jueves, 25 de octubre de 2018

ESTA VEZ, ELLOS APRENDIERON Por Alejandra Dandan





Foto: Luis Angeletti





ESTA VEZ, ELLOS APRENDIERON

Dentro y fuera del Congreso, el gobierno dirigió la orquesta




¡Paren, compañeros, no corran!, gritó uno de los trabajadores de ATE. Eran las dos de la tarde. La caída de una de las vallas frente al Congreso disparó la cacería. Policías de la Ciudad de Buenos Aires montados en motos salieron desde la esquina de Solís e Hipólito Yrigoyen con una avanzada aterrorizante sobre avenida de Mayo. En paralelo salió un camión hidrante y corrieron policías de a pie disparando balas de goma, entre sirenas y gases lacrimógenos. El escenario que repetía la dinámica represiva de diciembre había logrado uno de sus objetivos. La desmovilización. Hubo grupos que buscaron en vano la 9 de Julio como retaguardia, con policías que corrían a los manifestantes ya descentrados hasta Constitución. Veintisiete detenidos, entre ellos cuatro integrantes de La Poderosa y un periodista de Télam. Y trece heridos, uno con traumatismo en el cráneo y otro en la cara. Hubo Madres de Plaza de Mayo con máscaras antigás. Manifestantes con agua y limón. Un grupo de diputados gaseados por la policía. Y fotógrafos moviéndose con las mismas máscaras.


Foto: Luis Angeletti


La movilización había comenzado el lunes a la noche con un acampe frente al Congreso, una acción para parar la ley de presupuesto negociada contrarreloj por el gobierno. Los gremios estaban convencidos que iba a haber represión. Habían evaluado como hipótesis de máxima resistir hasta las seis de la tarde frente ante el Congreso con la movilización en la calle, para repudiar una ley que subordina las cuentas del país al FMI. Pero también sabían que no querían repetir el escenario de diciembre. Si había represión, no iban a volver a la Plaza.
A la mañana circularon imágenes piedras y escombros en los alrededores del Congreso. Desde la Defensoría de la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, habían advertido de parte de esos materiales el día antes, solicitaron el retiro y constaron que habían sido retirados. Pero las imágenes que se viralizaron fueron uno de los datos del día, que provocaron denuncias de las organizaciones como una provocación: una vocación a pudrirla. “Hay un montón de piedras y cascotes, me llama la atención”, dijo temprano Daniel Menéndez, coordinador de Barrios de Pie.
Poco antes de las dos de la tarde la zona del Congreso estaba repleta. El Frente Milagro Sala había avanzado sobre Avenida de Mayo hasta San José, donde quedó detenida por las columnas. Por la 9 de Julio todavía se organizaban columnas para el ingreso como la CTERA. Alrededor del Congreso, en primera línea, estaban las organizaciones de izquierda: el MST y el PTS. PRESUPUESTO 2019, decía un enorme cartel. MILLONES PARA EL FMI. MISERIA PARA TRABAJADORES Y JUBILADOS. Alrededor flameaban banderas del Frente de Izquierda, alentadas con cantos de calle. Hubo un segundo cordón ahí mismo integrado por gruesas columnas de la CTEP, Barrios de Pie y la CCC. Atrás, sobre Avenida de Mayo hacia la 9 de Julio, avanzaron ATE y las organizaciones del Frente para la Victoria, La Cámpora, el Partido Solidario, la Túpac y la CTA. Hubo columnas del PO. Camperas del SMATA. Y dicen que el Frente Sindical para el Modelo Nacional de camioneros no estaba ahí porque avanzaba por avenida Entre Ríos.


