miércoles, 21 de octubre de 2015

A CINCO AÑOS DEL ASESINATO DE MARIANO FERREYRA Por Augusto Dorado



Martes 20 de octubre de 2015 |


A cinco años del asesinato de Mariano Ferreyra

Hoy se cumple el quinto aniversario del asesinato de Mariano Ferreyra, joven militante del Partido Obrero que fue abatido por una patota de la burocracia de la Unión Ferroviaria, en el marco de la lucha contra la tercerización. La vigencia de la lucha contra la precarización y la impunidad.




En aquel mediodía de 2010, la imagen conmovió al país: un joven herido mortalmente de bala ingresaba a una ambulancia. Era Mariano Ferreyra que fallecía minutos después y se transformó en un nuevo mártir de la clase obrera. Sus asesinos, una patota comandada por la conducción del gremio –la lista verde de la Unión Ferroviaria de José Pedraza- y conformada por delegados burocráticos, ferroviarios que buscaban favores de la cúpula del sindicato y barras bravas de Racing, Defensa y Justicia y Banfield.

Aquella tarde se multiplicaron las expresiones de bronca entre obreros y estudiantes, que en muchos casos paralizaron sus actividades, como los solidarios obreros de Kraft-Terrabusi que se manifestaron en la Panamericana o los del Subte que hicieron unas horas de paro en repudio al asesinato. Fue tal la indignación que generó ese ataque brutal que al pedracismo le costó la caída de sus principales dirigentes (el propio Pedraza, el “Gallego” Fernández, Pablo Díaz y varios miembros de la patota que fueron detenidos, luego juzgados y condenados a la cárcel) y aceleró la definición de la lucha por el pase a planta permanente. Pocos meses después ingresaban como efectivos más de 1500 ferroviarios en el Ferrocarril Roca y otros 500 en otras líneas.

Aquella tarde nos quitaron a uno de los nuestros, a Mariano Ferreyra, pero a la vez recibió un golpe el fraude de la tercerización laboral, negocio en el que estaban asociados empresas concesionarias (TBA, Metrovías, EMEPA), funcionarios del Gobierno Nacional y el propio sindicato, la Unión Ferroviaria. Varios de los responsables hoy están tras las rejas. Pero la lucha contra el fraude laboral y la impunidad sigue vigente.

Otros responsables o cómplices zafaron de cualquier imputación por el crimen. Empezando por gerentes de la empresa UGOFE que colaboraron en la organización de la patota otorgando 120 “permisos gremiales”: Héctor Messineo falleció este año impune y manteniéndose como gerente de Recursos Humanos de la empresa, siendo quien autorizó el listado de los liberados de tareas para nutrir a la patota asesina. Siguiendo por importantes funcionarios del Gobierno como el Ministro de Trabajo Carlos Tomada y su Viceministra Noemí Rial, que aún después del crimen de Mariano seguían asesorando a su amigo Pedraza (habían sido abogados de la UF), recomendando cursos para “lavarles la cabeza” a los ex tercerizados porque “no son todos del PTS” y especulaban con que se los podía engañar fácilmente. Y llegando incluso al actual candidato a gobernador bonaerense por el FPV, Aníbal Fernández, máximo responsable de la Policía Federal que liberó la zona para permitir el accionar de los atacantes contra los tercerizados y quienes los estaban apoyando. No habrá justicia completa hasta que no paguen por su responsabilidad.


Gobierno, empresas y burocracia sindical volvieron a asociarse para lograr que sean bajos los costos del asesinato y del ingreso a planta de miles de tercerizados y recomponer su poder para mantener sus negociados. La masacre social del 22 de Febrero de 2012 en la Estación de Once, las 52 muertes obreras y los heridos, volvieron a desnudar esta sociedad cínica. Por eso tuvieron que lanzar una puesta en escena lo más vistosa posible, para que parezca que finalmente el Estado se preocupaba por el ferrocarril. El Ministro Randazzo la llamó pomposamente “revolución ferroviaria” pero es simplemente una operación para esconder la verdadera política que desarrollaron durante años y que salió a la luz con el asesinato de Mariano y el choque de Once.

Hoy -5 años después- basándose en cálculos electorales, se realizan obras a toda marcha, como la electrificación del ramal a La Plata. Sin ninguna planificación racional, a las apuradas. Y nuevamente, con trabajo tercerizado. Tanto renovaciones de vías como la electrificación están a cargo de empresas como HERSO, empresa del grupo EMEPA que era parte de la concesión del Roca con UGOFE cuando Mariano fue asesinado. El mismo gobierno le sigue dando negocios millonarios a las mismas empresas que siguen explotando a trabajadores tercerizados. Cambiaron la modalidad y apuntan a un trabajo “express”, por tramos, y controlado policíacamente por la UOCRA, de manera de impedir que se repita la experiencia de la lucha del 2010.

La lucha contra la tercerización y contra la impunidad sigue planteada, a pesar de los grandes avances y las conquistas logradas. En el Ferrocarril Roca, epicentro de la lucha en la que fue asesinado Mariano, existen una firme oposición antiburocrática (encabezada por la agrupación Naranja) y franjas significativas de trabajadores que asumen el apoyo a la izquierda clasista. No casualmente cientos de ferroviarios se postularon como candidatos a delegados opositores, o integraron las listas del FIT en la zona Sur o dieron su aval para respaldarlas. Y contamos con una bandera y un grito de guerra: ¡¡Mariano Ferreyra, presente!! Ahora y siempre.





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