”, agregó.

La Presidenta recordó que “nunca desde que existe el voto popular hubo un período histórico en el que, de forma ininterrumpida, haya un cuarto gobierno constitucional asumiendo el poder después de tres períodos constitucionales sin interrupciones” y pidió que en el futuro haya “un mayor grado de democracia que alcance a los tres poderes del Estado”, en una más de las muchas referencias que hizo al comportamiento de lo que llama el Partido Judicial. “Necesitamos que los poderes del Estado se democraticen y no sean el ariete de la democracia, de los gobiernos populares y mucho menos del pueblo –aseguró–. Más allá de las diferencias políticas lo más importante es mostrarle a la gente el respeto a la voluntad popular.”

Para esa hora ya había oscurecido y tanto la Plaza como los alrededores estaban atiborrados de gente –el Gobierno calculó que fueron 700 mil personas– que se quedaba a interpretar las palabras de CFK pesar de que el sistema de audio no era el mejor. Algunos puestos de choripán y hamburguesa, que contaban con una radio AM, las encendieron a máximo volumen para ayudar a transmitir el mensaje. La concurrencia estaba compuesta en proporciones similares por columnas de organizaciones kirchneristas, con banderas de todos los colores, y personas de todas las edades que se acercaron por la suya, con amigos o en familia, para ser testigos de la plaza histórica. Desde las ventanas y terrazas del ministerio de Economía, el Banco Central y otros edificios adyacentes asomaban curiosos con binoculares y cámaras de fotos.

“Yo los escuché, los escucho y los voy a escuchar siempre”, les dijo a todos ellos Fernández de Kirchner. “Quiero decirles que si después de estos intensos doce años y medio con todos los medios de comunicación hegemónicos en contra; si después de estos doce años y medio con las principales corporaciones económicas y financieras, nacionales y internacionales, en contra; si después de doce años y medio de persecuciones y hostigamiento permanentes de lo que yo denomino el Partido Judicial; si después de todo eso, con tantas cosas en contra, pudimos hacer tanto por los argentinos, me pregunto cuánto pueden hacer los que tienen todo esto a favor”, completó.

CFK estaba sola en el pequeño escenario montado para ella. Abajo la esperaban todos los funcionarios y otros dirigentes y figuras que habían participado un rato antes de su último acto oficial: el descubrimiento de una escultura de Néstor Kirchner que adornará, junto al de otros ex mandatarios, el Salón de los Bustos de la Casa Rosada. Entre los invitados se destacó el mandatario boliviano, Evo Morales, que acudió a Buenos Aires para participar de la despedida, especialmente invitado por la ex Presidenta.

En su discurso final, la mandataria le dedicó un pasaje importante al periodismo, con quien mantuvo una tensa relación durante sus dos mandatos: “Además de las conquistas sociales, del progreso económico, de los logros de los trabajadores, de los comerciantes, de los empresarios, de los intelectuales, de los artistas y de los científicos, espero que tengan la misma libertad de expresión que han tenido como nunca en estos años. espero una argentina sin censuras, espero una argentina sin represión, una argentina más libre que nunca, y esto no es una concesión por favor, esto es el derecho del pueblo”, dijo.

También hizo referencia a la situación económica y al “aleteo de los buitres”, pero se manifestó “convencida de que hay una conciencia nacional” respecto al endeudamiento, que “no es una cuestión ideológica sino una cuestión estrictamente operativa, pensando en el país y su economía”, agregó. “Y que no me vengan con que es necesario hacer tal o cual cosa, porque cuando Néstor asumió estábamos con una mano atrás y otra adelante, nadie tenía un mango, debíamos el 166 por ciento del PBI, ¿pero saben qué? Si hubo un hombre en este país que supo construir autoridad y respeto para esta Casa Rosada, se llamó Néstor Carlos Kirchner”, completó.

En un mensaje dirigido a su sucesor, Fernández de Kirchner dijo que “la autoridad, no el autoritarismo, se construye logrando el respeto y la confianza del pueblo” y que esta “se logra de una sola y única manera”, sin “fórmulas mágicas” ni “alquimias raras” ni “patentes de invención para construir confianza popular y social”. Para CFK, “la confianza se construye cuando cada argentino, piense como piense, sabe que el que está sentado en el sillón de esta casa es el que toma las decisiones y cuando lo hace, es en beneficio de las grandes mayorías populares”.

En ese sentido, se manifestó satisfecha por el trabajo llevado a cabo durante los últimos doce años. “Podemos mirar a los ojos de las Madres, de las Abuelas de Plaza de Mayo, de HIJOS, porque hemos dado respuesta al reclamo histórico de memoria, verdad y justicia; podemos mirar a los ojos de los trabajadores para decirles que nunca los traicionamos; podemos mirar a los ojos de los científicos y decirles que les hemos reconocido sus derechos; podemos mirar a los ojos de los trabajadores de prensa para decirles que nunca tuvieron la libertad que tuvieron durante nuestro gobierno. Podemos mirar a los ojos de comerciantes, empresarios y productores; podemos mirar a los ojos de los docentes; de los jubilados, de los jóvenes”, dijo.

“Podemos mirar a los ojos a todos los argentinos. Sólo le pido a Dios una cosa: que quienes nos suceden por imperio de la voluntad popular, que tenemos que aprender a respetar y a cuidar, yo espero que dentro de cuatro años, quien tiene la responsabilidad de conducir los destinos de la Patria, pueda frente a una plaza como esta decirle a todos los argentinos que también puede mirarlos a los ojos”, señaló. Aunque en ningún momento mencionó a Mauricio Macri, ante las referencias al nuevo Presidente la concurrencia chiflaba o gritaba “Procesado, procesado”, recordando la causa por escuchas ilegales que lo complica.

Aunque no dio definiciones precisas sobre su futuro político, en su mensaje Fernández de Kirchner dejó claro que el final de su segundo mandato no implicará el final de su carrera política. “Nuestra responsabilidad es mucho más grande porque construimos esta Argentina que dejamos desendeudada como nadie nunca antes la había desendeudado, esta Argentina que dejamos con 119 nietos recuperados; que dejamos con el ejemplo al mundo de que no hay impunidad”, aseguró la mandataria. “Tenemos que ser más maduros, porque nosotros amamos a la patria, creemos en el pueblo, creemos en lo que hemos hecho y como creemos en lo que hemos hecho tenemos que tener la actitud positiva para ayudar a que esas cosas no sean destruidas”, dijo, respecto al futuro.

Finalmente, se dirigió a “los 42 millones de argentinos” para decirles que “cada uno tiene un dirigente adentro y cuando cada uno sienta que aquellos en los que confió y depósito su voto lo traicionaron, tome su bandera y sepa que él es el dirigente de su destino y el constructor de su vida”. Para CFK, ahí reside “lo más grande” que le brindó “al pueblo argentino” durante su presidencia: “El empoderamiento popular, el empoderamiento ciudadano, el empoderamiento de las libertados, el empoderamiento de los derechos”, explicó.

El acto terminó cerca de las nueve de la noche. La concurrencia a la Plaza estaba intacta y muchos se quedaron todavía un rato más. Las sonrisas se mezclaban con lágrimas que recorrían los rostros. Los amigos se abrazaban entre sí y con desconocidos. Corría la cerveza en lata. Mientras la multitud desconcentraba, lentamente, rumbo a San Telmo, el Congreso y el Obelisco, y las comitivas oficiales surcaban Paseo Colón a toda velocidad, escoltadas por las sirenas policiales, Cristina Fernández de Kirchner, rodeada por su familia, aprestaba los detalles para dejar la Casa Rosada por última vez.




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