Foto: Luis Angeletti


Abajo de la lluvia, unos pibes despegaron parte de un afiche de la pared para cubrirse. En las calles todavía se veían carteles de la movilización por Paz, Pan y Trabajo del sábado pasado a Luján.
—¿Hasta qué hora nos quedamos acá? —preguntó una de las mujeres de las organizaciones a otra compañera.
—Todavía no lo sabemos.
Diputados ya tenía quórum y había empezado la sesión. La idea todavía era aguantar hasta la caída de la tarde: mantener presión desde la calle.
“Yo vine temprano a laburar y ya había gente acampando, pero me llamó la atención que hubiese canto rodado con pintura en la plaza”, dijo un librero de Avenida de Mayo. El local nunca cierra las puertas salvo cuando la cosa se pone caliente como en diciembre pasado. A las dos de la tarde, todavía estaba abierto. El hombre repasaba días de lluvias y de marcha, entre la ley del aborto, la marcha de los estudiantes y la nueva movilización por el presupuesto. “Cuándo ves una marcha cada dos días, perdés la noción de cuál es cuál”.
Enseguida estalló un primer estruendo. Y las corridas. Y los gases. La desesperación de correr seguros de que no hay que correr. Y a ciegas. Se pudrió, y un poco fue como pasó en diciembre, dice Coco Garfagnini de la Túpac. Empiezan los disparos. Y nos replegamos en la 9 de Julio. Pero esta vez ellos aprendieron. No empezaron a la mañana temprano. En diciembre había habido una primera represión cuando todavía no habían llegado todos. Acá la hicieron a las dos de la tarde. Nosotros íbamos a manifestarnos masivamente a la Plaza del Congreso en función del tratamiento de la ley de presupuesto, íbamos a manifestarnos masivamente en contra, no a que se pudra.
Se pudrió.


Foto: Luis Angeletti


¡No paran de tirar bombas!, dijo una mujer, mientras alcanzaba una de las laterales.
¡Para mí son petardos!, dijo otra. 
¡Para mí son gases lacrimógenos!
Al costado alguien dijo: Paren compañeros, no corran. Y dos tipos apuraron el paso intentando no entrar en pánico: Todavía sueño —dijo uno— con darme la vuelta y encontrármelos de frente.
Para entonces se había desatado la cacería en el otro extremo de la Plaza. Un grupo arrojó piedras contra la policía encima del vallado. Y un vallado cayó. Sobre la 9 de Julio, las motos corrieron a los manifestantes.
¡Esto es lo que está pasando! ¡Esto está pasando justamente ahora! ¡Un atropello total al pueblo! —dijo alguien, con celular en la mano, que tomó las imágenes desde arriba de un colectivo. ¡Mentira que la gente fue violenta! Nada. Estaba desconcentrando pacíficamente, y esto es lo que hace la policía de Macri, de Larreta, de todos ellos. Y la cámara toma entonces la foto de Nacho Levy, de la Garganta Poderosa.
“Nacho Levy fue detenido junto a tres de nuestros compañeros en la esquina de Carlos Calvo y la 9 de Julio —pusieron en el Facebook—. A más de 15 cuadras del Congreso, durante la represión llevada a cabo durante el debate del presupuesto nacional 2019. También fueron arrestados: Gonzalo Matías Zamudio, Francisco Pandolfi y Lucas Manuel Zunino”.
Y a ellos les dijeron: “Si te movés una vez más, no la contás”.


Foto: Luis Iramain, de #LaGarcia Comunicación Popular


“Hubo una cacería indiscriminada contra compañeros —dijo Coco después—, sobre todo contra los que se salieron de las columnas, metieron balazos para dispersar lo más posible y detuvieron compañeros”.
Dos señoras decían que en el Congreso se estaban agarrando a trompadas limpias. Volaron sillas. Y están rompiendo todo. Luis Zamora se detuvo en una de las esquinas. Intentaba pensar el mapa que iba dejando la calle. Parte de los movimientos sociales movilizaron con niños. Eran parte de los que iban saliendo. Susi, nieta de un ferroviario desaparecido, se acercó a saludarlo. Quería saber qué pasaba con las corridas. Si la gente se iba, o estaba dispuesta a volver.
Y la calle todavía cantaba. 

A vos te queda poco Mauricio botón
Nos corrés con la yuta, 
Te tenés que ir.

Hubo un intento de parar en la 9 de Julio. Buscar un respiro. Y otra vez las corridas. El gremio de prensa, SIPREBA, iba sabiendo de la detención de los compañeros de prensa, una lista que sumó a Fabricio Bacca de Telam. Horacio Pietragalla, Myriam Bregman y el Cuervo Larroque hicieron dos intentos para salir del Congreso hacia la zona de persecución. Cuando lograron hacerlo, les tiraron aerosol en la cara.


Foto: Luis Angeletti


Yo no quiero hablar de infiltrados, dijo Coco. No sé si hubo infiltrados o no hubo. Acá lo que pasa es que los compañeros están muy enojados. La gente está muy enojada.
A las cuatro de la tarde, algunas organizaciones intentaron volver a la Plaza. La columna de ATE se reagrupó en el Obelisco. Y avanzó nuevamente sobre Avenida de Mayo. Atrás lo hicieron columnas de La Cámpora y el Partido Solidario.
Avenida de Mayo respiró así algo de recuperación.
¡Patria sí, colonia no!, se oía en la calle.
Y luego:
Unidad de los trabajadores.
Marta Herrera, 76 años, aplaudió la columna. Hacía equilibrio en la vereda. Laburé toda mi vida de todo lo que pude, dijo. Cocinera, empleada, taller de costura, pero ahora siento una tristeza terrible: este gobierno nos ha sacado las ganas de vivir. Sobre todo a los jubilados.
En la esquina de Avenida de Mayo y San José todavía avanzaban las columnas.
Adonde está

Que no se ve
la famosa CGT.

Gritaban los cantos.


Foto: Luis Angeletti


“Volvimos al Congreso para mostrar que no somos parte de una situación de la que se nos quiere culpar”, dijo el Tano Catalano. “Vinimos pacíficamente a apoyar a los diputados que están tratando de ver que este presupuesto no se lleve adelante. Queremos que la Argentina tenga un presupuesto, pero no en estas condiciones. Volvemos pacíficamente a plantearle a los diputados que esto es un error histórico. porque va a haber un traslado de la sociedad al pago del FMI. Hubo un desborde muy grande de parte del aparato represivo. Hay compañeros detenidos, hay compañeros lastimados, no sabemos cuántos todavía, estamos muy preocupados por eso, pero teníamos que venir al Congreso a recordarles a aquellos que están ahí que entiendan que este presupuesto no debe prosperar”.
Para entonces, un grupo de diputados volvía a la calle. Máximo Kirchner, Larroque, Pietragalla, Mayra Mendoza, Hugo Yasky y Walter Correa avanzaban con la gente en dirección al Congreso. Todavía nadie sabía si eso era el comienzo de una nueva estadía. Alguien dijo que se acercaba Camioneros.
Si tienen los números no les conviene salir a reprimir otra vez, dijo Pablo Scalora del Comité Milagro Sala. Si no no los tienen, tal vez sí.
Pero a esa altura, todo el mundo aseguraba que estaban los votos. Y el resultado.


Foto: Luis Angeletti


Poco después, todo el mundo desconcentraba. De eso hablaba una pareja en una esquina del Congreso. Él le hablaba al teléfono. Eran las seis. La calle todavía respiraba el aire de las corridas.
—La calle es un desierto —dijo él, Víctor Zawistowski, de un programa en Radio Universidad de Avellaneda. Tristeza y decepción, dijo su compañera, María Sasotta. Y luego miraron la las banderas en retirada. “Ni siquiera por aproximación vimos la cantidad de movilizados que esperábamos ante lo trascendente de esta ley”, dijo el hombre. “Esta ley de presupuesto es una bisagra, que acepta la colonización y la barbarie”.
Coco a las diez de la noche intentó pensar qué había pasado. “Me voy con un sabor amargo”, dijo. Dijo que estaba seguro que la movilización que se logró, en este contexto, fue masiva y muy importante. Pero se fue con sabor amargo porque es muy difícil frenar una ley con la policía reprimiendo y una banda de traidores en el Congreso. Tipos que asumieron una banca de diputados con un mandato popular producto de un proyecto político y se tiran a jugarte en contra en el Congreso. Eso es violento y perverso, eso es la corrupción, aclaró.


Luis Iramain, de #LaGarcia Comunicación Popular


  • Foto principal: Luis Angeletti


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